¿Cuál es la causa del COVID persistente?
El “long COVID” o “COVID persistente” o “COVID-19 crónico” es una dolencia, ahora vuelta a poner de moda tras conocer las cifras de mortalidad de este año que finaliza, que se crea a partir de padecer la infección por coronavirus de 2019 (COVID-19); una secuela que aparece, o una forma de cronificación tras haber padecido esta infección.
Se habló de que son síntomas que se establecen a partir de padecer una forma grave del COVID-19, aunque en la actualidad se admite cualquier forma de esta infección y a cualquier edad.
- Una historia o probable historia de infección por el virus SARS-CoV-2 (severe acute respiratory syndrome coronavirus 2)
- Que tuviera una sintomatología que se manifestara a los 3 meses tras la infección
- Y que dicha sintomatología no pudiera explicarse con un diagnostico alternativo y que persistiera al menos dos meses.
Los síntomas incluidos son muchos e inespecíficos entre los que se incluye la astenia, la dificultad respiratoria, la alteración de la atención, la turbación mental, el dolor abdominal, palpitaciones, ansiedad, …hasta 200 síntomas diferentes que afectan a la vida diaria.
Por lo que se ve es una entidad clínica difícil de acotar pero que puede afectar o puede haber afectado al 10-20% de los infectados por este virus, a más de 17 millones de personas en Europa, según la OMS en los primeros años de la pandemia (2020-21). Con todo, en mi opinión puede llegar a ser un cajón de sastre de muchas otras patologías concomitantes o psicosomáticas relacionadas con el estrés producido por la enfermedad y partir de su repercusión mediática.
Así un estudio francés de hace un año (Matta et al, JAMA Intern Med 11-2021) sobre 200.000 individuos (18-69 años) y teniendo en cuenta la sensación autoreferenciada de haber padecido la COVID-19, los test serológicos confirmatorios y la sintomatología clínica persistente como astenia, dificultad respiratoria, falta de atención.. en la población general durante la pandemia, la infección autoinformada (la creencia de padecer esta infección) se asoció positivamente con síntomas físicos persistentes, con tasas aleatorias de riesgo variables según la sintomatología; pero cuando la serología fue positiva al virus COVID-19, estuvo fuertemente asociada con la anosmia (falta de olfato) persistente, síntomas inequívocos de esta enfermedad.
Así que, según este estudio, como en el manicomio de Sevilla “No están todos los que son ni son todos los que están” dentro el diagnóstico del “Long COVID”.
Con todo, el “long COVID” está admitido como una patología e incluso como vimos (Es Diari 23-11-2022:37) se le ha achacado parte de la culpa del exceso de mortalidad que hemos padecido este año, de ahí que sea importante conocer cuál es la causa de la misma, conocer cuál es la explicación a estos síntomas.
Se han argüido teorías sobre acúmulos de deshechos virales, respuestas hiperinmunes de anticuerpos hiperactivos…pero nada claro hasta el momento.
Y de esto va este escrito, de la demostración en el laboratorio de la hipótesis de que la producción de microcoágulos en el cuerpo podría ser la causa de esta entidad.
La relación de la infección COVID con la coagulación, con la formación de coágulos a partir de la inflamación sistémica que produce este virus está bien documentada al producir esta infección eventos cardiovasculares, accidentes vásculocerebrales (AVC), fallos renales.. pero no que la sintomatología posterior, al cabo de 3 meses, se debiera a éstos, era algo que no se había demostrado.
Estos días leemos (Sibonney, WebMD Health News. 12-2022) como en muestras analizadas de pacientes de diversas partes del mundo (Reino Unido, Alemania, Sud África…) por el hospital de Mount Sinai (Nueva York) de pacientes con COVID persistente, se ha encontrado microcoágulos en éstas que sugerirían su relación con los síntomas del long COVID.
El daño de la pared de los vasos sanguíneos tras la inflamación por el virus de la COVID-19 al alterar las proteínas (red de fibrina) de la pared y el aumento en la agregación plaquetaria que provoca son capaces de inducir la producción de coágulos a nivel de pequeños vasos, a nivel capilar, que bloqueen éstos, señalan; impidiendo con ello la entrada de oxígeno a los tejidos irrigados, generando síntomas respiratorios, mentales, generales (astenia)…
El problema es que al ser tan pequeños serían indetectables con las pruebas habituales y que el tratamiento habitual de éstos a estos niveles (anticoagulantes) no serían del todo efectivos. Los datos que en este momento se anuncian tienen que ver con imágenes a partir de microscopía electrónica de muestras de tejidos.
Se comenta que la asociación con la persistencia en el tiempo del antígeno S (spike) del virus SARS-CoV-2 más allá de los 12 meses de la infección podría estar detrás de estos microcoágulos, pero aún faltan datos. Esta explicación, sin embargo, nos supondría una complicación pues aún encontrando un medicamento que pudiera eliminar estos coágulos estos podrían volver a formarse.
En este sentido existen varias líneas de investigación en marcha, pero, comentan que los primeros resultados de un estudio con anticoagulantes junto con antiagregantes (Pretorius& Kell et al) muestran que mejoran esta sintomatología. Esperar y ver.
Mateu Seguí Díaz
médico de familia
Seguí Díaz M. ¿Cuál es la causa del COVID persistente?. Es Diari MENORCA. 08-01-2023: 30. http://menorca.info/
https://www.webmd.com/covid/news/20221207/microclots-may-explain-long-covid-symptoms
https://www.who.int/teams/health-care-readiness/post-covid-19-condition
1 comentario:
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Copio y pego
Hola
Muy interesante el articulo
vease tambien ;
M. Jamoulle. "Le LONG COVID vu de FRANCE. Compte rendu de la 2eme journée Long Covid, The LONG COVID seen from FRANCE. Report of the 2nd Long Covid day, Nancy 8/12/2022." 2022. https://hdl.handle.net/2268/297474
atentamente
mJ
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