jueves, 18 de abril de 2019

El consumo de leche, la evolución humana y la diabetes

El consumo de leche, la evolución humana y la diabetes

Si existe un alimento que se relaciona directamente con la evolución del ser humano es la leche y sus derivados. La leche es un alimento que las hembras de los mamíferos secretan para alimentar a sus cachorros, por tanto es un alimento completo, una fuente importante de proteínas de alta calidad, de minerales (calcio, magnesio, potasio), de ácidos grasos saturados y de vitaminas (A, D, B12…), para los primeros meses del recién nacido; pero que a medida que pasa el tiempo (en el ser humano son 6 meses) precisa ser complementado o sustituido con otros alimentos. Podríamos decir que el ser humano es el único mamífero que se alimenta con leche en la edad adulta. 
Este hecho ha dado una gran argumentación a grupos de personas que están en contra de los alimentos lácteos, como si su ingesta fuera algo antinatural. A partir de ahí se traen a colación una serie de efectos adversos, la mayoría de los cuales no tienen fundamento científico. La intolerancia a la lactosa (que no alergia), por su parte, interesadamente magnificada, sería una de ellas.
La función de la leche es la de ser un alimento equilibrado los primeros meses de la vida al tiempo que proteger contra diversos microorganismos y ser capaz, entre otras funciones, de regular el metabolismo hidrocarbonatado (glucosa/insulina). Y este aspecto es interesante para lo que más adelante les comentaré.
El paso del animal humano de cazador/recolector  a  un ser sedentario es el que condicionó que hace alrededor de 11.000 años  empezara a consumir la leche de otros mamíferos (herbívoros, rumiantes). El condicionante genético del ser humano que hasta aquel entonces era del “ahorrador” (que es el que habitualmente tienen las personas obesas), es decir, aquel que acumula fácilmente energía en las épocas de abundancia (caza) y la utiliza lentamente en las épocas de hambruna (carestía), cambió. El ser humano tuvo que adaptarse a la situación sedentaria, es decir a ingestas diarias de hidratos de carbono (azúcares) en vez de aportes intermitentes. Este hecho produjo una selección de los seres humanos que hizo que los provenientes de Europa y Asia y los descendientes de éstos sean en la actualidad en los países occidentales más resistentes a padecer alteraciones metabólicas y glucémicas como la diabetes tipo 2, que otras razas que no sufrieron esta selección. Por ejemplo, los indios Pima americanos, una tribu muy estudiada en este aspecto, que en la actualidad sufren alteraciones relacionadas con esta carga genética y el sedentarismo, así tienen alta prevalencia de obesidad, de hígado graso, de diabetes (50%), síndrome metabólico, colelitiasis…
¿Pero que tienen que ver la leche con la evolución del ser humano?
Como les he adelantado la leche tiene la función (no del todo conocida) de regular el metabolismo hidrocarbonatado (glucosa/insulina) lo que es una ventaja para los humanos sedentarios. Estudios en base a grandes encuestas epidemiológicas muestran como la ingesta de productos lácteos, incluso los fermentados están asociados con menor riesgo de debutar con diabetes tipo 2. Un estudio de Fumeron F et al (Diabetes Care 2011) y según datos de la cohorte del Epidemiological Study on the Insulin Resistance Syndrome (DESIR) con población francesa mostró como  la ingesta de productos lácteos  se asociaba  a una menor prevalencia de lo que llamamos el síndrome metabólico (conjunto de factores de riesgo cardiovascular) y de la diabetes. En el mismo sentido se han manifestado otros estudios como el  el Coronary Artery Risk Development in Young Adults (CARDIA)... 
En este aspecto, lo considerado como malo de la leche y derivados, que es su grasa saturada, no sería contraproducente con la diabetes, así el estudio de O'Connor LM et al (Diabetologia. 2014 ) sobre una población inglesa de 25.639 individuos y durante los 11 años de seguimiento, mostró como los productos lácteos con alto contenido en grasa no se relacionaban con mayor riesgo de generar diabetes incidente.
Sin embargo, la mayoría de los estudios están realizados a partir de lo que llamamos encuestas dietéticas retrospectivas de frecuencia alimentaria, un método que podría tener inexactitudes  producidas por las  listas de alimentos utilizadas (la leche es componente de muchos alimentos procesados sin que lo sepamos) y a aquellos debidos al recuerdo de lo ingerido tiempo atrás en los entrevistados.
Por ello es muy interesante un estudio publicado recientemente, y que ha motivado este artículo, que reduce este sesgo producido por las encuestas dietéticas,  que apoya sus conclusiones. Un estudio directo sobre los productos lácteos consumidos según sus concentraciones en el cuerpo humano.
Así, el estudio de Imamura F et al (PLoS Med. 2018 ) FORCE ( Fatty Acids and Outcomes Research Consortium) publicado hace un par de meses,  relaciona  la proporción de ácidos grasos circulatorios y en la grasa corporal del individuo de aquellas grasas provenientes de la leche y derivados; así del ácido pentadecanoico (ácido graso saturado en el carbono 15- 15:0), del ácido heptadecanoico (17:0), y del ácido  trans-palmitoleico (t16:1n7) y todo ello con la incidencia de la diabetes tipo 2.
Es un estudio importante, no tanto por su metodología, si no por la magnitud (63.682 individuos), la distribución del mismo, 16 poblaciones (cohortes) de 12 países y el tiempo de seguimiento, 9 años.
Según este, y corroborando los estudios anteriores hechos a partir de encuestas dietéticas, los niveles más altos de ácidos grasos 15:0, 17:0, y de t16:1n-7 se asociaron con menor incidencia de diabetes tipo 2. Así que, a mayor consumo de lácteos menor riesgo de diabetes.
Esto nos lleva a pensar que en relación con la diabetes y el metabolismo de los hidratos de carbono es mejor la leche entera que la descremada, al contrario de lo que comúnmente se cree.
Con todo ello, concluimos que la leche y derivados son alimentos muy completos y útiles para los humanos actuales y que al margen de todas sus cualidades nos permiten mejorar nuestro balance energético y prevenir la diabetes. Tal vez esta sea la explicación de la longevidad de ciertas sociedades con alto consumo de alimentos derivados de la leche.
mateu seguí díaz

Seguí Díaz M. El consumo de leche. La evolución humana y la diabetes. Es Diari MENORCA. 08-01-2019

Imamura F, Fretts A, Marklund M, Ardisson Korat AV, Yang WS, Lankinen M, ; Fatty Acids and Outcomes Research Consortium (FORCE). Fatty acid biomarkers of dairy fat consumption and incidence of type 2 diabetes: A pooled analysis of prospective cohort studies.PLoS Med. 2018 Oct 10;15(10):e1002670. doi: 10.1371/journal.pmed.1002670. eCollection 2018 Oct.

O'Connor LM, Lentjes MA, Luben RN, Khaw KT, Wareham NJ, Forouhi NG. Dietary dairy product intake and incident type 2 diabetes: a prospective study using dietary data from a 7-day food diary. Diabetologia. 2014 Feb 8. [Epub ahead of print]

Fumeron F, Lamri A, Abi Khalil C, Jaziri R, Porchay-Baldérelli I, Lantieri O, Vol S, Balkau B, Marre M; the Data from the Epidemiological Study on the Insulin Resistance Syndrome (DESIR) Study Group. Dairy Consumption and the Incidence of Hyperglycemia and theMetabolic Data from the Epidemiological Study on the Insulin Resistance Syndrome (DESIR) Diabetes Care. 2011 Apr;34(4):813-817.

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