Recomendaciones para evitar intervenciones innecesarias a los pacientes ancianos
Siguiendo con las listas que los organismos o sociedades científicas, españolas o extranjeras, están publicado con las que evitar intervenciones innecesarias, nos percatamos, una vez más, de la iniciativa iniciada en el 2011 del American Board of Internal Medicine Foundation dentro de la campaña de “elegir sabiamente” ("Choosing Wisely®") la correspondiente a American Geriatrics Society's (AGS), la Sociedad de Geriatría Americana, en la que se aborda la idoneidad según la evidencia científica actual de ciertas pruebas, medicaciones y procedimientos que se aplican a nuestros pacientes, en el marco de una prevención cuaternaria. En este aspecto, señalan, según un documento del 2008 del Congressional Budget Office que alrededor del 30% del gasto sanitario de EEUU sería innecesario. La AGS publicó su lista en el Journal of the American Geriatric Society en junio del año pasado, y ahora este mes la ha ampliado con 5 recomendaciones sobre pruebas o tratamientos más.
Las recomendaciones iniciales eran (traducción libre):
*No recomendar utilizar tubos de alimentación parenteral en personas con demencia avanzada. Ofrecer la alimentación oral asistida
* No usar antipsicóticos como primera opción en el tratamiento de los síntomas conductuales o psicológicos relacionados con la demencia.
* Evitar utilizar medicación hipoglucemiante con el objetivo de alcanzar HbA1c inferior a 7,5% en adultos de mayores de 65 años. Un control metabólico moderado sería más conveniente
* No usar benzodiacepinas o fármacos hipnotico-sedativos en adultos ancianos como primera opción para el tratamiento del insomnio, la agitación o el delirium.
* No utilizar antibióticos para el tratamiento de la bacteriuria en ancianos a menos que existan síntomas urinarios.
Las nuevas recomendaciones (J Am Geriatr Soc. 2013;61(4):622-631)
* No prescribir inhibidores de la colinesterasa para el tratamiento de la demencia sin una evaluación periódica de sus posibles beneficios cognitivos y de sus efectos gastrointestinales. Si el paciente empieza con dichos medicamentos y los objetivos del tratamiento no se alcanzan después de un tiempo razonable de 12 semanas, debería considerarse su interrupción.
* No recomendar el cribado de cáncer de mama o colorectal ni del cáncer de próstata (mediante la PSA) sin considerar la esperanza de vida y los riesgos de la prueba debidos al sobrediagnóstico o al sobretratamiento. El cribado de esos 3 cánceres expone al paciente con una esperanza de vida inferior a 10 años a posibles efectos secundarios y pocos beneficios potenciales.
* Evitar la prescripción de estimulantes del apetito o suplementos hipercalóricos para el tratamiento de la anorexia o la caquexia en ancianos. En vez de esto optimizar los apoyos sociales proveer de asistencia a la alimentación y clarificar los objetivos y las expectativas. No existen evidencias de que esos estimulantes y suplementos mejoren la calidad de vida, el humor, el estatus funcional o la supervivencia.
* No prescribir medicación alguna sin revisar la medicación anterior. Una revisión de la medicación puede reducir la cantidad de estas y la exposición a medicación innecesaria.
* Evitar las restricciones físicas del anciano hospitalizado con delirio como medio para manejar la sintomatología conductual. Utilizar estas restricciones solo como último recurso, y retirarlo tan pronto como sea posible.
AGS Choosing Wisely Workgroup Disclosures. J Am Geriatr Soc. 2013;61(4):622-631.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario