El PSA y el Cáncer de Próstata
Hace algunas de semanas publiqué en este medio un artículo sobre las mamografías y el cáncer de mama, en donde hacía hincapié en los posibles efectos no deseados de practicarse la prueba y la efectividad de la misma, con la idea puesta en que no siempre hacer más es mejor, que la misma prevención también tiene sus riesgos.
Esta semana, siendo justos le toca a una prueba parecida pero aplicada al varón. Una prueba que se comporta en este de una manera parecida como lo hace la mamografía en la mujer, pero algunas claras diferencias.
La determinación del PSA (prostate-specific–antigen) se parece a la mamografía por que se trata de una prueba que no previene una enfermedad, no mide un factor de riesgo, como el colesterol, que si lo reduces evitas una enfermedad como es la cardiovascular; si no que detecta una patología precozmente, como es el cáncer de próstata –CP- para así, detectándola antes, disminuir la mortalidad del paciente que lo padece. Se parece a la mamografía por que actua en patologías oncológicas muy frecuentes en ambos sexos y cuya evolución es imprevisible. Y se parece a ella, también, porque detecta a la vez otras patologías que no tienen por que ser un cáncer. La realidad es que teniendo una PSA positivo (valores > 4 ng/dl) tendremos un 20-30% de probabilidad de tener algún tipo de tumor de próstata y si la tenemos normal (inferior a esta cifra) no desaparece esta posibilidad.
Con todo, se calcula que utilizando la PSA de una manera rutinaria en varones sanos adelantamos el diagnóstico de cáncer de próstata en 10 años frente a si lo hiciéramos clínicamente, pero no tenemos claro si actuando precozmente mejoramos en todos los casos su evolución y sabemos que al hacerlo aumentamos el sobrediagnóstico y el sobretratamiento en tumores latentes de bajo grado de diferenciación de los que se desconoce con seguridad su comportamiento.
Y es que en realidad el PSA no es un marcador específico de cáncer sino un marcador de crecimiento de la próstata. Así, puede elevarse en infecciones de orina, en retención de orina, manipulación (sondaje, tacto rectal), biopsia, prostatitis, relaciones sexuales, etc...
Ahora bien, es un buen marcador que utilizan los médicos para el seguir la evolución en aquellos hombres ya diagnosticados de CP y sometidos a cirugía (prostatectomia) o a tratamiento farmacológico por esta causa.
Últimamente se ha vuelto a poner esta prueba de moda por la publicación de dos grandes trabajos de gran impacto por el tiempo estudiado y la cantidad de pacientes cribados; uno realizado en Europa y otro en EEUU y publicados en una revista de prestigio New England Journal of Medicine 360;13. Así, el European Randomized Study of Screening for Prostate Cancer realizado en 182.000 hombres entre 50 y 74 años de 7 países europeos (2.197 españoles) durante 9 años, demostró que se necesitan cribar mediante el PSA a 1410 varones y tratar a 48 CP durante ese tiempo para prevenir una muerte por esta patología. Por contrapartida, su realización se asocia a un alto grado de sobrediagnóstico, así pues, el 75.9% todos los hombres que se les hizo una biopsia por sospecha de CP presentaban un PSA falsamente positivo (VPP 24.1%).
En la misma revista se publica otro estudio, esta vez americano Prostate, Lung, Colorectal, and Ovarian (PLCO) Cancer Screening Trial, en la que se utiliza el PSA y el tacto rectal anual sobre una población de 76.693 hombres. En este sin embargo las conclusiones no fueron tan claras, pues hubo una incidencia de muerte por 10.000 personas-años de 2 (50 muertes) en el grupo de cribado frente a 1.7 (44 muertes) en el grupo control. Concluyendo que tras 7 a 10 años de seguimiento, las diferencias en mortalidad entre ambos grupos no diferían sustancialmente y eran en ambos casos muy bajas.
Y es que analizando las causas de muerte en hombres con cáncer de próstata encontramos en "Cause of Death in Older Men After the Diagnosis of Prostate Cancer" (Journal of the American Geriatrics Society 57:24–30, 2009), que la mortalidad de 100.000 hombres entre 66 y 84 años con cáncer de próstata localizado (T1, T2) no difería de un grupo control de hombres sin esta patología, siendo su causa de muerte la misma que los que no tenían CP, es decir, enfermedades cardiovasculares; solo se murieron por esta patología y más precozmente aquellos que tenían tumores avanzados (T3 y T4), lo que no deja de ser un consuelo para muchos hombres angustiados por su próstata
¿Ante todos datos que hacer?. Pues las Sociedades Científicas están divididas, así mientras las Asociaciones Americana y Francesa de Urología apoyan el empleo del cribado de los hombres sanos a partir de los 40 años (PSA y tacto rectal), el Departamento de Medicina Preventiva de Estados Unidos -US Preventive Services Task Force (USPSTF)-, cree que no hay suficientes evidencias para justificar esta actuación preventiva. Apunta, además, no solicitarlo en varones sin síntomas urinarios de más de 75 años o en aquellos con esperanza de vida inferior 10 años pues el beneficio de detectar y tratar un cáncer de próstata por cribaje en estas personas es muy pequeño, siendo los daños producidos en estas superiores a los beneficios conseguidos. Y es que no en vano, si viviéramos 100 años, todos –los varones- tendríamos cáncer de próstata, otra cosa es que lo supiéramos, o que llegáramos a morir por esta patología.
Hace algunas de semanas publiqué en este medio un artículo sobre las mamografías y el cáncer de mama, en donde hacía hincapié en los posibles efectos no deseados de practicarse la prueba y la efectividad de la misma, con la idea puesta en que no siempre hacer más es mejor, que la misma prevención también tiene sus riesgos.
Esta semana, siendo justos le toca a una prueba parecida pero aplicada al varón. Una prueba que se comporta en este de una manera parecida como lo hace la mamografía en la mujer, pero algunas claras diferencias.
La determinación del PSA (prostate-specific–antigen) se parece a la mamografía por que se trata de una prueba que no previene una enfermedad, no mide un factor de riesgo, como el colesterol, que si lo reduces evitas una enfermedad como es la cardiovascular; si no que detecta una patología precozmente, como es el cáncer de próstata –CP- para así, detectándola antes, disminuir la mortalidad del paciente que lo padece. Se parece a la mamografía por que actua en patologías oncológicas muy frecuentes en ambos sexos y cuya evolución es imprevisible. Y se parece a ella, también, porque detecta a la vez otras patologías que no tienen por que ser un cáncer. La realidad es que teniendo una PSA positivo (valores > 4 ng/dl) tendremos un 20-30% de probabilidad de tener algún tipo de tumor de próstata y si la tenemos normal (inferior a esta cifra) no desaparece esta posibilidad.
Con todo, se calcula que utilizando la PSA de una manera rutinaria en varones sanos adelantamos el diagnóstico de cáncer de próstata en 10 años frente a si lo hiciéramos clínicamente, pero no tenemos claro si actuando precozmente mejoramos en todos los casos su evolución y sabemos que al hacerlo aumentamos el sobrediagnóstico y el sobretratamiento en tumores latentes de bajo grado de diferenciación de los que se desconoce con seguridad su comportamiento.
Y es que en realidad el PSA no es un marcador específico de cáncer sino un marcador de crecimiento de la próstata. Así, puede elevarse en infecciones de orina, en retención de orina, manipulación (sondaje, tacto rectal), biopsia, prostatitis, relaciones sexuales, etc...
Ahora bien, es un buen marcador que utilizan los médicos para el seguir la evolución en aquellos hombres ya diagnosticados de CP y sometidos a cirugía (prostatectomia) o a tratamiento farmacológico por esta causa.
Últimamente se ha vuelto a poner esta prueba de moda por la publicación de dos grandes trabajos de gran impacto por el tiempo estudiado y la cantidad de pacientes cribados; uno realizado en Europa y otro en EEUU y publicados en una revista de prestigio New England Journal of Medicine 360;13. Así, el European Randomized Study of Screening for Prostate Cancer realizado en 182.000 hombres entre 50 y 74 años de 7 países europeos (2.197 españoles) durante 9 años, demostró que se necesitan cribar mediante el PSA a 1410 varones y tratar a 48 CP durante ese tiempo para prevenir una muerte por esta patología. Por contrapartida, su realización se asocia a un alto grado de sobrediagnóstico, así pues, el 75.9% todos los hombres que se les hizo una biopsia por sospecha de CP presentaban un PSA falsamente positivo (VPP 24.1%).
En la misma revista se publica otro estudio, esta vez americano Prostate, Lung, Colorectal, and Ovarian (PLCO) Cancer Screening Trial, en la que se utiliza el PSA y el tacto rectal anual sobre una población de 76.693 hombres. En este sin embargo las conclusiones no fueron tan claras, pues hubo una incidencia de muerte por 10.000 personas-años de 2 (50 muertes) en el grupo de cribado frente a 1.7 (44 muertes) en el grupo control. Concluyendo que tras 7 a 10 años de seguimiento, las diferencias en mortalidad entre ambos grupos no diferían sustancialmente y eran en ambos casos muy bajas.
Y es que analizando las causas de muerte en hombres con cáncer de próstata encontramos en "Cause of Death in Older Men After the Diagnosis of Prostate Cancer" (Journal of the American Geriatrics Society 57:24–30, 2009), que la mortalidad de 100.000 hombres entre 66 y 84 años con cáncer de próstata localizado (T1, T2) no difería de un grupo control de hombres sin esta patología, siendo su causa de muerte la misma que los que no tenían CP, es decir, enfermedades cardiovasculares; solo se murieron por esta patología y más precozmente aquellos que tenían tumores avanzados (T3 y T4), lo que no deja de ser un consuelo para muchos hombres angustiados por su próstata
¿Ante todos datos que hacer?. Pues las Sociedades Científicas están divididas, así mientras las Asociaciones Americana y Francesa de Urología apoyan el empleo del cribado de los hombres sanos a partir de los 40 años (PSA y tacto rectal), el Departamento de Medicina Preventiva de Estados Unidos -US Preventive Services Task Force (USPSTF)-, cree que no hay suficientes evidencias para justificar esta actuación preventiva. Apunta, además, no solicitarlo en varones sin síntomas urinarios de más de 75 años o en aquellos con esperanza de vida inferior 10 años pues el beneficio de detectar y tratar un cáncer de próstata por cribaje en estas personas es muy pequeño, siendo los daños producidos en estas superiores a los beneficios conseguidos. Y es que no en vano, si viviéramos 100 años, todos –los varones- tendríamos cáncer de próstata, otra cosa es que lo supiéramos, o que llegáramos a morir por esta patología.
Publicado en el Diari Menorca el 26-04-09
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