La vitamina D y la inmunidad
La vitamina D se ha puesto de moda. De no determinarse rutinariamente en los pacientes, al darse por supuesto que al vivir en el área mediterránea y con ello disfrutar de una alta insolación los niveles son siempre correctos, a hacerlo de manera sistemática y percatarnos los médicos de la gran cantidad de personas que se encuentran en franjas de deficiencia de esta vitamina. Yo diría que hormona.
Y digo hormona, pues la sintetizamos nosotros mismos a partir de los rayos ultravioleta del sol y un derivado del colesterol, y actúa no solo en los huesos fijando calcio o sobre los músculos influyendo en el tono muscular, si no en áreas tan diversas como el metabolismo (reacciones del cuerpo) que tiene que ver con la glucosa, con enfermedades como la diabetes tipo 2 al actuar sobre algunos receptores del páncreas e influir en la secreción de insulina entre otros...
Pero también en áreas tan lejanas de sus acciones principales como son la inmunidad, con la protección de enfermedades infecciosas; así las concentraciones de vitamina D se las ha relacionado con la mayor o menor propensión a padecer diversas infecciones respiratorias. Algo que se ha comprobado en nuestra actual, y espero que pasada, epidemia del SARS-CoV-2 (severe acute respiratory syndrome coronavirus 2). Un tema que ha sido controvertido estos dos años, con múltiples estudios y conclusiones, pero de los que al final ha quedado la sensación, se ha admitido, que los individuos con niveles bajos de vitamina D sufrieron un mayor riesgo de infección y de gravedad de la COVID-19 (coronavirus disease 2019) (Edward B et al 2021).
Y es que al parecer la vitamina D se comportaría como un inmunomodulador, un regulador del sistema inmunitario al estimular gran cantidad de mediadores del sistema respiratorio, al tiempo que actuaría directamente sobre la inmunidad (linfocitos T…) y en la respuesta inflamatoria… No quiero aburrirles.
Hoy comentamos otra propiedad que se ha demostrado en un subestudio de un gran ensayo clínico publicado hace escasos días en el BMJ por Hahn J et al; el VITamin D and OmegA-3 TriaL (VITAL) un estudio realizado en 25.871 personas mayores de 50 años y durante más de 5 años de seguimiento en EEUU y en dos ramas (una de vitamina D y otra con los famosos ácidos grasos poliinsaturados omega-3 -PUFA 03-, frente lógicamente, a grupos placebo), todo ello inicialmente para el estudio en la prevención del las enfermedades cardiovasculares y del cáncer, pero del que están saliendo diversos subestudios con objetivos distintos, como es el que hablamos ahora.
De éste nos referimos básicamente a la vitamina D y a un tipo de enfermedades que tal vez no les suenen pero son importantes y frecuentes, son las llamadas enfermedades autoinmunes, o aquellas que se producen cuando el cuerpo reacciona contra sí mismo; y que pueden ir desde enfermedades de la piel (psoriasis), de las articulaciones (artritis), del tiroides, de los intestinos, a nivel general...Se trataría de reacciones inflamatorias contra ciertos tejidos del propio cuerpo. Unas enfermedades que son mucho más comunes de lo que nos pensamos y en general no siempre tienen un tratamiento curativo.
El estudiar ambas sustancias juntas en dicho estudio (la vitamina D y la PUFA 03) tendría su justificación en que pudieran ingerirse conjuntamente de forma natural, como mostró un estudio Danés (Pedersen M et al, 2005) que demostró como la ingesta de más de 30 gr de pescado graso al día era capaz de reducir hasta en un 49% el riesgo de padecer artritis reumatoide.
Esta nueva entrega del VITAL concluye que al suplementar con vitamina D (2000 unidades al día) a pacientes mayores de 50 años durante al menos 5 años (con o sin suplemento de los PUFA 03) se reducen las enfermedades autoinmunes al menos un 22%. Sin embargo, si se consideraban en el análisis solo los últimos 3 años aumentaba esta reducción hasta el 39%. Específicamente la artritis reumatoides se redujo hasta en un 40% frente al grupo placebo.
Con todo, apuntan que habrá que ver si estas diferencias se mantienen o aumentan con el paso del tiempo.
Se detectó que esta acciones están relacionadas con el peso corporal al tratarse la vitamina D, de vitaminas que se acumulan en la grasa, de modo que serían más efectivas en personas delgadas que en obesas.
La explicación del porqué la vitamina D produciría este efecto beneficioso lo achacan, como hemos adelantado al principio, en que los metabolitos de esta vitamina actuarían, por un lado sobre determinados genes que regulan la inflamación y la respuesta inmunitaria y por otro sobre las células implicadas en la respuesta inmunitaria al tener receptores para esta vitamina (linfocitos T y B…).
Podemos concluir, por tanto, que la suplementación con vitamina D la dieta de nuestros pacientes más mayores además de mejorar la resistencia de sus huesos, del tono de sus músculos, de su metabolismo.. es capaz de reducir el riesgo de infecciones y sobre todo de aquellas respuestas inmunológicas anómalas de nuestro cuerpo que son causa de enfermedad.
Mateu Seguí Díaz
médico de familia
Seguí Díaz M. La vitamina D y la inmunidad. Es Diari. 09-05-2022: 31.
http://menorca.info/
Vitamin D and marine omega 3 fatty acid supplementation and incident autoimmune disease: VITAL randomized controlled trial BMJ 2022; 376 doi: https://doi.org/10.1136/bmj-2021-066452 (Published 26 January 2022)
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