viernes, 22 de marzo de 2013

La jornada partida nocturna y el cáncer de ovario


La jornada partida nocturna y el cáncer de ovario

Cuando hablamos los estilos de vida normalmente nos referimos a la alimentación o al ejercicio físico, pero casi nunca al tipo de ocupación o de trabajo, o  a que tipo de jornada laboral realizan aquellos que enferman. El famoso ritmo circadiano  relaciona los ritmos biológicos de los organismos con los ciclos de luz y de temperatura durante períodos de 24 horas (de ahí su nombre). Su modificación súbita tiene efectos en la salud, como se ve en el jet-lag, del que ya hablamos, hace varios años. Lo que no sabemos a ciencia cierta  que es que ocurre si esta modificación se cronifica.
De lo que hablamos hoy es de algo más grave, de la influencia de la alteración de este ritmo con la frecuencia de presentación del cáncer de ovario (CO), algo que sorprende, pero del que existe algún indicio en estudios en animales.
Este es un tema que se ha estudiado en el cáncer de mama en humanos, y por el que una mujer en el 2008 en Dinamarca (según leemos) consiguió una compensación económica, sin embargo del que no existen evidencias contundentes. Y es un tema que preocupa a profesiones, que como las sanitarias, médicos, enfermeras, auxiliares de hospital, en los que su trabajo está regulado por turnos diurnos y nocturnos.
El trabajo que comentamos estudia la relación entre el CO y el trabajo por turnos y nocturno en mujeres, mediante un estudio poblacional de casos y controles.
Para ello, se estudiaron mujeres de 35 y 74 años, de una base a los datos del registro del cáncer del programa del Surveillance Epidemiology and End Results (SEER) en el estado de Washington. En total  a 1.101 mujeres con CO epitelial invasivo, 389 con tumores ováricos “borderline” y 1832 mujeres sin cáncer, que actuaron como controles. El tipo de turno de trabajo de estas mujeres fue recogido por entrevista clínica.
Se encontró que el 26,6% de las mujeres con CO invasivo, el 32.4% con tumores ováricos “borderline” y el  22,5% en aquellas sin cáncer, tuvieron trabajos de noche en algún momento.  De ello resultó que trabajar en turnos nocturnos se asociaba con un incremento de CO invasivo odds ratio (OR) 1,24 (IC 95% 1,04-1,49) y de tumores ováricos “borderline” OR 1,48( IC 95% 1,15- 1,90). Si bien es cierto que se observó un incremento acumulativo del riesgo de CO en las mujeres mayores de 50 años, que aunque moderado, estaba relacionado con  la duración del trabajo nocturno, hasta un tope temporal (más de 7 años de trabajo nocturno), en el que se estabilizaba.
En esta cohorte la duración media del trabajo partido nocturno fue entre 2,7 y 3,5 años, siendo los trabajos más frecuentes los que tenían que ver con la sanidad, con la preparación de alimentos y trabajos de administración.
Concluyen que existen evidencias (con todas las limitaciones de un trabajo epidemiologico retrospectivo) entre el trabajo por turnos y nocturno y el CO. Señalan que estos riesgos son similares a los publicados con el cáncer de mama y el trabajo por turnos nocturno.


Bhatti P, Cushing-Haugen KL, Wicklund KG, Doherty JA, Rossing MA. Nightshift work and risk of ovarian cancer. Occup Environ Med. 2013 Apr;70(4):231-7. doi: 10.1136/oemed-2012-101146. Epub 2013 Jan 23.


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