¿Que hay de nuevo en las vacunas contra el meninogococo?
Aún hoy el meningococo -Neisseria meningitidis- es la bacteria líder en la génesis de las meningitis y las sepsis bacterianas, afectando a 1.2 millones de personas anualmente a nivel mundial con una mortalidad que aún hoy se situa alrededor de un 20%. Al mismo tiempo, el meningococo es un colonizador habitual de la nasofaringe del 40% de los adultos asintomáticos.
El meningococo es la líder de estos procesos infecciosos aún existiendo vacunas contra esta bacteria. Unas vacunas que en un principio no han sido del todo efectivas habida cuenta su limitada protección inmunológica a largo tiempo, pero que actualmente han mejorado ostensiblemente (en algunos serotipos) pero que aún hoy no han logrado controlar el serotipo predominante en los países industrializados, la N. Meningitidis group B (NMB).
La infección meningocócica se clasifican según los 6 polisacáridos que llevan en su cápsula (A, B, C, W-135, X, y Y), de los que el A es responsable de epidemias en África, mientras el B y C son causa de infecciones en países industrializados; aunque recientemente se habla de la emergencia de los grupos W-135 y el X también en África y del Y en EEUU y otros países.
Desde 1960 se han desarrollado vacunas contra los serotipos A y C en base a los polisacáridos capsulares, y más tarde contra los grupos W-135 e Y, existiendo desde 1981 una vacuna cuatrivalente contra los antígenos A, C, W-135, e Y, en EEUU destinada a los niños mayores de 13 años y a adultos, con una inmunogenicidad superior al 85% contra los grupos A y C. Inmunogenicidad que es escasa en niños menores de 2 años. Este hecho se debe a que la sensibilización a los polisacáridos capsulares está mediada por los linfocitos T, que tienen escasa memoria inmunológica al cabo de los años (exige por tanto, una revacunación cada 3-5 años). Que nos rememora la truculenta campaña de vacunación de 1997 en nuestro país tras a alarma desatada por el incremento de los casos de meningitis por el tipo C, con una vacuna bivalente que solo llegaba a tasas de conversión del 55-70% entre los 2-3 años de edad, aumentando con la edad hasta el 70-90% a los 4-5 años, y sin que generara memoria inmunológica.
En 1999 en UK se introdujo la primera vacuna conjugada menigocócica contra el grupo C (MenC) en los calendarios vacunales de este país, y un año después en España, lo que produjo un descenso apreciable de la enfermedad mediada por este grupo de meningococo al generar una gran inmunidad (95% al año) y disminuir los portadores de este meningococo entre los adolescentes.
En lactantes la inmunización a los 2-3 y 4 meses (calendario inglés) tiene una inmunogenicidad del 66% que aumenta tras la inmunización completa hasta alrededor del 90%.
La alta incidencia del grupo Y (37% de los casos en EEUU) hizo que se aprobara una vacuna cuatrivalente (A, C, W-135, e Y) junto con el toxoide diftérico en este país, con buena seroprotección en todos los tramos de edad.
Se está investigando la combinación de la vacuna conjugada contra el Haemophilus influenzae B, el meningococcal C, Y, y el toxoide antitetánico. Además existe un proyecto para desarrollar una vacuna conjugada contra el tipo A (MenAfriVac, Serum Institute of India) en África y la India, si bien es cierto que en estos países está emergiendo los serotipos W-135 y X, lo que lamentablemente le restará potencia.
Con todo, el principal problema de los países industrializados, la gran asignatura pendiente, es el desarrollo de vacunas contra el serotipo B (NMB), sin embargo, el gran problema es que este antígeno (α2-8–linked polysialic acid) es idéntico al de moléculas que existen en el cerebro fetal (riesgo de autoinmunidad) y por otro lado dan escasa respuesta inmunológica, lo que ha complicado su desarrollo. Esto ha llevado a investigar vacunas contra otras estructuras no capsulares, o vacunas contra las vesículas de la membrana “Outer-membrane vesicles”, un cóctel de antígenos (lipooligopolisacáridos, o endotoxinas) que son la base de vacunas sintetizadas en Cuba, Chile, Brasil, Noruega...con una variable respuesta inmunológica según los países donde se ha aplicado. En este sentido existen varias en estudio, una de ellas una hexavalente en Noruega que se encuentra en fase 2 y parece ser segura y con buena respuesta inmunológica en niños (4 dosis)
Otras estratégias son las basadas en la técnica de vacunación inversa “reverse vaccinology” en base de identificar de los 350 genes del genoma del meningococo, antígenos -genome-derived neisserial antigens (GNAs) y evaluarlos según su capacidad de inducir anticuerpos. Cinco de estos fueron combinados en una vacuna denominada rMenB. Se cree que la utilización de estas vacunas no solo es efectiva en la creación de anticuerpos bactericidas si no que permite bloquear reacciones nocivas de la bacteria que están mediadas por el complemento. En este sentido, existe un futuro prometedor en la identificación de antígenos que permitan el desarrollo de vacunas más efectivas.
**Anónimo. Resumen de la conferencia nacional de la enfermedad meningocócica. Oviedo, 17-18 de Junio 1997. Boletín Epidemiológico Semanal 1996: 4: 396-397
** Seguí Díaz M. La vacuna antimeningocócica otra vez. SEMERGEN 2000; 26 (11): 564-565
**Advances in the Development of Vaccines against Neisseria meningitidis
Lionel K.K. Tan, M.R.C.P., George M. Carlone, Ph.D., and Ray Borrow, F.R.C.Path.
N Engl J Med 2010;362:1511-20
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