Garantizar que un especialista en pediatría atienda a todos los niños en Atención Primaria. Una campaña poco afortunada
Hace un mes volví a abrir el tema de la pediatría en la atención primaria (AP) en nuestro país. Comenté la inquietud, a mi entender infundada, de los pediatras (PED) por la “desaparición” de esta figura en la AP, habida cuenta la falta de éstos en ciertos lugares que son sustituidos por médicos de familia (MF) con experiencia en este tramo de edad.
Al efecto se ha realizado una campaña de recogida de firmas a instancias de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) con una reinvindicación clara pero con un objetivo imposible, tal como se plantea: “que las administraciones garanticen el derecho de todos los niños y adolescentes a tener un médico especialista en Pediatría en los centros de salud del sistema sanitario público español”
La realidad es, como señalé en un artículo sobre el “futuro de la atención primaria ante la falta de médicos” (FMC 2008), que los PED en España siempre se han movido entre el exceso (previo al aumento de la edad pediátrica, allá por los 80) o la carencia (plazas atendidas por MF, en la actualidad), la reinvindicación de una edad pediátrica cada vez más dilatada y la pretensión de que el tramo pediátrico en AP sea atendido en exclusividad por un especialista en PED. Y casar todos estos aspectos a la vez es complicado. O faltan o sobran según la natalidad y la edad asistencial, de modo que el único ajuste del número de PED a la realidad poblacional es modificando la edad pediátrica. Subir o bajar según la demografía. Lo otro, es quererlo todo sin posible arreglo a corto plazo más que permitir que los MF ocupen, como está ocurriendo desde hace mucho tiempo, dichas plazas. Que dicho sea de paso son las menos apetecibles por los PED, habitualmente pueblos.
La argumentación de la campaña se basa en que por culpa de la administración se han creado y mantenido “unas condiciones laborales poco atractivas en Atención Primaria, y la consecuente migración de los nuevos pediatras a la asistencia privada o al extranjero”.
Sin embargo, el trasfondo que se respira es el agravio producido al ver como la carencia de PED en ciertos sitios se soluciona dando dichas plazas a MF. Dando a entender que dicha función puede ser realizada por éstos sin que se produzca un menoscabo en la asistencia a los más pequeños, que mal que pese, es la realidad. Así, la falta de reconocimiento de la figura del especialista en PED, que la administración puede confundir cuando tiene necesidad con un MF con conocimientos en PED, crea ampollas. Cualquiera sirve para atender una consulta de PED de AP, es la idea se transmite.
Y es que la administración no distingue los profesionales contratados eventualmente (en realidad no conoce la cantidad de profesionales en esta situación que con título de PED tiene); ni el paciente puede identificar si quien le atiende es un MF o un PED, pues ni en la entrada de la consulta de PED ni en la identificación del médico se especifica. Tanto una, la administración, como el otro, el profesional MF, se encuentran cómodos en la indefinición.
Y es que no existe solución a medio plazo si no se transige en algo. O se reduce la edad pediátrica ajustando los PED a la población, o se permite que los MF hagan funciones de PED.
Lo otro es aumentar las plazas MIR de PED de manera inasumible y cuyos frutos se verán de aquí 5 años, a riesgo que después la oferta supere a la demanda; o crear un efecto llamada de PED de otros países, habitualmente de América Latina, para que dejen sus hospitales y vengan a atender a los “niños sanos” en la AP de España.
Y es que el “pecado original” de nuestra Reforma de Atención Primaria (RAP) resurge periódicamente en forma de agravios comparativos en PED. Otro gallo hubiera cantado si a los MF se les hubiera formado y capacitado a llevar a familias enteras sin sesgos de edad y a realizar una auténtica asistencia longitudinal de éstas; al tiempo que los PED hicieran una verdadera función de especialistas consultores en AP. Pero esto es algo que a nadie le interesa.
Mateu Seguí Díaz
Médico de Familia
PS.- “sorprende y no sorprende” la noticia, la paradoja de producirse un “avance”, al crear una plaza para que un “MF con conocimientos en PED” atienda a los niños que hasta ese momento había atendido el MF de toda la vida. Y es que entiendo que los MF serían el mal menor de una carencia de PED en una plaza consolidada, no que se creen plazas de PED sin tener recursos para cubrirlas. Pero esto es lo que queremos y tenemos.
-Mateu Seguí Díaz. Perspectivas de futuro de la atención primaria ante la falta de médicos. FMC 2008;15:81-6 - Vol. 15 Núm.2 DOI: 10.1016/S1134-2072(08)70744-8
-Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap)
-Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (SEPEAP):
-https://www.aepap.org/actualidad/noticias-aepap/confianza-firma-contra-la-desaparicion-del-pediatra-de-tu-centro-de-salud
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Muy buen análisis Mateu.
Otro cul de sac en el que nos hemos metido. La opinión de la Academia, sociedades y asociaciones pediátricas que no casan con los intereses de los profesionales.Rancio corporativismo de campanario.
Pero ya hemos metido en la cabeza de la población que hay que ir al pediatra , incluso cuando se està sano , no te digo cuando el niño tiene mocos. Esto és empoderamiento
http://www.lavanguardia.com/edicion-impresa/20171205/433428238157/la-rebelion-de-madres-en-la-vila-olimpica.html
http://www.lavanguardia.com/edicion-impresa/20171205/433428238787/me-quede-sin-pediatra.html
Si, Antoni, al final la población busca mantener el statu quo aunque este no aporte mucho, o el cambio pudiera ser ventajoso. Y esta búsqueda está en buena medida fomentada por los mismos profesionales por puros intereses corporativos (de ahí la campaña que comento). Nuestro rígido sistema ha convencido a la población que este es el único posible. Cualquier cambio se interpreta como una amenaza.
Gracias por tu comentario y direcciones
mateu seguí díaz
Publicar un comentario