Sirven los probióticos para prevenir la alergia infantil
A los probióticos se les define como a microorganismos vivos que son administrados al individuo en unas cantidades adecuadas con la que mejorar la salud de quien lo recibe.
El auge, la moda de su prescripción en la infancia está relacionada con la conocida como la “hipótesis higienista” por la cual la falta de exposición a infecciones a estas edades en las sociedades desarrolladas influye negativamente sobre el desarrollo del sistema inmunológico del niño pudiendo conducir a defectos del mismo con la aparición de enfermedades dependientes de ésta al no haber estímulos externos (microbios) y si en cambio o otras sustancias de nuestro entorno inmediato contra las que reaccionamos en forma de “alergias”...
En este sentido, se ha visto como vivir en familias numerosas, en ciertos ambientes rurales, o en presencia de animales de compañía.. pudiera evitar el desarrollo de asma, rinitis alérgica, dermatitis alérgica… dejando la idea de que un exceso de higiene no es del todo saludable, sobre todo en los niños y a determinadas edades. Algo de lo que hablamos hace 5 años (Es Diari 23-12-2016).
Así comentábamos como ciertos hábitos proscritos como chuparse los dedo o comerse las uñas (Lynch SJ et al), aunque exponen al niño con cantidad de microorganismos y a enfermedades (gastrointestinales, parásitos...), pueden tener algún efecto beneficioso en este sentido. Es la cara y el envés de la inmunidad.
Al aumentar el riesgo a enfermar por infecciones intestinales se aumenta la variedad de la flora intestinal (la microbiota, de la que ha hemos hablado en muchas ocasiones) incrementando con ello la inmunidad natural. La otra cara de la moneda. Un poco con estos mimbres ha proliferado el afán de ingerir gérmenes que aumenten nuestra inmunidad sin riesgo de infecciones lo que nos lleva al tema de los probióticos.
Sin embargo, la suplementación de probióticos con el objetivo de modificar la microbiota y mejorar ciertas patologías en los niños pequeños como el cólico del lactante, patología muy frecuente y que desespera a los padres, no han sido hasta ahora satisfactorios (SungV et al), por ejemplo.
Sin embargo, en las enfermedades alérgicas los estudios aleatorizados y controlados en recién nacidos suplementados con un tipo de bacteria el Lactobacillus rhamnosus (LGG) han dado resultados contradictorios en la prevención de estas enfermedades, apuntando que los efectos de éstos sobre las alergias no serían suficientes pues éstas pudieran estar relacionadas, además, con el ambiente que rodea al niño (lactancia materna, por ejemplo…), por lo que intentando influir solo en la flora intestinal no sería suficiente en este sentido.
En cuanto a efectos secundarios se admite, aún a falta de estudios, que son seguros pues no se han detectado daños en general ni en niños predispuestos (Bafeta A et al).
Es el Trial of Infant Probiotic Supplementation (TIPS) Study, un estudio realizado en Estados Unidos (EEUU) cuyo objetivo fue determinar si la administración de probióticos durante los primeros 6 meses de vida pudiera influir (reducir) la incidencia acumulada de dermatitis alérgica y asma bronquial en la infancia y en niños predispuestos.
Se trató de un ensayo clínico con suplementación de la bacteria LGG durante los primeros 6 meses de vida en 92 lactantes frente a unos niños controles (92) que recibieron placebo, con el objetivo primario de determinar la incidencia de dermatitis alérgica; y secundariamente de asma bronquial o rinitis alergica, en niños de alto riesgo de contraer estas enfermedades.
Los niños se siguieron hasta el 6 año y en este período de tiempo la incidencia acumulada estimada de de dermatitis fue del 30,9% en el grupo control y del 28,7% en el grupo con suplementos de LGG, por lo que la tasa de riesgo no fue destacable.
Al 5 año la incidencia acumulada de asma fue del 17,4% en el grupo control y del 9,7% en la rama suplementada con LGG , siendo el riesgo tampoco significativo .
Concluyeron que en niños de alto riesgo de alergias, la suplementación con un probiótico, el LGG durante los primeros 6 meses de vida, no parecía influir en el desarrollo de ezcema alérgico o de asma bronquial a partir de la edad de 2 años.
Los resultados de estos días abundan más en lo mismo y tienen que ver con la incidencia de estas patologías cuando estos niños han alcanzado los 7 años de edad. Si que se demostró, sorprendentemente, como resultado colateral, que el parto por cesárea estuvo relacionado con mayor incidencia de rinitis.
De ahí, que se apunta que en el tema de las alergias en los niños la modificación de la microbiota con probióticos no sería suficiente para su prevención, se debería hacer un abordaje más complejo, al ser la causa de éstas en buena medida multifactorial.
Por ahora no hay nada concluyente.
Mateu Seguí Díaz
médico de familia
Seguí Díaz M. Sirven los probióticos para prevenir la alergia infantil Es Diari. 03-05-2022: 33. http://menorca.info/
Seguí Díaz M. Los malos hábitos en la infancia y las alergias en la edad adulta. Es Diari. 23-12-2016: 17. http://menorca.info/
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