La variante Delta del virus de la COVID-19
El tiempo ha pasado, el virus se expandió por el mundo y las dudas se despejaron.
Sin embargo, al mismo tiempo que la vacunación avanza las hospitalizaciones y las defunciones descienden.
Por lo pronto en España se ha retirado la prohibición de las mascarillas en lugares abiertos y se ha permitido que los jóvenes se reunan; perfecto. El efecto, sin embargo, han sido más contagios, algo previsible; aunque no más hospitalizaciones en la misma proporción, también. Y es que la situación a medida que la vacunación avanza es distinta.
A la variante del virus que pudo estar detrás de la segunda ola en la India en febrero se le achacó a principio de mayo una mayor posibilidad de trasmisión. Y es que se trataba de una variante del B.1.617, la conocida como B.1.617.2, denominada por la OMS a partir del 31-05/2021 como la variante Delta del virus SARS-CoV-2. Una cepa que preocupa pues tiene una velocidad de trasmisión mayor que la cepa original y entre 40-80% mayor que la variante Alfa (B.1.1.7) que hasta este momento es la preponderante. Un amenaza que en la actualidad está poniendo en jaque a las autoridades sanitarias de multitud de países. Se trata de una mutación de los genes que codifican la proteína S (spike) del virus y que le permitiría mayor posibilidad de contagio.
Una cepa nueva que está expandiéndose pudiendo llegar a ser la dominante en pocos meses en países como EEUU, Holanda...y que ya alcanzado esta situación en el Reino Unido (UK), Portugal y Alemania. En este momento ya se ha identificado esta variante en 85 países y pueden llegar a ser la preponderante a nivel mundial de aquí algún tiempo. A modo de ejemplo el 90% de los nuevos casos de la COVID-19 en UK a partir de junio se han debido a esta nueva variedad del virus.
Esta amenaza ha hecho poner medidas adicionales en Israel, por ejemplo que ha vuelto a imponer el uso de mascarillas en lugares cerrados, en Malta o en Alemania en forma de cuarentenas en los turistas británicos, en Australia con confinamientos…
España por su parte, con baja incidencia de esta variante (1%), aunque creciendo de manera imparable en algunas autonomías, al ser parte de su economía dependiente de los turistas británicos obligará a éstos a portar una prueba negativa de la COVID-19 este verano, leemos.
Y es que en el Reino Unido se han documentado 73 fallecimientos por esta cepa y 60.655 casos con una tasa de fallecimiento del 0,1%, suponiendo en la actualidad, en un momento que la vacunación protege a los grupos vulnerables, el 90% de los nuevos casos en dicho país. Con todo, las altas tasas de vacunación hacen que la mayoría de los casos documentados tenga síntomas leves, sea cefalea, dolor de garganta, y coriza; en fin, como un resfriado.
Los estudios sobre el comportamiento de la vacunación contra esta variante muestra que son efectivas pues tras la vacunación en el caso de padecerla, esta es más leve y lo más importante evita presentar una evolución más grave y con ello la hospitalización.
Por lo que leemos tanto la vacuna de Oxford–AstraZeneca como la de Pfizer-BioNTech ofrecen una protección del 33% contra la variante Delta de una evolución sintomática con la primera dosis. Tras la segunda dosis, según estudios ad hoc, la protección fue del 88% en la segunda y de un 60% en la primera. En cuanto a la prevención de ingreso en el hospital por esta causa tras la segunda dosis fue del 96% con Pfizer-BioNTech y del 92% con AstraZeneca, así que tranquilos.
La principal enseñanza de esta amenaza es que debemos estar correctamente vacunados. Esta sería la mejor medida para parar esta nueva ola.
mateu seguí díaz
médico de familia
Seguí Díaz M. La variante Delta del virus de la COVID-19. Es Diari MENORCA. 02-07-2021: 30 https://www.menorca.info/
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