Las últimas noticias sobre las manifestaciones de algunos colectivos de padres en contra de los deberes que se les ponen a sus hijos nos han sorprendido. Nos han sorprendido doblemente, por un lado, por el hecho de que se manifiesten públicamente sobre cómo deben hacer el trabajo unos profesionales, como son los profesores y, por otro, por que entiendan que el motivo de la protesta es de tal calado que deban hacerlo públicamente en los medios de comunicación. Por un lado, entiendo que no todos los profesores son iguales, unos ponen más o menos deberes, y por otro, que es un tema de éstos con los respectivos padres o con los centros, pero no un tema político que deba exponerse a los medios de comunicación. El enfrentamiento de unos (padres) contra otros (profesores) perjudica a ambos y a los niños, en mi opinión.
Dicho esto, recuerdo que en la época que teníamos que hacer los deberes con nuestros hijos era justamente la época en la que ambos, mi mujer y yo, estábamos más pluriempleados, dedicando gran parte del tiempo a trabajar, y por tanto, teniendo escaso tiempo para sentarnos y hacer los deberes con ellos. Y en mi opinión creo que éste era y sigue siendo gran parte del problema. Que en la época en la que somos más necesarios, en las que debemos estar más con nuestros hijos (el tiempo pasa muy rápido), la mayoría de los padres tienen que hacer la cuadratura del círculo para disponer de tiempo para sus hijos. El nudo gordiano, en mi opinión, se encuentra no tanto en el tiempo que los niños deben destinar a sus deberes, si no el tiempo en que los padres deben, y muchas veces no tienen, o no quieren, destinarlo a ayudarlos en este menester. La otra parte del problema, como se ha hablado, es el de las actividades extraescolares, algo que cae por su propio peso.
Creo que en general los profesores tienen buen criterio y saben lo que hacen, la prueba del algodón es que sus hijos tienen mejores notas que la media y llegan a ir a la universidad (es una apreciación personal), no así, nosotros los médicos, entre los que me incluyo, que aplicando nuestros conocimientos, no tenemos mejor salud que la población a la que atendemos y no nos morimos más tarde. Entre nosotros, les diré, que no hace muchos años los médicos fumábamos más y nos moríamos 10 años antes que la población general, ahora hemos mejorado. Sin embargo, los profesores/maestros (me gusta el nombre de maestro) al parecer saben lo que hacen y se lo aplican a ellos y a sus familias. Por tanto, hagámosles caso.
Hace muchos años me sorprendió una editorial de una revista médica “Contemporary pediatrics” que hablaba de por qué los hijos de los asiáticos sacaban mejores notas en EEUU que sus compañeros americanos. La respuesta del editorialista se encontraba que en éstos los deberes se convertían un asunto familiar; de tal modo que cuando el niño llegaba del colegio se limpiaba la mesa del comedor y toda la familia se dedicaba a colaborar con esta tarea, pues para éste colectivo la educación era/es lo más importante.
Los deberes, en mi humilde opinión, permiten consolidar lo aprendido, fomentan el sentido de la responsabilidad y de la autonomía del niño. Y para los padres es una oportunidad para interaccionar con éstos, ayudarles y para enseñarles a tener responsabilidad, voluntad, y a dar prioridad a las cosas. En fin, ayudarles a crecer para ser adultos. O sea, son importantes. Todo, claro está, con su medida.
En general todo el mundo sabe, o debería saber, que en general parte de la educación (valores) se incorpora en la familia y los conocimientos se aprenden en la escuela. También se incorporan modelos en la escuela pero los maestros nunca son sustitutos de los padres. Nadie se puede escaquear de ser padre y los profesores no pueden enmendar lo que los niños no han aprendido o lo han adquirido mal en sus casas.
Fernando Sabater en su famoso libro El valor de educar (Ed Ariel. Barcelona 1997) hablaba de la socialización primaria, la informal la que se aprende en la familia, la de los padres, creadora de valores, y la socialización secundaria la que se adquiere en la escuela. Los padres y los maestros son modelos de los que hijos aprenden, siendo estos fundamentales e importantes. Ambos son necesarios, uno no puede suplir al otro.
Los deberes son necesarios para los niños, son una manera de transferir lo aprendido en la escuela a la familia, de responsabilizarse, de organizarse,… y a la vez una oportunidad para los padres para participar en la educación y en la adquisición de conocimientos de sus hijos.
mateu seguí díaz
médico de familia
Seguí Díaz M. Los deberes. Diari Menorca. 22-11-2016: 16 http://menorca.info/
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