miércoles, 22 de julio de 2009

Eficiencia y pediatría en atención primaria

Eficiencia y pediatría en atención primaria 

 La experiencia española de la pediatría en AP se saca a colación repetidamente, justamente cuando la carencia de pediatras se hace más aparente. Se trata de un tema, que no resuelto con la reforma de atención primaria, incluso diría yo que agravado, se ha intentado solucionar tirando para adelante, dilatando cada vez más la edad pediátrica y reduciendo cada vez más lo cupos, con lo que la necesidad de especialistas en este tramo de edad se hace cada vez más acuciante. Sorprendentemente no somos de los países que comparativamente más pediatras –PED- necesitemos, pues éramos el segundo en número absoluto de pediatras y el tercer en % por población en el año 2000 en Europa y el incremento anual de las plazas MIR ha ido en aumento. 1 Aún así, somos conscientes de que faltan pediatras, al tiempo que somos conscientes que muchos médicos de familia –MF- ocupan interinamente plazas de pediatras (una estimación surgida en la lista MEDFAM sin base documental, hablaba de alrededor de 2000 MF) en detrimento de aquellas que podrían ocupar de medicina de familia. Y es que el sistema montado tiene poco arreglo pues se forman pediatras (especialidad hospitalaria) para ejercer de puericultores en AP (básicamente es esta su labor), y estos a su vez desbordados el por exceso de demanda asistencial en patologías menores, exigen cada vez cupos más reducidos, sin darse cuenta que cuanto menor es el número de niños por cupo, epidemiologicamente hablando, más difícil es escapar de las banalidades sanitarias, con la consecuente frustración clínica del especialista. Es conocido que la variedad (B Starfield) y la gravedad de la patología atendida en una población pediátrica semejante a la de los adultos (cupos entre 1500-2000) es bastante inferior en el mundo occidental, pero genera paradójicamente mayor demanda asistencial en nuestro país. . Y es que nuestros niños están sanos, pero también lo están los niños ingleses y los atienden un médico de familia.2 Como se comenta en uno de los artículos de Vicente Ortún y compañía, que referencio, al segmentar los mercados se dificulta la tarea del planificador sanitario, y algo de esto debe estar pasando ahora en Madrid, por lo que se ha armado tanto revuelo. Y es que nuestro país tiene una doble segmentación en este aspecto. La creada por las autonomías (17), y la propia de dividir artificialmente la AP en dos segmentos etarios y con profesionales especialistas distintos. De ahí que no sea extraño que, al aumentarse las necesidades –nuevas plazas por reducciones de cupos, natalidad, aumento de la edad pediátrica, jubilaciones..- vuelva a plantearse recurrentemente este tema. Un tema que no se solucionará y que irá agravándose hasta que no se considere a la pediatría de atención primaria como parte de la MF, sin distinciones de edad. 3 También quedaría la alternativa –que no comparto- de mantener el actual sistema pero incorporando a la pediatría de AP como una subespecialidad de la MF, creada a partir de esta y con un tiempo mínimo y suficiente de formación (de 6 meses a un año), con la que surtir al sistema de profesionales. Con todo, en opinión de quién escribe esto, lo más factible sería reducir la edad pediátrica provisionalmente, hasta aquella en la que las diferencias clínicas con la atención de los adultos sea mayor, y pueda plantear problemas a los MF con pocas habilidades en el manejo de los niños; esta frontera ha sido postulada por pediatras en la edad de 3 años. 4 Y a partir de aquí , crear progresivamente cupos indiferenciados, manteniendo la figura del pediatra consultor. Querer desmontar la pediatría de AP y montar la MF sin tramos de edad de golpe, como alguna vez se ha intentado, así como están las cosas, es enfrentarse a problemas en todos los frentes y dificultar que la iniciativa llegue a buen puerto. Y es que nuestro sistema tal vez funcione en ciertos aspectos pero es tremendamente costoso en capital humano. 5

 1.- European Commission. European Communities 2000. Eurostat. Key data on health 2000. Eurostat. Luxemburgo 2000. 

2.- Seguí Díaz M. ¿Quien debe atender a los niños?. La opinión del médico de familia. SEMERGEN 2006; 32 (8): 390-8 

3.- Ortún V, González López-Valcárcel B, Barber Pérez P. Determinantes de las retribuciones médicas. Med Clin (Barc). 2008;131(5):180-3 

4.- Vall Combelles O, Garcia-Algar O. Pediatras, pediatría y comunidad. Cuadernos de Pediatría Social 2005; 7: 4-6

 5- Seguí Díaz M Perspectivas de futuro de la atención primaria ante la falta de médicos. FMC 2008; 15 (2):81-6

2 comentarios:

antoni dijo...

Totalmente de acuerdo.La propuesta de reducir la edad pediatrica, antes de la reforma en el medio urbano estaba en 7a y disponer de pediatras consultores es la más factible y seria bien aceptada por la población. Un apunte final. Aún hay quien defiende consultas de adolescencia llevadas por pediatras. Buen verano.

Mateu Seguí Díaz dijo...

Gracias por tu comentario, Antoni.
Efectivament, a partir de los 7 años no tiene ningún sentido que los niños sean antendidos por especialistas, y menos en la adolescencia. El valor añadido que les da la atención de un pediatra es prácticamete nulo, en comparación a edades inferiores a 3 años. Con todo un MF con un mínimo de experiencia puede llevar a los niños desde el nacimientos sin problemas, siendo su práctica indistinguible de la de los pediatras. Hay suficientes trabajos al respecto, y la prueba del algodon en nuestro país son los cientos de MF que ocupan plazas de pediatria. un saludo