La alteración del gusto en la infección por la COVID-19
Desde el inicio de la pandemia se constató como la sintomatología de la infección por el virus SARS-CoV-2 (severe acute respiratory syndrome coronavirus 2) era muy variable yendo desde las formas asintomáticas a la afectación general, síndrome respiratorio agudo y muerte.
La sintomatología más frecuente, sin embargo, por la que empezamos a sospechar la COVID-19 sería aquella inespecífica tipo catarro viral, con fiebre, astenia, artromialgias (aunque inferiores a las de la gripe común), junto con síntomas como tos seca y dificultad respiratoria (no siempre objetivada como insuficiencia respiratoria).
Desde el inicio se constató que además de los síntomas catarrales tipo coriza o congestión conjuntival que no muy frecuentes, se añadían otros específicos como la anosmia y la disgeusia, al margen. Unos síntomas precoces, variables pero que de darse, pudieran ser persistentes. Así de todos ellos los más patognomónicos de la infección por la COVID-19 además de la fiebre, la tos seca y la dificultad respiratoria, se encontrarían la anosmia y la pérdida del gusto.
Así, la definición propuesta entonces por el Council of State and Territorial Epidemiologists (CSTE) de EEUU en abril del 2020, incluía uno o más de los tres criterios:
1,- Tos, dificultad para respirar objetiva o sensación de la misma
2,- Al menos dos de los siguientes síntomas: fiebre (termometrada o subjetiva), escalofríos, mialgias, cefaleas, odinofagia o cambios en el olfato y el gusto. O…
3,- Dificultad respiratoria grave o evidencias clínicas o radiológicas de neumonía o de insuficiencia respiratoria sin alternativa posible al diagnóstico de la COVID-19.
Sin embargo, en las series analizadas al margen de estos tres criterios comunes a todos los pacientes con clínica de esta infección, la anosmia y la disgeusia, serian los síntomas precoces más patognomónicos de los pacientes de COVID-19.
Dentro los estudios al respecto, un estudio de Yan CH et al, que comentamos en su día, mostró como la pérdida de gusto y capacidad de oler se manifestó en el 68% (40/59) y el 71% (42/59) de los pacientes con COVID-19 positivo respectivamente, frente a los COVID-19 negativos que fue de 16% (33/203) y 17% (35/203) (p inferior a 0,001), es decir que el Odds ratio (OR) de anosmia fue de 10,9 (IC 95% 5,08-23,5) y de la ageusia OR 10,2 (IC 95% 4,74-22,1). Según este análisis la pérdida de olor y gusto fue un factor potente e independiente asociado con la positividad a la prueba del COVID-19.
La causa de esta disfunción olfatoria no queda clara, pero se ha apuntado a la acción del virus sobre los receptores del encima convertidora de la angiotensina-2 de la membrana basal del epitelio nasal o a la afectación del bulbo olfatorio...
De ahí que la pérdida de olfato y del gusto en un contexto epidémico de la COVID-19 con ausencia de congestión nasal o rinorrea, tendría altas probabilidades de tratarse de un paciente afecto de la de COVID-19. La disfunción del gusto puede ir desde la ageusia (pérdida total), hipogeusia (perdida parcial) a la disgeusia (alteración del gusto); el problema es que suele ir junto; o puede distorsionarse, con la pérdida de olfato, pues ambos pueden relacionarse, con lo que es difícil a veces su diferenciación.
**Un estudio reciente publicado por el Monell Chemical Senses Center cuantifican en un 37% de los pacientes con sintomatología de la COVID-19 que tendrían algún tipo de afectación del olfato y del gusto, como resultado de un metaanálisis sobre 241 estudios (seleccionados de 712 identificados) y 138.785 pacientes (mayo 2020-junio 2021), de los que 32,918 relataron haber tenido alteraciones del gusto tras padecer esta infección. Con más frecuencia esta alteración se dio en individuos entre 36-50 años de edad y en mujeres.
La limitación del mismo, apuntan, se encontraría en ser un análisis de estudios diversos, desde encuestas autoadministradas (valoración subjetiva) a aquellas realizadas de manera directa (aplicación de kits de gustos) y más objetivas pero que solo correspondieron a 18 de los 241 estudios analizados.
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