Cambio climático o cambio de tiempo atmosférico
El libro de Manuel Toharia “El Clima” es un libro que todo el mundo debería leerse si se quiere saber con un mínimo de rigor de que va el clima y el tiempo atmosférico. Y digo esto por que una cosa y otra no son lo mismo. De lo que se habla habitualmente es del tiempo atmosférico actual y su relación con el aumento imparable de los niveles de CO2. Relación esta de la que se sabe bien poco.
Si bien el profesor se posiciona en la línea políticamente correcta, es decir que aumenta el CO2 y tenemos que hacer lo humanamente posible por reducirlo, la argumentación que describe –y me lo he leído dos veces- iría en el sentido escéptico o contrario, la de no tener suficientes datos científicos para afirmar que realmente hay o habrá un cambio climático, pues la unidad mínima de medida es enorme, son ciclos de 30 o 50 años y los datos que tenemos actualmente son sumamente imperfectos. Describe los grande ciclos atmosféricos antiguos y recientes, frío en la edad media (el mínimo de Maunder en XIV) hasta el siglo XVIII y progresivo calor desde entonces junto con intermedios de sutiles cambios del tiempo atmosférico recientes; frío tras la segunda guerra mundial hasta antes de los años 70, coincidiendo con un aumento importante de las emisiones de CO2 ¿?, y progresivo calor desde entonces. Su lectura me cautivó y lo volví a leer para estar seguro de que lo el autor afirmaba en el texto al final caía en un contrasentido. La conclusión, es que se sabe poco o nada y lo único cierto es que el CO2 aumenta y que de alguna manera acabará influyendo sobre el clima. Una influencia que no va aparejada irremediablemente con una desertización generalizada, una disminución de las lluvias o a un aumento del nivel del agua como catastróficamente se nos pronostica en los medios de comunicación. Baste decir que en el tiempo de los dinosaurios el nivel de CO2 era muy superior al actual, la vegetación era exuberante y llovía en cantidad –no en vano el CO2 es un abono natural para las plantas y algas.
Como consuelo –si nos creemos la afirmación- tenemos que solo existe petróleo para treinta años, y su aumento de consumo (países emergentes, India, China) hará que el precio aumente a niveles que hagan que no sea rentable su utilización como fuente de energía y tengamos que buscar nuevas energías, energías más limpias en poco espacio de tiempo. El peligro: la utilización alternativa del carbón y del gas natural, pues hay al parecer para rato.
Tras su lectura podemos afirmar que el primo de Rajoy no iba tan desencaminado.
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