El yoga y la ansiedad generalizada
La práctica del yoga es uno de esos temas que me invita a leer todo lo que se publica de actualidad con estudios serios; dado que ésta, de una manera más o menos ortodoxa la tengo aplicada a mi vida desde que era adolescente.
Como sabe todo el mundo, el yoga, más que una actividad física con la que mantenerse sano, es algo más completo pues combina ejercicios pausados y mantenidos, con la respiración y la meditación o la concentración. El más famoso, el que yo practico con más o menos acierto, es aquel que se basa en posturas (asanas) combinadas con ejercicios de respiración (pranayamas), y relajación, con o sin meditación (dyana).
Es una práctica beneficiosa pero que si no se adapta a la edad y las condiciones del individuo que la practica puede producir, aunque remotamente, lesiones; de ahí que se debe ir añadiendo o quitando posturas según la edad máxime si se practica de una manera regular durante la mayor parte de la vida del individuo. Si se empieza a una cierta edad lógicamente se deberá adaptar a la situación física del iniciado.
Queda claro, y lo han demostrado diversos estudios serios al respecto, que tiene efectos beneficiosos a nivel osteoarticular, a nivel cardiovascular, sobre el control metabólico del paciente con diabetes y sobre el humor (depresión) y la ansiedad.
Hoy hablamos sobre esto último.
Sobre lo que se llama el síndrome de ansiedad generalizada (SAG) y sobre un artículo publicado en JAMA Psychiatry el agosto pasado.
El SAG aún siendo muy frecuente solo se atiende a la mitad de los pacientes que lo sufren, pues se padece como si fuera una parte consustancial de la personalidad, como una manera de ser. Para el tratamiento del mismo se utilizan fármacos, psicoterapia, terapia cognitivo-conductual (TCC)...
Esta última está demostrando ser útil y efectiva sin embargo tiene problemas de eficiencia debido a su coste y otras razones, de ahí que se busquen terapias alternativas más accesibles y menos costosas como el yoga.
En este caso se utiliza un tipo de yoga el Kundalini yoga (KY) más enfocado en ejercicios respiratorios y meditación y se compara a efectos de no inferioridad con el TCC (gold standard). Para ello se diseña un ensayo clínico aleatorizado (ECA) que evalua la eficacia del KY comparándolo con una psicoterapia de primera línea validada como es la “educacion del estres” (EE) y la TCC en el manejo de la SAG. Para evaluar la mejoría se aplicó la puntuación de una escala validada la “Clinical Global Impression of Improvement (CGI-I)”
El estudio “Generalized Anxiety: A Treatment Evaluation(GATE)” se trata por tanto de un ECA prospectivo con 3 ramas en grupos paralelos, simple ciego (evaluadores independientes enmascarados) con las que evaluar la eficacia a las 12 semanas de la KY (93), la TCC (90) y la EE (43) en el tratamiento del SAG. Comparando la superioridad de la KY, y de la TCC frente a la EE, y la no inferioridad de la KY frente a la TCC.
Se inició diciembre del 2013 y se evaluó en octubre del 2019.
Cada rama de tratamiento se distribuyó en grupos de 4-6 participantes con dos instructores durante 12 sesiones de 120 minutos y 20 minutos de trabajo de uno mismo en su domicilio.
Se evaluaron a 226 pacientes con el diagnóstico primario de SAG con una edad media de 33,4 (desviación estandard -DE 13,5) años, siendo el 69,9% (158) mujeres. De éstos 155 individuos (68,6%) completaron la evaluación pos tratamiento realizado.
Las tasas de respuestas al tratamiento fueron más altas en el grupo de KY (54,2%) que en el grupo del EE (33%), siendo la tasa aleatoria en forma de odds ratio [OR] de 2,46 (IC 95% 1,12-5,42]; p = 0,03; con un número necesario a tratar (NNT) 4,59 (IC 95% 2,52-46,19); y de la misma forma con el TCC (70,8%) frente al EE (33%) con una OR 5,00 (IC 95% 2,12-11,82; p inferior a 0,001; y un 2,62 ( IC 95% 1,91-5,68).
Con ello de demostró que tanto el KY como el TCC son superiores a la educación EE en el tratamiento del SAG , sin embargo entre ellas no se demostró la no inferioridad siendo más efectiva la TCC, una diferencia del un 16,6% p 0,42 para no inferioridad.
Concluyen que el KY es eficaz para el tratamiento del SAG, sin embargo, los resultados de este estudio posicionan a la TCC en una situación superior al KY y más prolongada en el tiempo. El KY tendría propiedades ansiolíticas a corto plazo en ciertos individuos pero sus efectos son menos persistentes en el tiempo que la TCC, aunque tendría un papel dada su fácil acceso y menor coste.
Con todo, aún siendo un estudio riguroso y muy bien diseñado, la validez externa del KY y de la TCC por el tipo de sesiones utilizadas (120 minutos y dos monitores en grupos pequeños), le restan en mi opinión fuerza en el mundo real. Con todo, no son malas noticias.
Seguí Díaz M. La práctica del yoga más allá del bienestar físico y mental. Es Diari MENORCA. 12-06-2018: 18. http://menorca.info/
Thind H, Lantini R, Balletto BL, Donahue ML, Salmoirago-Blotcher E, Bock BC, Scott-Sheldon LA. The effects of yoga among adults with type 2 diabetes: A systematic review and meta-analysis.Prev Med. 2017 Dec;105:116-126. doi: 10.1016/j.ypmed.2017.08.017. Epub 2017 Sep 4.
Entrevista a raiz del post
1 comentario:
Muy interesante!!
Es bueno contar con otras alternativas.
Gracias
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