Por qué no soy cristiano, de Bertrand Russell
Un libro antiguo reeditado en colección del diario el Público que llegó a mis manos sorprendentemente por que los libros de dicha colección no deben tener mucho éxito –por estos contornos- que se le iban acumulando en al quiosquero y los regalaba sin más. Me fue regalado por un familiar junto con otros que tengo en espera.
Lo primero que me sorprendió de este libro fue el título, luego, el autor – uno de los principales filósofos del siglo pasado- y después el año en el libro fue editado (1957). A partir de aquí la fecha de los escritos, pues es un acumulo de artículos o escritos a partir de conferencias que sobre el particular dio el autor a principio del siglo pasado.
Escrito en lenguaje comprensible para los que no somos del ramo, aborda este tema de una manera básicamente racionalista y comprensible, demostrando con ello la base de su convencimiento. Dice, “ //...Creo que todas las grandes religiones del mundo –el budismo, el hinduismo, el cristianismo, el islam y el comunismo- son a la vez falsas y dañinas....//”(pag 17). Sorprende como entiende al comunismo como una religión (visto con la óptica de quien lo ve nacer, dado el año que fue escrito).
Dice, “ //..Lenin tomó su fe de un librepensador protestante (pues los judíos y los protestantes no se distinguen mentalmente), pero sus antecedentes bizantinos lo impulsaron a crear una Iglesia como encarnación visible de su fe...//” (pag 134)
Desgrana en sus primeros capítulos los argumentos teológicos de la “causa primera”, la “ley natural”, “la existencia de Dios”, “el argumento de la injusticia”, “el problema moral”, “el factor emocional”, “el miedo, fundamento de la religión”, “el libre albedrío”, “la virtud”.... La relación de los librepensadores con el cristianismo..
Señala: “//...Se puede decir, hablando en sentido general, que a los protestantes les gusta ser buenos y han inventado la teología con el fin de serlo, mientras que a los católicos les gusta ser malos y han inventado la teología con el fin de que sus vecinos sean buenos. De ahí el carácter social del catolicismo y el carácter individual del protestantismo...// (pag 135)
No obstante, es un libro desigual en cuanto a la temática con capítulos que no tienen nada que ver con el título y que dan la sensación que han sido introducidos para dar volumen a la obra, no en vano su título original es más amplio “Why I Am Not a Christian and Other Essays on Religion and Related Subjects”, mientras el título de la versión española, más corto, se refiere exclusivamente se debe al título de la polémica conferencia que dio sobre el particular el 6 de marzo de 1927.
El libro no tiene nada que ver con la sesuda obra de nuestro insigne Unamuno con su “agonía del cristianismo” fruto de su particular crisis interna, donde muestra sus terribles tormentos místicos. Sin embargo en el terreno filosófico es interesante la trascripción que se hace de la discusión radiofónica en la BBC que este sentido con el Padre FC Copleston en 1948 (pag 213). Donde se retrata diciendo: “ Bien, yo no afirmo dogmáticamente que no hay Dios. Lo que sostengo es no sabemos que lo haya...”
Personalmente no recomendaría su lectura más que los primeros capítulos y a partir de la trascripción del diálogo con el clérigo.
Acaba con la narración de su procesamiento inquisitorial tras su nombramiento y revocación como profesor de la Universidad de Nueva York, que hizo afirmar al juez McGeehan que Russell “no estaba capacitado para enseñar en ninguna de las escuelas de esta tierra”. En 1950 se le concedió el Premio Nobel de Literatura.
El resto es ameno pero poco que ver con el título de la portada y en buena medida desfasado con la mentalidad actual.
Ed Diario Público 2010
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