De la burbuja inmobiliaria a la burbuja del sector sanitario
Esta crisis económica, que de ser un fenómeno general, más global, cada vez la vemos más local, más próxima. Vemos como las restricciones se ceban cada vez más en el sector público, tal vez como manera más fácil y rápida de encontrar una liquidez en esta administración cada vez más endeudada. Las reformas estructurales que sería actuar sobre las causas del problema son lentas, difíciles y políticamente incorrectas. ¿Cómo re-centralizar este estado descentralizado? ¿Cómo recuperar partidas económicas con las que evitar duplicidades y racionalizar el gasto?...Tarea imposible.
La realidad es que como sugiere el economista
Juan Ramón Rallo, en un artículo en el The Wall Street Journal, y recogido por
el Economista, existe una burbuja en el sector público que ha crecido paralelamente a la burbuja inmobiliaria en la anterior administración, en el momento que se nos afirmaba que economía interna iba bien y que junto con la banca, parecían ser las mejores de mundo. Ahora resulta que hay que “pinchar la burbuja del sector público", que hay que volver al gasto del 2001 con los recursos del 2012. Pues de no hacerlo no se elimina “el riesgo de impago”, no se elimina la desconfianza de los mercados hacía nuestro país y hace difícil cumplir con el objetivo del déficit del 6.3% . Sin embargo, como vemos se mantiene el statu quo, el sobredimensionado sector público a costa de imponer una cada vez mayor austeridad al mismo. ¿Pero es esto suficiente?
Comenta el autor como entre 2001-2007 los ingresos gracias a la burbuja inmobiliaria aumentaron hasta un 67% al tiempo que los gastos lo hacían hasta un 57%. Unos superávits que en el 2007 eran del 1.9%, se convirtieron en déficits del 11.2% en el 2009, dos años más tarde, de tal modo que en el 2011 el gasto público era 75% mayor que diez años antes. El equilibrio se hubiera conseguido, se afirma, si en esa época se hubiera mantenido el gasto público per cápita durante el período de burbuja (2001-2007), y no dejar que creciera, señala.
Sin embargo, ¿todo el sector público se infló de la misma manera?. ¿Debemos pinchar la burbuja del sector público indiscriminadamente?. Esa es la pregunta. Por que si no, lo que se hará es desmantelar lo socialmente necesario, en pos de mantener una estructura estatal ineficiente (estado autonómico). Identificar los sectores más inflados y menos necesarios del sector público es imprescindibles. Sin embargo, ¿estuvo el gasto sanitario al margen de la “burbuja inmobiliaria”?
Pues no, al margen de la burbuja pública en general, existió la “burbuja sanitaria” que
el mismo ex ministro de sanidad y colaborador en el crecimiento de la misma, puso en el informe que lleva su nombre, y que ha sido recogida, o fabricada al tiempo, por otros estudiosos del tema, como puede leerse en
el blog de Jaume Puig-Junoy, el estupendo
artículo de García Rada A en el BMJ o el post en
el blog de Juan Simo (que recomiendo), entre otros. En estos se muestra como el crecimiento del gasto sanitario público en esa época (2002-2009) fue imparable (“insostenible”, afirman), siendo muy superior a nuestro PIB per cápita. Aunque no todos estén de acuerdo que los ingresos públicos de la “burbuja inmobiliaria” fueran dedicados a sanidad, y que el diferencial con Europa disminuyera, pues esta creció más que nosotros. Pero, ¿nos lo podíamos permitir?. Esa es la pregunta.
En mi opinión personal, una inercia anómala en el gasto en un momento de vacas gordas y un gobierno “redistribuidor” hizo que no viéramos más allá de lo presente, algo habitual en los políticos; y que siendo la sanidad un componente importante de la carta de presentación política de nuestros gobernantes autonómicos, al estar esta partida totalmente descentralizada (40% del presupuesto autonómico), se diera más de lo que se tenía, se viviera por encima de nuestras posibilidades. A nivel personal vi cuatriplicar los recursos personales de algún servicio por la simple presión ciudadana, o crear Unidades Hospitalarias alegremente por presión médica, o más próximo, crear en nuestro nivel puestos de facultativos innecesarios (según la demanda del momento), cuando lo que se necesitaban eran puestos puramente administrativos…
Se creó ineficiencia a un gran precio. ¿Cómo se vuelve para atrás?. ¿Será suficiente la austeridad, el empobrecimiento de los trabajadores para solucionar tal desaguisado?. ¿Cómo pedir responsabilidades a quien en base a sus decisiones políticas crearon esta situación?.
Somos conscientes que el GS es solo parte de un todo, y no la parte más importante de esta burbuja pública, sin embargo no quedó al margen. De una época de “café para todos” hemos pasado a una época de “quinina para todos”.
Rallo, Juan Ramón. Time to Burst Spain's Public-Sector Bubble. OPINION EUROPE - Wall Street Journal 2012
García Rada A. Is Spanish public health sinking? BMJ. 2011 Nov 23;343:d7445. doi: 10.1136/bmj.d7445.
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