lunes, 9 de julio de 2012

Se desconvocó la huelga


Se desconvocó la huelga

Como comentamos hace algunos días en este desenfreno de recortes nos surgió en Baleares un grano en forma de una sentencia ratificada  por el Tribunal Superior de Baleares, que daba la razón a algunos sindicatos que demandaron al “IB-SALUT por incumplir su obligación legal de negociar con el Comité de Huelga” en el 2008, dando como resultado  que la  “negociación fuera ilegal” y quedando en suspenso todo lo acordado en esta. Esto obligaba a devolver los haberes recibidos indebidamente y a volver a las condiciones económicas de entonces. Un rifirrafe de  sindicatos y una administración miope crearon una bomba de relojería que ha tardado 4 años en empezar su cuenta atrás. Una riña de gatos que ha impedido –según leemos- convocar la Mesa Sectorial de Sanidad.
La amenaza de huelga de los médicos ha sido el detonante al parecer de la dimisión de la Consellera de Sanidad (al parecer por “asuntos personales”- oímos) y de que el Govern Balear prometa hacer una ley con la que desactivar este conflicto.
Y hasta aquí todo perfecto. El sindicato corporativo ha mostrado su fuerza y el Govern ha entendido la injusta situación y ha rectificado.
¿Pero es todo tan simple?
La realidad, a mi entender, es que el tema es más complicado y no se resuelve con el propósito de hacer una ley que modifique unas consecuencias, cuando las premisas que condujeron a dicha situación siguen intactas y el parche acordado no hará más que ahondar en las causas creando precedentes peligrosos, a mi entender.
El problema, ¿creo? (y lo pongo en interrogante, pues los detalles exactos los desconozco) se basa en una mala relación entre los sindicatos de clase con un sindicato corporativo. Un sindicato corporativo que negocia en solitario, y que negoció en su día unas ventajas para los médicos de espaldas al resto y una administración que también en su día se a vino a darle la razón sabiendo que no era legal. El problema se demoró y al final estalló.
El primer problema que veo, es que utilizar la vía legislativa para corregir el contenido de  sentencias judiciales ahonda aún más en la brecha abierta entre los sindicatos, lo que hará imposible cualquier acuerdo en el futuro. Y segundo, crea un precedente al darse la posibilidad de presión laboral en el sindicato corporativo al margen de la negociación colectiva.
La soberbia es mala consejera como se vio en el affaire del SEPLA  años atrás.

PS.- espero que de aprobarse dicha ley (que al parecer no es seguro al 100% pues se necesitan suficientes apoyos parlamentarios), esta no contravenga otra a nivel superior, que al igual que las decisiones de la anterior administración, no sea más que un “pasar la pelota a otros” en espera de la decisión de algún tribunal superior, que la suspenda. De ser así, la “bola de nieve económica” en ese momento será enorme.




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