miércoles, 25 de junio de 2014

Comer carnes rojas en la juventud incrementa el riesgo de cáncer de mama en mujeres postmenopausicas

Comer carnes rojas en la juventud incrementa el riesgo de cáncer de mama en mujeres postmenopausicas

Sobre las carnes rojas en general y de las carnes rojas y procesadas hemos hablado en otras ocasiones. Las carnes rojas han sido relacionadas con problemas cardiovasculares, al vehiculizar grasas saturadas y con diversos cánceres como de próstata, de colon y del que hablamos ahora, con el de mama (CM), según un artículo publicado este mes en el BMJ..
En general, la alta ingesta de proteínas podría afectar al riesgo del CM al estimular factores de crecimiento insulínicos (insulin-like growth factor 1) que podrían relacionarse con el crecimiento de ciertos tumores de mama. Sin embargo, la diferente fuente de proteínas podría producir diferencias en el riesgo de CM.
Hay que adelantar que los estudios de cohortes, los metaanálisis de cohortes, sean prospectivas o retrospectivas hasta el momento no han encontrado ninguna asociación entre la carne roja y la incidencia de CM. Sin embargo, la ingesta de carne roja en la adultez precoz se asoció con mayor riesgo de CM en mujeres de la cohorte del Nurses’ Health Study II. Así se ha sugerido que la exposición a la carne roja entre la menarquia y el primer embarazo podría estar alguna relación con el CM. De algo parecido hablamos con respecto al hábito tabáquico en mujeres jóvenes, sobre ingestas altas de alcohol, o la exposición radiológica (mamografías) precoz en mamas jóvenes, que las haría más susceptibles a la degeneración neoplásica en la perimenopausia.
El estudio que comentamos, realizado en EEUU, es el mayor de todos ellos hechos hasta la fecha con tres veces más número de casos de CM, e investiga la asociación entre carne roja procesada y no procesada, antes de la menopausia y el riesgo de CM en mujeres pre y postmenopausicas
Incluye a 88.803 mujeres premenopausicas del  Nurses’ Health Study II, ya comentado, que completaron un cuestionario en el 1991. Cuando empezó el estudio (1989) estas mujeres tenían entre 24 y 43 años de edad. La información alimentaria se recabó los años  1991, 1995, 2003, y  2007 mediante cuestionarios sobre 130 alimentos ingeridos el año anterior.
Como resultados se midieron durante este tiempo los casos incidentes de CM invasivo confirmado por documento de anatomía patológica.
Se documentaron 2830 casos de CM durante 20 años de seguimiento, 1511 en mujeres premenopausicas,  918 en postmenopausicas y  401 casos sin poderlo determinar fielmente.
La mayor ingesta de carne roja se asoció con un riesgo aumentado de CM, riesgo relativo (RR) 1,22 (IC 95%,  1,06 a 1,40; P por tendencia =0,01, entre el mayor y menor quintil de ingesta). Sin embargo, la mayor ingesta de carne de aves, pescado, huevos, legumbres y frutos secos no se relacionó con el CM.
Según el estado menopáusico la mayor ingesta de carne de aves se asoció con menor riesgo de CM en mujeres menopáusicas RR 0,73, (IC 95% 0,58 a 0,91; P por tendencia =0,02, entre el mayor y menor quintil de ingesta), pero no en las premenopausicas, RR 0,93 (IC 95% 0,78 a 1,11; P por tendencia =0,60, del mayor a menor quintil de ingesta).
En este análisis se mostró que cambiando diferentes proteínas (una ingesta diaria) cambiaba el riesgo de CM. Así, cambiando una ingesta de carne roja por legumbres se asociaba a un 15% menor riesgo de CM en todas las mujeres y un 19% menos en mujeres premenopausicas. Y de la misma forma, sustituyendo una ingesta diaria por carne de ave de corral (pollo…) se asociaba con un 17% menor riesgo de CM en general y un 24% menor riesgo de CM en mujeres postmenopausicas. Y sustituyéndolas por un combinado de legumbres, frutos secos, aves de corral, pescado, se alcanzó un 14% menor riesgo de CM en general y en mujeres premenopausicas.
Concluyen, que la ingesta diaria de carne roja en mujeres adultas jóvenes sería un riesgo de CM, al tiempo que cambios en esta ingesta por otras fuentes de proteínas reducirían este riesgo. Hay que decir que las conclusiones de este estudio no van en consonancia con otros estudios al respecto hasta  el momento, aunque este, al parecer sería el más completo.
La explicación de estos datos se encontraría en que las sustancias producidas por las carnes al cocinarlas a altas temperatura generarían aminas heterocíclicas,… que junto con los residuos hormonales que podrían tener las carnes de reses que han sido estimuladas hormonalmente en su crecimiento, podrían influir en la degeneración neoplásica de la mama a lo largo del tiempo. 
Con todo hay que decir que la  mejor prevención del CM es hacer una vida sana en la juventud evitando tóxicos (alcohol, fumar..), evitando mamografías innecesarias y haciendo una dieta equilibrada con poca ingesta de carne roja y sobre todo procesada (embutidos, hamburguesas…)

Farvid MS, Cho E, Chen WY, Eliassen AH, Willett WC. Dietary protein sources in early adulthood and breast cancer incidence: prospective cohort study. BMJ. 2014 Jun 10;348:g3437. doi: 10.1136/bmj.g3437.


domingo, 22 de junio de 2014

¿Citología anal?

¿Citología anal?

Los comportamientos sexuales condicionan patologías. La patología oncologica por excelencia de la mujer es el cáncer de cérvix uterino que se intenta controlar con medidas de prevención primaria como los anticonceptivos de barrera (preservativos) o secundaria (citología), dando cuenta que es una patología de trasmisión sexual. Entendiendo con ello que lo normal es un comportamiento sexual convencional. Sin embargo, este, al parecer este está cambiando, al menos en algunos países, y con ello las tasas epidemiológicas de patologías remotas o infrecuentes, tal es el caso de cáncer anal (CA).
Una noticia del BMJ haciéndose eco de cifras actuales de prevalencia de esta patología dan cuenta del aumento, sin explicación clara, de las tasas esta entidad entre las mujeres de UK.  Según este, las tasas de CA en los 70 fue de 0,4 casos por 100,000 mujeres, algo extremadamente raro, en la actualidad (2009-11) esta cifra de ha cuatriplicado a 1,8 por 100,000 mujeres según el “Cancer Research UK’s”. A modo de comparación la incidencia actual del cáncer de cérvix en la mujer española es de 6,3 casos 100.000 mujeres.
Estas cifras podrían ser normales por el comportamiento del varón homosexual, sin embargo han sido, sorprendenmente (términos lógicamente relativos) algo inferiores. Así, de 0,4 casos por 100 000 varones entre 1975-77 se ha incrementado a 1,2 por 100.000 en los años 2009-11. Parecido pero ligeramente inferior. En términos absolutos, hubieron en el 2011, 1175 casos de CA en UK, 414 en varones y 761 en mujeres, 299 muertes de las que 113 fueron varones y 186 mujeres, por esta patología.
Lógicamente el incremento de las tasas se debe al aumento de la prevalencia del papiloma virus (HPV), pues señalan que el 90% de los CA se deberían a esta infección, y al cambio, del alguna manera del comportamiento heterosexual.
Desconocemos como afectarán las recientes campañas de vacunación contra el HPV en las niñas a la prevalencia del CA en el futuro.

Cancer Resarch UK. Anal cancer: trends over time.
www.cancerresearchuk.org/cancer-info/cancerstats/types/anal-cancer/Incidence/#Trends

Anal cancer rates quadruple among UK women in past 40 years
BMJ 2014; 348 doi: http://dx.doi.org/10.1136/bmj.g3747 (Published 6 June 2014)
Cite this as: BMJ 2014;348:g3747

miércoles, 18 de junio de 2014

¿Cuál es el riesgo de fractura después de interrumpir el tratamiento con alendronato?

¿Cuál es el riesgo de fractura después de interrumpir el tratamiento con alendronato?

Un tema que no tenemos resuelto es como evaluar el riesgo de fractura cuando aconsejamos a nuestro paciente osteoporotico que deje el bifosfonato (el alendronato habitualmente) tras 5 años de tratamiento. Que hemos de hacer, los dejamos así sin más, sabiendo que son personas teóricamente de alto riesgo, pues su densidad mineral ósea (DMO) o sus factores de riesgo, hacen que sean más proclives a presentar una fractura.
Por ello, traemos a colación un trabajo (el primero de su clase, leemos) que intenta conocer cual es el riesgo de fractura en mujeres que han interrumpido su tratamiento con alendronato tras 4-5 años de consumo, que factores son los implicados y si sirve de algo hacer un seguimiento al respecto.
Para ello, utilizaron a las participantes del The prospective Fracture Intervention Trial Long-term Extension (FLEX) un ensayo clínico aleatorizado (ECA) de mujeres posmenopáusicas entre 61-86 años en tratamiento entre 4-5 años o con alendronato, o más de 5 años con alendronato o placebo entre 1998 y 2003. 
En esta entrega se analiza el grupo placebo (tras la interrupción no hubo ninguna medicación activa) mediante una  DXA (dual-energy x-ray absorptiometry) que midió la DMO cuando se interrumpió el tratamiento (estado inicial del ECA) a año y a los 3 años de seguimiento. Se determinó a su vez dos marcadores del “turnover” óseo, como el  NTX ( type 1 collagen cross-linked N-telopeptide) urinario, y el  BAP (serum bone-specific alkaline phosphatase) plasmático, de igual modo, en la etapa basal, al año y a los 3 años.  Se midió en ese tiempo las fracturas no vertebrales acaecidas durante el seguimiento mediante la DXA y los marcadores óseos.
En 5 años de seguimiento del grupo del placebo, 94 de 437 mujeres (22%) tuvieron una o más fracturas sintomáticas, 82 de ellas tras un año de seguimiento.
Según esto, ni los cambios del DXA ni del NTX y del BAP al año ni a los 3 años de seguimiento se relacionaron con el riesgo de fractura, aunque tener mayor edad y una DXA baja de la cadera en el momento de la interrupción del tratamiento y el intervalo transcurrido desde la interrupción y la fractura se correlacionaron significativamente con el riesgo de fractura, 
El tercil más bajo del DXA del cuello femoral en el momento de la interrupción frente a  los dos terciles siguientes supusieron un hazard ratio (HR) de 2,17 (IC 95% 1,38-3,41);  y del DXA de toda la cadera un HR de 1,87 (IC 95% 1,20-2,92).
Concluyen, que tras la interrupción durante 4-5 años de tratamiento con alendronato el 22% de las mujeres tendrían alguna fractura durante los 5 años siguientes, que la mayoría harían la fractura el primer año. Que la edad de las mujeres y la densidad mineral ósea (DMO) en el momento de la interrupción predecirían las fracturas durante los 5 años siguientes. 
Según estos datos la medición con DXA y marcadores óseos como  BAP o NTX  al año y a los dos años tras la interrupción del tratamiento no se asociarían con mayor predicción de riesgo de fractura y por ello no deberían ser recomendados.
Con todo, son datos de un estudio pequeño y hacen falta más estudios al respecto para llegar a conclusiones; sin embargo, tras la interrupción del tratamiento con alendronato (entendiendo que eran mujeres osteoporóticas que precisaban este tratamiento) el riesgo de fractura aumenta espectacularmente, al tiempo que DMO y la edad de la mujer serían los mejores predictores de esta situación, por lo visto.

 Gourlay ML, Ensrud KE. Bone Density and Bone Turnover Marker Monitoring After Discontinuation of Alendronate Therapy: An Evidence-Based Decision to Do Less. JAMA Intern Med. 2014 May 5. doi: 10.1001/jamainternmed.2014.162. [Epub ahead of print]


Bauer DC1, Schwartz A2, Palermo L2, Cauley J3, Hochberg M4, Santora A5, Cummings SR6, Black DM2. Fracture Prediction After Discontinuation of 4 to 5 Years of Alendronate Therapy: The FLEX Study. JAMA Intern Med. 2014 May 5. doi: 10.1001/jamainternmed.2014.1232. [Epub ahead of print]. 



lunes, 16 de junio de 2014

Comer y correr, de Julio Basulto y Juanjo Cáceres

Comer y correr, de Julio Basulto y Juanjo Cáceres

Se trata de otro libro del nutricionista y divulgador de la salud Julio Basulto. Este sobre un tema de actualidad que interesa a mucha gente pero distinto a los que hasta ahora ha venido publicando.
Es interesante para clarificar conceptos erróneos que en este aspecto se trasmiten sin ninguna base científica sobre una práctica, que pudiéndo ser fuente de salud, pude llegar a ser peligrosa, como hemos visto en algunos post anteriores. Conviene tener los conceptos claros para evitar sustos innecesarios en una práctica cada vez más frecuente. Una práctica que va desde el correr, como manera de hacer ejercicio físico para mantenerse en forma, a competir con otros y con uno mismo con el objetivo de alcanzar metas cada vez más difíciles, que incluso puede llegar a niveles de obsesión. Y es que cada tiempo o distancia (5-10 km, media maratón, maratón, o superiores) tiene sus particularidades energéticas y necesidades que conllevan a diferencias en la ingesta para poder mantener el máximo rendimiento, evitando riesgos.
En fin, como sus libros previos, de lectura fácil, claro y conciso en los conceptos y entretenido para aquellos, que como yo, el correr de vez en cuando forma parte de nuestras vidas.
Recomendable.

De bolsillo 2014

sábado, 14 de junio de 2014

El consumo moderado de alcohol mejora las complicaciones micro y macro-vasculares

El consumo moderado de alcohol mejora las complicaciones micro y macro-vasculares

El tema del consumo de alcohol es algo controvertido. Queda claro que grandes ingestas crónicas son nocivas para la salud e influyen en cantidad de procesos e incluso en la mortalidad. El tema sin embargo, se encuentra en lo que se ha dado en denominar cantidades moderadas, en las que, se ha señalado, en ciertos estudios sobre su posible efecto beneficioso cardiovascular, aunque en otros que cualquier cantidad ingerida crónicamente aumentaría el riesgo de cáncer. 
La asociación entre el consumo de alcohol y mortalidad coronaria ha sido descrito como una curva en U, en donde el consumo moderado sería beneficioso. 
A nivel mundial existen disparidades en su consumo, pues en las sociedades occidentales, como EEUU, el 51% de la población mayor de 18 años serían consumidores habituales, mientras en el sur- oeste de Asia el 90% de los habitantes serían abstemios.
El tema que tratamos en este post  tiene que ver con el consumo de alcohol y el paciente con diabetes tipo 2 (DM2), un tema poco conocido hasta el momento. La relación del alcohol con la ateromatosis, la inflamación general, la dislipemia y la insulinorresistencia, lo harían de alguna manera particular en este tipo de enfermos.
Sin embargo, el hábito alcohólico suele asociarse, o ir acompañado, de otras variables confusoras no saludables como son el  hábito tabáquico, el sedentarismo, la mayor ingesta,... lo que complica extraer conclusiones en estos pacientes.
Aunque son pocos los estudios al respecto que relacionan este hábito con la enfermedad macrovascular, prácticamente ninguno que lo relaciona con la complicación microvascular.
De ahí que traigamos a colación este estudio posthoc realizado a partir de un ensayo clínico amplio y conocido, lo que le da más valor. En éste se examina la asociación del consumo de alcohol y el riesgo de eventos cardiovasculares (ECV) y muerte en pacientes con DM2, al tiempo que se relaciona el consumo con los objetivos microvasculares y el tipo de alcohol consumido.
El estudio Action in Diabetes and Vascular Disease: Preterax and Diamicron Modified-Release Controlled Evaluation (ADVANCE), es uno de los estudios clásicos en el paciente con DM2 evolucionado. Un estudio aleatorizado  y multicéntrico (20 países) sobre 11.140 pacientes con DM2 y mayores de 55 años, con historia de enfermedad macrovascular o microvascular o algún factor de riesgo cardiovascular (FRCV), que se diseñó en dos brazos. Uno, metabólico, control intensivo frente a convencional, y otro, sobre el control antihipertensivo. Los objetivos fueron los eventos cardiovasculares (muerte cardiovascular, accidente vásculo-cerebral, e infarto de miocardio no fatal) y las complicaciones microvasculares.
El consumo de alcohol se registró directamente por el paciente, según el tipo de alcohol y cantidad consumida, Se definió el consumo de alcohol siguiendo los criterios del Royal College of Physicians,  en nulo, consumo importante (más de 21 consumiciones por semana en varones y 14 en mujeres), y consumo moderado (por debajo de dicha cantidad). Para ello se aplicó un modelo de regresión múltiple Cox ajustado por diferentes factores confusores y relacionando el consumo con los diferentes objetivos.
La duración del estudio fue de 5 años de seguimiento, en el que 1031(9%) de los pacientes murieron, y 1147 (10%) tuvieron algún evento cardiovascular, y 1136 (10%) alguna complicación microvascular.
De los pacientes seguidos, 3.389 (30%) eran bebedores de alcohol, y 413 (4%) grandes bebedores.
Dentro del consumo de alcohol 1.335 consumían vino habitualmente (media de 5 consumiciones por semana), y  2.054 cerveza o licores (media de consumo de 7 consumiciones por semana)
Comparando los pacientes con consumo de alcohol moderado con aquellos con consumo nulo, se constató que aquellos tuvieron menos eventos cardiovasculares, hazard ratio ajustado (HR) 0,83 (IC 95% 0,72–0,95; p = 0,008), y menos complicaciones microvasculares  HR 0,85 (IC 95% 0,73–0,99; p = 0,03) y menor mortalidad por cualquier causa HR 0,87 (IC 96% 0,75–1,00; p = 0,05). Según esto, los beneficios fueron evidentes en los individuos con DM2 que bebieron vino, así el HR de eventos cardiovasculares fue de  0,78 (IC 95% 0,63–0,95, p= 0,01 y de mortalidad por cualquier causa de HR 0,77 (IC 95% 0,62–0,95, p = 0,02).
Por el contrario, el consumo importante frente al abstemio tuvo un mayor riesgo de eventos cardiovasculares y de cualquier causa de mortalidad, y además dosis dependiente.
Se concluye que en pacientes con DM2 el consumo moderado y sobre todo si es a base de vino se asociaría a un menor riesgo de eventos cardiovasculares y de mortalidad por cualquier causa. Existiría un 17% menor riesgo de eventos cardiovasculares, un 15% menos de complicaciones microvasculares y un 13% de menor mortalidad por cualquier causa.

Blomster JI1, Zoungas S, Chalmers J, Li Q, Chow CK, Woodward M, Mancia G, Poulter N, Williams B, Harrap S, Neal B, Patel A, Hillis GS. The relationship between alcohol consumption and vascular complications and mortality in individuals with type 2 diabetes. Diabetes Care. 2014 May;37(5):1353-9. doi: 10.2337/dc13-2727. Epub 2014 Feb 27.

domingo, 8 de junio de 2014

Más consideraciones sobre la determinación del PSA en el cribado poblacional

Más consideraciones sobre la determinación del PSA en el cribado poblacional

A raíz de unos comentarios en medscape y de unos datos que se dieron en una reunión entre primaria y especializada de mi área de salud al respecto del cáncer de próstata (CP), en la que se señaló con sorpresa como existían hasta diferencias de más de 5 veces en las peticiones de PSA (prostate-specific–antigen) por centros de salud , retomo este manido tema. ¿Cómo es posible tanta variación en una misma área de salud?. Las peticiones iban de 2400 a 400 anuales, del que más al que menos. ¿Cuál es el centro que lo hacía mejor, el que más peticiones generaba o el que  menos?
El problema es que, por un lado el CP un tumor de alta prevalencia (240,000 CP en el 2012 en EEUU y 28,170 muertes por este motivo), el segundo cáncer tras el cáncer de pulmón en dicho país; y por otro, que según la edad su evolución es lenta lo que no siempre condicionará su mortalidad. O sea, que su detección precoz no siempre aumentará la esperanza de vida por esta causa.
Como vimos en los macro estudios diseñados para considerar a la PSA en el cribado poblacional con el fin de disminuir la mortalidad por esta causa dieron resultados dispares. El Prostate, Lung, Colon, and Ovarian (PLCO) Cancer Screening Trial no lo pudo demostrar que se disminuyera la mortalidad, aunque si (un 20%) el European Randomized Study of Screening for Prostate Cancer (ERSPC). Los análisis posteriores han señalado que no se recomienda la utilización del PSA rutinariamente como cribado en personas varones asintomáticos.
Como vimos,  la U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF) se hizo eco de los  beneficios de la detección precoz del CP pero señaló que la utilización de la PSA indiscriminada causaría más daños que beneficios (nivel D de recomendación, o de expertos). La Cochrane tampoco encontró beneficios. Con todo, delante al disyuntiva de solicitar esta prueba en los pacientes asintomáticos se les debe informar los posibles resultados para compartir las consecuencias.
El PSA sería útil en el cribado de CP en personas de riesgo, como en varones de raza negra, o historia familiar precoz de CP.
También vimos, a raíz de un estudio sueco, como se podrían realizar PSA periódicos en la edad media de la vida y a partir de esta valorar si es conveniente su repetición posterior.  O sea una determinación de PSA a la edad de 60 años  ≤ 1 ug/l, sería suficiente en la mayoría de varones. Por encima de  ≥2 ng/ml ,según dicho estudio, la realización de la PSA se relacionó con una reducción de la mortalidad por CP. El NNT  fue de solo 23 varones  cribados y 6 diagnosticados para evitar una muerte por CP durante un período de 15 años.
En este aspecto, según el  ERSPC, el valor predictivo de la PSA aumentaba con la edad, el NNT durante una media de 12 años se seguimiento cayó de 565 entre los 55-74 años a 392 cuando se ajustaba entre 65-69 años,  algo que no habían señalado en los análisis iniciales. Con todo, el  PLCO continua contradiciendo al  ERSPC y no demuestra que su determinación mejore la mortalidad.

Por ello, no queda más remedio que identificar a aquellos pacientes con mayor riesgo de presentar CP y es donde entraría la historia familiar y la determinación del a PSA a los 60 años, como hemos señalado al inicio del post. Según este el 71,7% de los varones a esta edad tendrían valores de PSA inferiores a  2 ng/ml. Realizando la determinación por encima de este valor solo se necesitarían a 23 varones para prevenir una muerte por CP, no que no es un dato baladí. 

Prostate Cancer Screening: It Ain't Dead Yet-  Charles P. Vega, 

Andriole GL, Crawford ED, Grubb RL 3rd, et al; PLCO Project Team. Mortality results from a randomized prostate-cancer screening trial. N Engl J Med. 2009;360:1310-1319.

Schröder FH, Hugosson J, Roobol MJ, et al; ERSPC Investigators. Screening and prostate-cancer mortality in a randomized European study. N Engl J Med. 2009;360:1320-1328.

Screening for prostate cancer: systematic review and metaanalysis of randomised controlled trials Djulbegovic M, Beyth RJ, Neuberger MM, Stoffs TL,Vieweg J,Djulbegovic B, Dahm P. BMJ. 2010;341:c4538.

Moyer VA; U.S. Preventive Services Task Force. Screening for prostate cancer: U.S. Preventive Services Task Force recommendation statement. Ann Intern Med. 2012;157:120-134. Abstract

Ilic D, Neuberger MM, Djulbegovic M, Dahm P. Screening for prostate cancer. Cochrane Database Syst Rev. 2013;CD004720.

Carlsson S1, Assel M, Sjoberg D, Ulmert D, Hugosson J, Lilja H, Vickers A. Influence of blood prostate specific antigen levels at age 60 on benefits and harms of prostate cancer screening: population based cohort study. BMJ. 2014 Mar 28;348:g2296. doi: 10.1136/bmj.g2296.




viernes, 6 de junio de 2014

14, de Jean Echenoz

14, de Jean Echenoz

Novela corta con argumento y estilo de haber sido escrita a principios del siglo pasado. La sorpresa por mi parte, vino (pues fue un regalo), cuando busqué en internet, tras haberla leído, quien era su autor y descubrí que es contemporáneo y que la novela es del 2012.
Con el regusto de lo añejo tiene un argumento poco lineal pero cautivador, detallista y emotivo que en engancha. En mi opinión ha de leerse de un tirón pues si no se pierde el hilo. Recomendable por el argumento, la extensión y la prosa, muy cuidada y agradable.
Tiene muy buenas críticas, por lo que leo 





lunes, 2 de junio de 2014

Se mantiene al naproxeno como el antiinflamatorio no esteroideo más seguro a nivel cardiovascular

Se mantiene al naproxeno como el antiinflamatorio no esteroideo más seguro a nivel cardiovascular

No hace mucho que hablamos que el naproxeno no tendría el mismo riesgo cardiovascular que otros antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Un macro-metanálisis publicado en Lancet el año pasado que incluía 280 ensayos clínicos aleatorizados (ECA) de AINES frente a placebo con 124.513 individuos o  68.342 personas/año de seguimiento, y 474 ECA comparando AINES con otros fármacos que incluyó a 229.296 personas o 165.456 personas/año de seguimiento, mostró como
que tanto los COX2 (RR 1,37) como el diclofenaco (RR 1,41) aumentaban hasta tres veces los eventos cardiovasculares (ECV). El naproxeno, por el contrario, no los incrementa  (RR 0,9). Del mismo modo, la mortalidad cardiovascular se incrementó significativamente con los COX2 (RR 1,58) y en el diclofenaco (RR 1,65), en el ibuprofeno (RR 1,9, aunque sin significación), pero no en el naproxeno (RR 1,08). Por ello, se concluyó que el naproxeno sería el AINE con menor riesgo cardio-vascular.
A raíz de este los revisores de la  US Food and Drug Administration (FDA), de la Arthritis Advisory Committee (AAC) y de la Drug Safety and Risk Management Advisory Committee (DSARM) se hacen eco de este metaanálisis reforzando las conclusiones del FDA del 2005 en la que el riesgo cardiovascular está incrementado en los COX2 y AINE no selectivos, pero admitiendo actualmente que un AINE, el naproxeno, tendrían menos riesgo. En el 2005, fue cuando tanto la FDA, AAC como la DSARM concluyeron que los tres COX-2 aprobados (celecoxib, rofecoxib y valdecoxib) se asociaban a un mayor riesgo de ECV frente a placebo. El rofecoxib fue retirado del mercado y el valdecoxib lo hizo eventualmente. El celecoxib está todavía aprobado en el tratamiento de la artrosis y de  la artritis reumatoide, aunque la FDA espera los resultados de un ECA prospectivo el Prospective Randomized Evaluation of Celecoxib Integrated Safety vs Ibuprofen or Naproxen (PRECISION) iniciado tras el 2005 y en el que se evaluará la seguridad de estos tres fármacos: celecoxib, ibuprofeno y naproxeno. Los datos conocidos sobre la seguridad del naproxeno hacen dudar sobre la necesidad de continuar el estudio hasta el final.
Los datos del PRECISION se esperaban para el año pasado pero la falta de participantes hizo que se demorara, de tal modo que no se esperan resultados antes del 2016.
Con todo, y como ya hemos comentado en distintas ocasiones, no hay muchas diferencias entre el diclofenaco y los COX-2, y sobre todo hay que tener en cuenta que el naproxeno es el AINE con menor riesgo de ECV.

FDA Briefing Document. Joint meeting of the Arthritis Advisory Committee and Drug Safety and Risk Management Advisory Committee, February 10-11, 2014. 

Coxib and traditional NSAID Trialists' (CNT) Collaboration. Vascular and upper gastrointestinal effects of non-steroidal anti-inflammatory drugs: meta-analyses of individual participant data from randomised trials. Lancet. 2013 May 29. doi:pii: S0140-6736(13)60900-9. 10.1016/S0140-6736(13)60900-9. [Epub ahead of print]