jueves, 26 de febrero de 2009

Los odiosos 7 minutos y medio por consulta


Los odiosos 7 minutos y medio por consulta

Que yo sepa ningún medico de cabecera actualmente es capaz de en 7 minutos y medio resolver una consulta médica. Escuchar, explorar, dar consejos, tratamientos y todo ello registrarlo en la historia clínica consume mucho más que ese tiempo (tenemos un trabajo de investigación publicado en este sentido hace algún tiempo, Aten Primaria 2004; 33 (9): 496-502 ). Lo sabemos nosotros y lo sabe la empresa sanitaria, sin embargo, los 7 minutos y medio siguen invariables desde hace lustros.

Se tiene la idea miópica de que cuantas más visitas se generen en el mismo tiempo más problemas de salud se resolverán. Y eso es posible que sea así en quien trabaje en una cadena de montaje, pero no en quien atiende a personas, pues la calidad de la atención y la resolutividad de la actuación clínica dependen del tiempo que destinemos a nuestros pacientes.

La explicación de mantener estos tramos horarios irreales se encuentra en que si bien normativamente existe un tiempo fijo de consulta y en ese tiempo la empresa sanitaria quiere que se resuelvan la máxima cantidad de visitas, entiende que el médico dedicará más tiempo del que tiene asignado para atender correctamente a sus pacientes. Es decir, se echa mano del aspecto vocacional del médico, pues se sabe que el galeno utilizará el tiempo que estime oportuno aún a costa de dedicar mas tiempo del asignado y retribuido. Esto al margen de crear esperas innecesarias y protestas justificadas en los pacientes, va quemando progresivamente al galeno –el famoso burn out.

Bien es cierto que todos los médicos de cabecera sabemos que existen varias alternativas que pueden utilizarse para cumplir con los 7 minutos y medio por consulta: derivar más a los especialistas, o generar más pruebas complementarias (análisis...), con las que ganar tiempo y calmar nuestra incertidumbre; o fomentar una revisita con la que conseguir más tiempo y con ello resolver en dos visitas lo que con una más prolongada hubiera sido suficiente; pero todo esto suponen más visitas, más contactos con el sistema y más molestias para el enfermo.
Existe, no obstante, otro método para conseguir tiempo y evitar las espera, que es el de gestionar los “espacios colchón”, tiempos en los que no se programa a nadie y que sirven de amortiguador de esperas. Algo de esto es lo que ocurre con la media hora del café de muchos médicos que se utiliza no para tomar el café sino para controlar la espera generada...
Si se puede gestionar la agenda creando estos espacios se consigue incrementar el tiempo evitando las esperas; ahora, eso sí, a costa de dedicar el médico más tiempo del estipulado a la consulta.
El problema surge cuando la empresa se empecina en controlar los tramos horarios sin tener en cuenta al paciente y sobre todo al médico, cuando se crea rigideces en el sistema, sovietizando la agenda, entonces se produce esperas, stress en el médico, y el llamado burn out.
Algo de esto está sucediendo últimamente en nuestra zona básica de salud. Algo inexplicable cuando quienes nos administran son médicos del primer nivel y conocedores de estos problemas. Ya dice el refrán castellano, “no pidas a quien pidió ni sirvas a quien sirvió”.
Como criterios de calidad asistencial, está demostrado, primero, que el tiempo por consulta en el médico de cabecera nunca debería ser menor de 10 minutos y, segundo, que hay que permitir siempre la posibilidad al galeno de gestionar su propia consulta.
¿Es tan difícil es poner esto en práctica?
Publicado en Diari MENORCA el 27-02-09

3 comentarios:

Mariana Martínez dijo...

De acuerdo en todo contigo Mateu. Con envidia por esos 7 minutos y medio, en mi CS tenemos 4 minutos por paciente en el primer tramo de 30 y 5 en el segundo tramo. ¡Así vamos!

mejoramiga dijo...

Querido Mateu:

Compruebo que aquí y allá las caracteristicas de la asistencia sanitaria es muy siilar, como hemos hablado tantas veces.
La rigidez de la agenda en nuestro caso es de 5 minutos, no de 7,5, lo que equivale a 3 pacientes cada 15 minutos, traducido sobre todo en un exceso de pacietnes citados ( sobre 50 al día), esperas para el paciente a veces de 2 horas y una sobrecarga de 4-5 horas de consulta diarias.
Tenia pendiente escribir un articulo para la revista Médicos de Badajoz del COM que voy a realizar inspirandome en tu carta que tambien pienso enviar a la prensa regional.
Por cierto, me ha gustado mucho tu enlace a la noticia del tratamiento de la insulina en 1923, que voy a pasar a una enfermeras de un curso de educación terapéutica que ahora estan en el tema de ADOs e insulina.
Un abrazo
Paco

Mateu Seguí Díaz dijo...

Gracias por vuestros comentarios. Sorprende de que cuando uno se queja existen otros en condiciones incluso peores que las descritas.
Aún con recomendaciones institucionales y compañeros en
altas esfera de la gestión de nuestro sistema sanitario la situación de la AP sigue siendo la misma
mateu seguí díaz