Todos los países hasta el momento tienen sus comités asesores de expertos, sin embargo, no todos los gobiernos toman las mismas decisiones ante situaciones parecidas. Es algo chocante, y es que muchas veces interpretamos que la opinión de los expertos es solo consultiva y no vinculante y que los gobiernos al final hacen lo que quieren, primando más los objetivos políticos cortoplacistas (contagiados o fallecidos por el COVID-19 en el momento presente) , que aquellos a más largo plazo como el nivel de inmunidad grupal (seroconversión) de la población, mantener el statu quo sanitario y aquellos aspectos económicos que permiten a la gente ganarse la vida. Pues esta epidemia, muy probablemente, casi se ha habrá resuelto espontáneamente (si se puede decir así), con toda su carga de sufrimiento, cuando ya dispongamos de vacunas (se habla de un año y medio), por lo que hay que pensar a largo plazo.
En nuestro país el descrédito de la opinión de los expertos se creó en el momento de la irrupción de esta crisis tras sucesivos estados de contención (03-2020) que se convirtieron en un estado de alarma súbito (14-03-2020) con un confinamiento de toda la población y gran cantidad de fallecidos. El gobierno se quitó responsabilidades y apeló a la opinión de los expertos.
Y es que es función de los expertos es la de advertir sobre el futuro, de anticiparse a la realidad y de aplicar medidas, algo que hicieron en Portugal o Grecia y no al parecer, o no de manera suficiente, los países de su entorno.
Tan bien es cierto que la iniciativa de hacer caso a los expertos es de los gobiernos, pues son estos los que toman la decisión de cuando pedir consejo y si este se debe aplicar o no; así Alemania se preparó con un Comité de Vigilancia permanente ya en enero, antes del primer caso, y otros países como el nuestro tardó hasta el 14 de marzo, con el estado da alarma, cuando cuando la epidemia estaba ya extendida.
La realidad es que las diferentes respuestas delante de la epidemia, se deben a que, o no se hace caso al consejo de los expertos, o estos opinan de manera distinta en cada sitio, o la ciencia epidemiológica falla por carencia de evidencias (test diagnósticos).
El caso de Suecia frente a Noruega o Dinamarca países con población parecida en carácter, comportamiento y distribución poblacional es patente; como una opción u otra a corto plazo están trayendo consecuencias distintas.
A corto plazo la opinión de crear una inmunidad grupal no está dando unos buenos resultados (Suecia), sin embargo, esta es una apuesta a largo plazo, sus resultados inmediatos son siempre peores que los de un confinamiento total, y está pensada sobre la idea de que cuando dispongamos de una vacuna el daño ya estará hecho.
Así, algo tendrán que ver la opinión y la aplicación de las indicaciones de los expertos cuando ayer Noruega (17/05/2020) presentaba 4,37 muertes por 100.000 habitantes (8.244 casos diagnosticados) frente a Suecia, ambos colindantes, con 36,16 muertes por 100.000 habitantes y 30.143 casos diagnosticados (y en España el mismo día que sus fallecidos bajaban de la frontera de los 100 muertos, tenía 59,9 muertes por 100 000 habitantes y 30.143 casos). Está claro que, o no todo depende de los expertos o que estos opinan de manera distinta delante situaciones parecidas, lo que da que pensar.
La apuesta de Suecia ha sido arriesgada (solo prohibió básicamente las reuniones de más de 50 personas y las visitas a residencias de ancianos...), pero esto más que una imprudencia, ha de interpretarse como una apuesta de resultados de salud a largo plazo. Se apeló a la responsabilidad personal evitando la intromisión del estado en la vida de las personas y se mantuvo la actividad económica.
Y es que como hemos comentado no solo se trata de los contagios o fallecimientos que diariamente se van produciendo por el COVID-19, si no del mantenimiento del sistema económico (evitando el paro de las actividades productivas) y de atender a las necesidades sanitarias en general. En este sentido leemos que la contracción de la economía de Suecia será del 2,4% en el primer trimestre y del 13,7% para el segundo de este año, frente al 4 y 17,3% de la zona euro, al tiempo que una caída del 9,2% de España, en este año.
Y es que los resultados de esta crisis se medirán a medio/largo plazo. La mirada políticamente correcta y cortoplacista en este caso pudiera no ser una buena consejera.
mateu seguí díaz
médico de familia
Seguí Díaz M. Los expertos y la COVID-19. Es Diari MENORCA. 20-05-2020: 25 https://www.menorca.info/
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