Es de todos conocido que el Jet Lag es una situación de disconfort que se produce tras haber realizado un viaje en el que se atraviesan varias zonas horarias (al menos 7 u 8). Habitualmente viajes intercontinentales.
Una molestia, o problema, generado por alterar el ritmo circadiano que llevamos impreso en nuestro cerebro y que se encuentra sincronizado con los ciclos de luz y oscuridad a lo largo del día.
Los síntomas del jet lag suelen ser insomnio y somnolencia a destiempo, pero también una cierta alteración del humor, astenia, enlentecimiento cognitivo y sensación de mareo o alteraciones gastrointestinales. Los síntomas son variables y suelen persistir hasta que nuestro ritmo circadiano se restablece. El artículo que ha inspirado esta nota, plantea tres estrategias para disminuir los síntomas: modificar la exposición a la luz según el tipo de viaje y/o administrar melatonina (una hormona que se segrega de noche y que se sincroniza con los períodos de luz y oscuridad); y/o planificar los tiempos que dedicamos al sueño, y/o utilizar medicación para controlar los síntomas de insomnio o de somnolencia.
Como es más dificil adelantar el reloj interior que atrasarlo, el Jet Lag suele presentarse con más frecuencia en los viajes que se dirigen al este que al oeste. O lo que es lo mismo es más fácil alargar el día que acortarlo, o sea que yendo hacia América nos será más fácil de sobrellevar que cuando volvemos a España; aunque según indica el artículo esto depende de las personas, puesto que aquellos muy madrugadores pueden sentirlo al revés. Pues al final como todo en la vida suele ser algo muy personal que suele empeorar con la edad. Quizás, sea por esta distinta percepción del tiempo que las compañías aéreas – por mi pequeña experiencia personal- mantienen las luces apagadas en vuelos que inicialmente son nocturnos aún habiendo amanecido en los viajes provenientes del este. Hacia el oeste debería ser al revés aunque por lo que he experimentado no se tiene en cuenta.
La melatonina, al parecer, si se toma por la noche (antes de iniciarse su secreción habitual) activa el reloj corporal antes de lo habitual, si se toma de día (cuando ya se ha agotado su secreción) lo hace al revés. Los hipnoticos (zolpiden) o los estimulantes (cafeina), bien administrados, también ayudan a soportar mejor el cambio horario.
Robert L. Sack, M.D. Jet Lag.
N Engl J Med 2010; 362;5
http://content.nejm.org/cgi/reprint/362/5/440.pdf
N Engl J Med 2010; 362;5
http://content.nejm.org/cgi/reprint/362/5/440.pdf
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