¿La pandemia por el COVID-19 tiene que ver con nuestro estilo de vida?
La pandemia creada por la COVID-19 es una epidemia rara. Y es extraña, pues, aunque altamente contagiosa, su gravedad (que es lo que importa) no afecta a todos los individuos por igual, a todas las personas ni en todos los lugares. En realidad está relacionada con nuestra sociedad, y con nuestros logros de supervivencia, pues es una amenaza mayor cuando más edad tiene la persona (más de 50 años) y cuanto más es su morbilidad metabólica (diabetes..) o cardiovascular. En cambio afecta menos y de forma leve a los más pequeños.
Como dicen algunos, no sin una cierta razón, el virus directamente no mata a nadie, es la reacción del organismo contra éste lo que produce todos los problemas, y de ahí que los antivíricos (el remdesivir, por ejemplo ) en el momento que realmente se precisan (al ingreso), no hagan mucho por disminuir la mortalidad.
Realmente no conocemos si esta pandemia hubiera tenido tal repercusión hace un par de siglos, con individuos con una esperanza de vida que no pasaba de los 40 años, problemas de nutrición y otras enfermedades infecciosas más graves de las que preocuparse.
Y es una epidemia actual, nueva, pues tiene que ver con nuestro estilo de vida; individuos sobrealimentados viajando continuamente, ciudades hormiguero y ancianos recluidos en geriátricos, entre otras diferencias. En sociedades más dispersas, familias nucleares, con individuos escasamente nutridos, sedentarios y una esperanza de vida menor, el comportamiento de la epidemia a buen seguro hubiera sido distinto. Véase África por ejemplo, en la actualidad.
Sin embargo, en nuestra sociedad la reacción generada ha sido como una peste, una plaga de la edad media con confinamientos no conocidos desde entonces, al menos en nuestro país.
Sin embargo, hay quien (Richard Horton et al, Lancet 2020) comentan que el COVID-19 no sería una pandemia en sí, si no una sindemia (neologismo entre sinergia y epidemia). Un concepto acuñado por Merrill Singer, un antropólogo estadounidense alrededor del 1990 en su libro “Introduction to syndemics” y en un artículo que publicó en el 2017 en Lancet junto con Emily Mendenhall y en el que apuntaban relaciones biológicas y sociales relacionadas con los brotes de ciertos tipos de enfermedades. Unas relaciones que incrementarían la gravedad y la extensión de las mismas. En la misma publicación dos años después, 40 expertos denominaron como “sindemia global” a tres pandemias que se dan juntas en la actualidad, la obesidad, la malnutrición y el cambio climático. O sea interacciones entre el ambiente y la persona que aumentan la susceptibilidad de ésta para enfermar.
La primera, la obesidad, y con ella los cambios alimentarios que nos llevan a las alteraciones metabólicas y a la arteriosclerosis, serían condicionantes creados a partir de la occidentalización de la sociedad y como vemos están íntimamente relacionadas con la infección por COVID-19.
En realidad las sindemia, sería una epidemia sinérgica, la enfermedad y los condicionantes sociales subyacentes. Si bien es cierto que ésta se la ha estudiado más como parte de la falta de equidad en la atención sanitaria según la residencia, el nivel económico, cultural …dentro de los llamados condicionantes sociales de la salud (salud comunitaria). Tendría que ver con un enfoque comunitario, distinto al clásico contexto de un abordaje puramente biológico.
Y en realidad con la epidemia del COVID existe un cierto componente sindémico en donde la interacción biológica y social está relacionada con el pronóstico, la prevención, el tratamiento y sobre todo a nivel macro, con las estrategias en salud pública que han estado tomando los países para contenerla.
Sería como una maldición, un pago por nuestro estilo de vida.
mateu seguí díaz
medico de familia
Seguí Díaz Mateu. ¿La pandemia por el COVID-19 tiene que ver con nuestro estilo de vida?. Es Diari MENORCA 18-11-2020: 33. https://www.menorca.info/
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