La semaglutida a los tres años en la vida real del paciente con diabetes
La semaglutida (SEMA) 2,4 mg (Wegovy ®), un análogo del receptor del péptido-1 similar al glucagón (aGLP1) últimamente se ha lanzado a los medios no únicamente sanitarios al ser el aGLP1 que inyectádose una vez a la semana tiene más evidencias en efectividad en la reducción ponderal* en pacientes obesos (≥30 kg/m² de índice de masa corporal -IMC) o con sobrepeso (27 kg/m2 a <30 kg/m2 ) con morbilidad debida a éste y que siguen una dieta hipocalórica e incremento de la actividad física.
La SEMA 2,4 mg es capaz de alcanzar reducciones ponderales en pacientes con o sin DM2 de entre el 9,6 y el 14,9% (ensayos clínicos –ECA-del programa Semaglutide Treatment Effect in People with obesity –STEP- entre 68 -104 semanas), lo que está muy bien, pero en condiciones controladas mediante dieta y ejercicio. Así el STEP 3 siguiendo una dieta hipocalórica (1200-1800 kcal/día) llegó a reducción de peso fue del -16,0% con SEMA 2,4 mg pero del 5,7% en el grupo placebo. Un descenso en el grupo placebo similar a los 2,9 y 3,4 Kg al año del orlistat (Xenical®), o los 4,4 Kg de la una combinación del bupropion/naltrexona (Mysimba® 8 mg/90 mg). Algo que da que pensar sobre la importancia del control del paciente con el cumplimiento de la dieta hipocalórica y ejercicio físico dentro de la eficacia de este tipo de fármacos.
Y lo más importante que al interrumpir el tratamiento con SEMA 2,4 mg (STEP 1) el 60% de los de los pacientes recuperaron su peso anterior al tratamiento lo que obliga a un tratamiento continuado. Un tratamiento continuado del que no se tiene datos de su eficacia y de seguridad.
Un poco por esto, y como contrapunto del STEP 1 (SEMA 2,4 mg), pero con SEMA subcutáneo de 0,25, 0,5, o 1 mg y en la vida real, nos pareció interesante comentar un poster presentado la semana pasada en la reunión de European Association for the Study of Diabetes (EASD) celebrada en Hamburgo por el Dr Avraham Karasik del Institute of Research and Innovation at Maccabi Health Services, Tel Aviv (Israel).
Se incluyeron a 23.442 pacientes con DM2, de los que 6.049 se siguieron 2 años o más (desconocemos la razón del abandono o renuncia del resto). El IMC al inicio fue de 33,7-33,8 kg/m², la HbA1c estuvo entre 7,6-7,9% y el 84-88% estaban en tratamiento con metformina (MET), un 30% insulina (INS) y otro 31% con otro aGLP1 previo y distinto al SEMA.
Para su inclusión los pacientes debían haber iniciado un tratamiento (una prescripción) de SEMA subcutáneo de 0,25, 0,5, o 1 mg y tener una medición de HbA1c un año antes de iniciar el tratamiento con SEMA y seis meses después.
El objetivo primario fueron los cambios en el HbA1c producidos a los 6, 12, 18 24, 30, y 36 meses; y el secundario los cambios en el peso corporal producidos entre el inicio y la finalización del seguimiento (36 meses) y los cambios en la HbA1c y en el peso según subgrupos de pacientes según sus características.
El tiempo medio de seguimiento fue de 17,6 meses y de 29,9 en aquellos que se mantuvieron en tratamiento con SEMA más de dos años. A los 6 meses el descenso de la HbA1c fue del 0,77% (del 7,6 al 6,8%) y la reducción del peso de 4,7 kg (94,1 a 89,7%), lo que en opinión de este bloguero no es mucho, unas reducciones que se mantuvieron a los tres años en solo 1000 pacientes.
El 75% de los individuos continuó con el fármaco a los 6 meses de inicio que, según el cumplimiento terapéutico, o la proporción de días que se inyectó el fármaco (PDA) fue del 60%.
En los pacientes que aún utilizaban la SEMA a los dos años con una alta adherencia (PDA de al menos un 80%) la reducción de la HbA1c fue del 0,76% más allá de los 24 meses y del 0,43% tras los 36 meses. Y en el peso de 6 kg tras los 24 meses y de 5,8 Kg a los 36 meses. Lógicamente cuanto menor fue el PDA (menos de un 60% frente a 80%) menor fue su traducción en descenso de la HbA1c y en peso (p inferiores al 0,05).
Tras la interrupción del tratamiento la recuperación del peso inicial fue más lenta que en los ECA y dependiendo del grado PDA existente (60 frente al 80%):
Concluyen que la SEMA (Ozempic) es capaz de mantener la pérdida ponderal y de HbA1c más allá de los 3 años en una cohorte de pacientes con DM2 en la vida real, con reducciones del -0,77% (p inferior a 0,001) en la HbA1c, y de -4,7 kg (p 0,001) de peso a los 6 meses que se mantuvieron hasta los 3 años en algunos pacientes con alta adherencia al tratamiento.
Tal vez para este viaje – al margen de su indicación según sus efectos cardio y cerebrovasculares- no hacían falta estas alforjas, conociendo sus efectos secundarios y coste económico. Veremos que nos reporta el SEMA 2,4 mg, del que hablaremos en un próximo post.
*el nuevo polipéptido inhibidor gástrico –GIP- (aGLP1/GIP) la Tirzepatida (TZP) está demostrando niveles de eficacia en este aspecto superiores
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