martes, 13 de junio de 2017

Relación entre la industria de refrescos y las organizaciones sanitarias

Relación entre la industria de refrescos y las organizaciones sanitarias

La “diabetobesidad” es una epidemia en el mundo occidental. La obesidad está en alza y al margen de la morbilidad acompañante, es junto con el hábito tabáquico, la mayor causa prevenible de años de ajustados por calidad de vida. En el 2012, el 35% de los americanos eran obesos y el 69% presentaban sobrepeso u obesidad.
Una de las causas principales de la obesidad en EEUU es el consumo de refrescos, de bebidas azucaradas. Se estima que el consumo de estas bebidas es la causa de un 1/5 de la ganancia ponderal en los americanos entre los años 1977 y 2007. En sentido contrario, el descenso en su consumo es una importante medida de salud pública.
Las organizaciones sanitarias, que son las mismas que proponen la reducción del consumo de estos alimentos, reciben donaciones de compañías que fabrican estos productos, lo que en cierta manera provoca un conflicto de intereses que puede influir en los mensajes que dan estas organizaciones.
El porqué estas compañías financian estas organizaciones sanitarias es complejo, pero puede tener que ver con la asociación de la marca con la salud y la influencia a nivel mediático de estas marcas en las actitudes de los consumidores que valoran la salud por encima de otros motivos. Estos temas  han sido perfectamente estudiados con el tabaco y el alcohol, por ejemplo, pero no con las compañías que fabrican los refrescos (soda companies, SC). 
El estudio que comentamos, publicado el año pasado, hace un análisis sistemático la relación y financiación (sponsorship) de las organizaciones sanitarias en Estados Unidos (EEUU) durante los cinco años comprendidos entre el 2011 y 2015. A su vez estudian los esfuerzos de éstas en influir en las legislaciones aprobadas para prevenir la obesidad con la idea puesta en que los fondos invertidos sean congruentes con la misión de las organizaciones financiadas.
Se hizo una búsqueda sistemática con la que identificar las SC que financiaban las organizaciones sanitarias que trabajaban en EEUU entre 2011 y  2015. Identificando dos de las más importantes y conocidas. A partir de su identificación se hizo una búsqueda con las marcas de las compañías relacionándolas con términos relacionados con la salud etc..., de un modo semejante al que se hizo con estudios parecidos en relación con el alcohol y el tabaco.
Según éste estudio 96 organizaciones sanitarias nacionales estadounidenses aceptaron dinero de dichas compañías, de una o de ambas. De éstas, 12 aceptaron de ambas compañías. Si bien es cierto que una de ellas solo financió un 14%, mientras la otra llegó al 99%.
La realidad, es que como se mostró con el alcohol y el tabaco, estas donaciones filantrópicas por parte de las compañías de refrescos tienen un efecto negativo sobre los mensajes que las organizaciones sanitarias difunden, mejorando la imagen (más saludable) de las marcas que dichas industrias promocionan, todo ello como un efecto calculado de herramientas de marketing. Este efecto es especialmente importante en la infancia en donde el aumento de la obesidad infantil y la creación de hábitos saludables es más importante. En este sentido, las academias americanas,  Academy of Nutrition and Dietetics, la American Academy of Pediatrics, la  American Academy of Family Physicians, y la American College of Cardiology, no han renovado sus contratos con dichas compañías desde final del 2015, señalan. Algo que podría emularse por nuestras sociedades científicas (incluso las de pediatría) que aún reciben financiación e incluso promocionan productos dietéticos no del todo saludables.


Aaron DG, Siegel MB. Sponsorship of National Health Organizations by Two Major Soda Companies. Am J Prev Med. 2017 Jan;52(1):20-30. doi: 10.1016/j.amepre.2016.08.010. Epub 2016 Oct 10.

Coca-Cola’s secret influence on medical and science journalists. BMJ 2017; 357 doi: https://doi.org/10.1136/bmj.j1638 (Published 05 April 2017)


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