El ejercicio físico es parte de nuestra vida. El ejercicio físico ayuda a mantener nuestro cuerpo sano a la vez que previene de distintas enfermedades, sean cardiovasculares (infarto de miocardio…), degenerativas (Alhzeimer) u oncológicas (cáncer). Sin embargo, el hecho de que forme parte de nuestra vida hace que debería estar integrado en nuestro estilo de vida, de la misma manera que comemos, dormimos…Sin embargo, no es así. Habitualmente nuestra vida es sedentaria. Estamos sentados la mayor parte del día y el resto nos movemos ayudados por máquinas: ascensores, escaleras mecánicas, automóviles…y cuando llega el fin de semana, como si un sentimiento de culpa nos embargase, salimos compulsivamente al exterior (si hace buen día) y nos dedicamos a hacer deporte (ciclismo,…) como posesos. ¿Es esto lógico? ¿es esto sano?.
Está demostrado que combatir el sedentarismo es una cosa y la actividad física puntual reglada es otra distinta. Existen varios estudios que demuestran que el estado sedente es causa de múltiples enfermedades que van desde el hígado graso, la diabetes a enfermedades cardiovasculares, de ahí que si se está sentado mucho tiempo se proponga cambiar de actividad, estar de pie o caminar al menos cada dos horas. Sin embargo, en nuestro entorno nadie se preocupa por mantener unas ciudades saludables, lo que se hace es cara a la galería, que sean adecuadas para combatir el sedentarismo. No hablo de carriles bici que puestos sin ton ni son no conducen a ningún sitio (acaban en la nada) o en rutas para hacer jogging, running pintadas en el suelo, si no en ciudades donde las personas puedan desplazarse caminando o en bicicleta sin problemas de interferencias motorizadas o peligros para unos (peatones) u otros ciclistas.
Personalmente, siempre subo las escaleras, salgo a caminar diariamente entre 30-45 minutos, cuando tengo que hacer una gestión la hago caminando y aprovecho las situaciones que podría delegar alguna tarea para abandonar mi silla bajar dos pisos y volverlos a subir; en realidad no me cuesta, está interiorizado en mi manera de ser. No lo realizo como una imposición, una prescripción médica, si no que por siento que el movimiento forma parte de mi vida. No pienso primariamente en la salud, creo que el movimiento debería ser parte de nuestra rutina existencial.
Últimamente, a todo esto, he introducido en mi vida una bicicleta. Lo intenté hace muchos años como manera para trasladarme pero me di cuenta que si bien hacía ejercicio físico esto no era factible en mi zona (Es Castell-Mahón) pues me obligaba a un ejercicio físico suplementario (cuestas, viento…) que me hacía sudar y con ello daba una mala impresión a mis pacientes o personas con las que trataba. Quedó como una espina clavada sin solución. Una solución que al final encontré. Una compañera de mi Centro de Salud me dejó su bicicleta eléctrica durante una semana, el tiempo en que ella se encontraba de viaje, y me percaté que podría ser una oportunidad. Me permitía desplazarme haciendo el ejercicio que quería y si las circunstancias me exigían más para eso tenía la ayuda de la batería…lo hice, me gustó, me compré una, y en esto estoy desde hace un mes.
Esta circunstancia, este cambio en mi vida, me ha hecho darme cuenta de cuál es la realidad que me rodea: que casi nadie tiene (que se visualice) este tipo de bicicletas, que los aparca-bicicletas (Mahón) está prácticamente vacios todo el tiempo, y que poca o ninguna gente utiliza los carril bici,.. lo que me sugirió que la bicicleta para nuestros conciudadanos está para hacer deporte de fin de semana, para sacarlas cuando hace buen tiempo, pero no para trasladarse. Nadie o poca gente tiene la bicicleta para su actividad diaria (es mi impresión), como así ocurre en muchas ciudades europeas, lo que hace que poca gente se percate que las infraestructuras diseñada a tal fin sean políticamente correctas, pero funcionalmente impracticables. Ir por los carril bici en Mahón es una carrera de obstáculos que a veces se hace peligrosa. Aceras elevadas, carriles bici por en medio de aceras (no al lado, peligro para los peatones), carriles bici que no conducen a ningún lado, y carriles bici de utilización conjunta con peatones (Mahón-Es Castell) cuando existe una acera de peatones ex profeso…
Urge, por tanto, una puesta a punto en este tema, en hacer las ciudades más saludables, tanto para el peatón como para el ciclista, por ello insto a los políticos a que caminen y sobre todo que vayan en bicicleta por la ciudad, que se desplacen de Mahón a Es Castell…(Ciutadella, por lo que he oído es otro cantar), tal vez lo políticamente correcto pueda llegar a ser verdaderamente útil.
mateu seguí díaz
médico de familia
Seguí Díaz M. La bicicleta como medio para combatir el sedentarismo. Es Diari 13-05-2016: 15
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