Victus de Albert Sanchez Piñol
Novela en principio histórica que a medida que la lees te das cuenta que podría encuadrarse más en el género de ficción histórica o de creadora de mitos. Una ficción para un público que busca leer como histórico lo que es en buena medida una invención del escritor. Escrito en un momento (2013) y un lugar (Cataluña) proclive a este tipo de libros de exaltación patriótica; de una historia en buena medida ajustada a un determinado tipo de lector. Se lee bien, pues está bien escrito con dosis adecuadas de suspense hasta la página 108 (la “corona catalana”, versión electrónica), a partir de donde hay que tomárselo como un libro sometido a las libertades argumentales del escritor. Al margen de las interpretaciones históricas, exageraciones más o menos intencionadas …tiene detalles extemporáneos desde el inicio que no pudieron corresponder al tiempo al que se refiere la novela que le hacen perder valor, credibilidad. Se hace ver que fue una guerra entre España (que no Castilla, en ocasiones, pues sorprende la contradicción de que “España” empezó con los Borbones) y Cataluña, cuando se trató de una guerra civil española, europea, que tuvo como consecuencias la pérdida de los fueros del antiguo reino de Aragón (un término que no aparece en la novela) afectando a Aragón, a Valencia, y a Baleares (Menorca estuvo enfrentada “calistes i felipets” entre ella misma y durante el siglo XVIII fue británica por este affaire). “No quería darse cuenta de que Castilla y Cataluña estaban en guerra exactamente del mismo modo que Francia e Inglaterra…” (pag 229)
Mitos actuales, introducidos en aquel tiempo, como que Cataluña era un país independiente, más libre, más tolerante, más democrático o motor económico de España… que se plantean falsamente, frente a una España de gobernantes corruptos, degradados... En este sentido, es interesante releer la monografía, ya comentada en este blog hace años y editada por el PAIS “Los primeros Borbones. 1700-1759 de John Lynch”, en este se puede leer como: “Puede decirse que el modelo catalán de crecimiento económico surgió alrededor de 1750, justamente a consecuencia de aquello de lo que políticamente habían detestado. (pag 239)”.
Comparaciones imposibles, situaciones, pensamientos…
Al margen de esto, puede suceder que algún lector que no se tome el relato como una ficción y pueda sentirse molesto con su lectura y dejarlo. Con todo, es un buen libro, bien escrito, entretenido, con un argumento bien desarrollado que te hacen mantener el interés hasta el final. Lástima de las connotaciones nacionalistas que lo impregnan. La extensión (541) me resultó un pelín larga.
Interpretación de las tonalidades musicales
Hace 23 horas
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