jueves, 13 de octubre de 2022

Alarmismo de la Pediatría de Atención Primaria

Alarmismo de la Pediatría de Atención Primaria 

Nuestro específico sistema de especialidades médicas en donde las sociedades científicas que les representan son compartimentos estancos y no tienen otro fin que defender su existencia  con uñas y dientes, cual corporativismo, da pie a titulares como el del otro día:  “Drama en la pediatría pública de Balears: 68.000 niños no tienen un pediatra titulado” (Alicia Mateos Palma 09/10/22), según palabras de Marianna Mambié, pediatra de Atención Primaria y presidenta de la Asociación de Pediatría de Atención Primaria de las Islas Baleares (APapIB). 

La primera parte del titular, un drama, o sea una tragedia, un problema grave de salud pues 68.000 niños están discriminados, mal atendidos con grave riesgo de su salud al ser tratados por profesionales que no tienen un título de pediatría. ¿Es así?

Y he empezado con que el problema son las especialidades médicas, y en concreto la de Pediatría, y también, porque no,  la de medicina de Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC), pues una cosa es la titulación y otra la capacitación real para ejercer en el primer nivel asistencial en el Centro de Salud (CS).

En el primer caso, la especialidad de pediatría es una especialidad específicamente hospitalaria con profesionales que acaba ejerciendo en el primer nivel, de ahí que se lamente la presidenta de APapIB  que los pediatras recién titulados quieran quedarse en los hospitales y no ejercer en los CS.  Y es que, salvando las distancias, sería lo mismo que para ejercer en el CS en vez del título de especialistas en MFyC precisáramos del título de especialistas en Medicina Interna (MI) (el generalista de adultos del hospital), lógicamente cuando acabáramos la especialidad preferiríamos quedarnos en el hospital más que ejercer en la Atención Primaria (AP) para la que no se nos ha formado; con todo, algunos de éstos especialistas acaban en nuestro nivel asistencial. ¿Cuál es el mejor especialista para ejercer en nuestros CS un MFyC o un especialista en MI? Pues un MFyC.
En este sentido, ¿Sería el mejor profesional para atender a nuestros pequeños en nuestros CS aquel médico formado íntegramente en hospitales de 2º y 3º nivel? Personalmente, a primera vista, creo que no.

Otro tema que se plantea es si nuestros especialistas en MFyC son competentes en la pediatría de nuestro nivel. Y esto tiene que ver con la concepción de la MFyC, que ni es familiar ni es comunitaria, se trata de un puro “dime de que presumes y te diré de lo que careces  ” pura semántica (sería como se denomina al médico generalista en España), de  modo que como muy bien dicen son escasos los meses dedicados a la formación específicamente pediátrica, pues se da por supuesto que la atención sanitaria que impartirá el MFyC recién acabado será básicamente en adultos. Otra cosa es que el residente de MFyC  sea competente en la atención al niño enfermo pues atiende a estos durante los cuatro años de especialización en los distintos servicios de urgencia. 

Y es que  la medicina familiar se basa en dos características, la longitudinalidad, que sea el mismo profesional que atiende a toda la familia (algo no garantizado en nuestro país) durante la mayor parte de su vida,  y para ello se precisa lo segundo, sin distinción de edades. Así lo entienden en  muchos países occidentales donde la atención de los niños está o a cargo de los MFyC en  exclusiva,  o incluso compartida con los pediatras, no como aquí que se encuentran separados y de espaldas. 

La atención del niño por el MFyC tiene muchas ventajas (he escrito mucho sobre ello y no me extenderé), que al margen de la teoría he podido experimentar en mi vida profesional; pero ciñéndonos de este problema de falta de profesionales, tiene una ventaja fundamental, y es que evita tener problemas de falta de recursos humanos, pues todos los profesionales médicos del primer nivel están capacitados para atender a los niños y con garantías.

Con todo esto quiero decir, que si bien el recién MFyC puede adolecer inicialmente de una falta de formación en el área pediátrica, esta se compensa a los pocos meses de ejercer con la experiencia de atender unos motivos de salud poco variados, leves y muy repetitivos. Los signos de alarma y las actuaciones en situaciones de urgencias los ha aprendido a manejar durante cuatro años atendiendo niños en servicios de urgencias. Y lo más importante, es que es capaz de remitir con buen criterio al especialista pediátrico de hospital cuando es necesario, algo que justamente por su titulación (falsa seguridad) es posible que no siempre haga el pediatra titulado del CS que se considera erróneamente al mismo nivel competencial que el pediatra del hospital, pues tiene el mismo título.

 ¿Pueden haber diferencias en la atención al niño entre un MFyC  y un pediatra con titulación?. Puede, aunque la bibliografía hasta el momento no muestra grandes diferencias y escasas en resultados de salud.
Con todo, nuestra administración sanitaria, que es quien permite y alienta esta situación, puede ser conocedora de estas diferencias al poder comparar indicadores de todo tipo (pruebas complementarias, derivaciones, prescripción…); aunque en mi opinión personal no hay diferencias entre ser atendido por un pediatra o  por un MFyC con un mínimo de experiencia en un Centro de Salud. 

Estos titulares en los periódicos no tienen ninguna base real, y si la hay, quien hace estas afirmaciones que lo demuestre, y de ser cierto que la Administración Sanitaria actue pues se trataría de un importante problema de salud. Lo demás es un alarmismo sin fundamento.
Realmente si lo que importa es que hayan suficiente profesionales pediatras en la atención de aquellas edades que realmente diferencian a esta especialidad de la de los adultos, lo tienen fácil, reduzcan la edad pediátrica, y ya está (y es que legalmente entre 7-14 años debería ser compartida).  Lo que no se puede es intentar “nadar y guardar la ropa” reinvindicar una pediatría cada vez más amplia y más estanca y a la vez lamentarse de falta de profesionales.

Mi opinión, sin embargo, al margen de apostar por un MFyC verdaderamente de “familia” integrador de todas las edades durante toda la vida del individuo (al parecer una batalla perdida en nuestro país), es la de hacer que la pediatria de AP surga de un tronco común de la MFyC; una especialización de 1-2 años tras 3 años de especialidad de MFyC (no como ahora 4 años). Lo mismo para medicina de urgencias, geriatría, medicina interna… Con ello se garantizan pediatras de AP de calidad y profesionales polivalentes para nuestra AP y evitaría estos problemas.

Sin embargo, vuelvo al principio, esto es ciencia ficción en nuestro rígido sistema en el que nuestras especialidades son compartimentos estancos y cuyo único fin es subsistir.  

Mateu Seguí Díaz
Médico de Familia

Seguí Díaz, M. Alarmismo de la Pediatria de Atención Primaria. Es Diari MENORCA. 13-10-2022:32  https://www.menorca.info/

Alicia Mateos. Drama en la pediatría pública de Balears: 68.000 niños no tienen un pediatra titulado. La mitad de las plazas están cubiertas por médicos que no cuentan con esa especialidad. Palma 09/10/22. Es Diari 10/10/2022

-Mateu Seguí Díaz. Perspectivas de futuro de la atención primaria ante la falta de médicos. FMC 2008;15:81-6 - Vol. 15 Núm.2 DOI: 10.1016/S1134-2072(08)70744-8

Seguí Díaz M. Los médicos de familia en consultas de pediatría. Es Diari MENORCA. 30-04-2018: 18. http://menorca.info/

M. Seguí Díaz. Quién debe atender a los niños: la opinión del médico de familia.  SEMERGEN. 2006;32(8):390-8.

M. Seguí Díaz. Revisión del niño sano por el médico general/de familia. Semergen 2000;26:196-218 - DOI: 10.1016/S1138-3593(00)73572-6.


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