¿Existen similitudes entre la epidemia por la COVID-19 y la gripe estacional?
Al principio de la epidemia por COVID-19, allá por febrero, hubo distintas manifestaciones de expertos que afirmaban que esta epidemia era parecida a una gripe estacional, pero más fuerte. Los números así lo parecían avalar, y los intereses en dicho momento sobre todo de ciertos medios de comunicación con la idea de quitar hierro al asunto y de tomar medidas poco populares, también. Tras lo ocurrido en marzo, se cambiaron las tornas, y los mismos medios que afirmaban su parecido con la gripe, cambiaron, tachando poco menos que de “negacionistas” a los que osaban comparar una enfermedad con otra.
Pero a estas alturas, ¿pensamos que son parecidas?.
La opinión actual de los medios, visto la evolución de los acontecimientos, es que la COVID-19 es una epidemia mucho mas grave que la gripe, solo comparable con gripes históricas como la mal llamada “gripe española” del 1918. Sin embargo, dicha gripe produjo alrededor de 40 millones de muertes en el mundo y 300.000 personas fallecidas en nuestro país, que comparándolas con las actuales (1,6 millones de muertos en el mundo a fecha del 12-12-2020) la distancia es considerable.
Con todo, vista la repercusión en contagios y fallecimientos no cabe duda que la COVID-19 no tiene nada que ver con una gripe estacional más, aún de las más intensas que hemos padecido recientemente. Pero, ¿realmente es así?
En este sentido, se recuerdan las gripes de los años 1957 y 1968 como aquellas con tasas de fallecimientos del 0,1%, pero aún así, serían diez veces inferiores al COVID-19, que ronda el 1%.
Comparan los datos poblacionales de la población francesa ingresada en los hospitales de aquel país hasta julio de este año cuando se habían llegado a los 30.000 fallecidos relacionados con la COVID-19, con la temporada de gripe de los años 2018-19 (la última gripe más grave) que causó 12.300 muertes, 8100 directamente atribuidas a esta enfermedad.
A primera vista sorprende la cantidad de fallecimientos que es capaz de producir la gripe en un solo país y que esto no produzca una repercusión en los medios de comunicación ni en las autoridades sanitarias. Unas cifras, teniendo en cuenta que la cobertura vacunal contra la gripe en Francia fue de un 29,7% por debajo de 65 años, y del 51% por encima de esta edad en dicho período, que nos sugiere que de no realizarse las cifras de muertos por la gripe serían mucho mayores.
Para el análisis se incluyeron a todos los pacientes ingresados por la COVID-19 entre el 1 de marzo y 30 de abril del presente año, y todos los pacientes ingresados por gripe entre el 1 de diciembre del 2018 y 28 de febrero del 2019.
Los números pueden sorprender, pues ingresaron 89.530 pacientes con COVID-19 y 45.819 con gripe en Francia en dichos períodos. La media de edad de los pacientes ingresados fue parecida, de 68 años en la COVID-19 y de 71 años en la gripe. Si bien es cierto que las características de los pacientes con COVID-19 fueron algo distintas, más obesos, o con sobrepeso, con diabetes, hipertension arterial, o colesterol, mientras que los que tuvieron gripe, presentaban más problemas cardíacos (insuficiencia) o enfermedad pulmonares crónicas…
Sin embargo, la evolución al ingreso fue distinta, más grave en la COVID-19. Pues 15.104 pacientes murieron de los 89.530 ingresados en la COVID-19 frente a 2.640 de 45.819 de la gripe, o sea 16,9% frente al 5,8% de la gripe.
No quiero marearles con números pero queda claro que ambas patologías compartirían el mecanismo de trasmisión, la edad de ingreso (mayormente mayores de 65 años con fragilidad), un riesgo de muerte relacionado con la patología de base, y que ambas tendrían una alta mortalidad; si bien es cierto que la COVID-19 generaria el triple de riesgo (riesgo relativo 2,9) de muerte que la gripe en aquellos los pacientes ingresados.
Si comparamos a los más jóvenes (menores de 18 años), sorprendentemente hubo menos ingresos por COVID-19 (1.227 [1,4%]) que por gripe (8.942 [19,5%]), aunque, como ya adelantamos en otros escritos, hubo una mayor proporción de niños menores de 5 años que necesitaron cuidados intensivos (UCI) por la COVID-19 (14 [2,3%] de 613) que por la gripe (65 [0,9 %] de 6973). Pero, las tasas de mortalidad en menores de 5 años fueron parecidas entre las dos enfermedades 0,5%, o 3 pacientes con COVID-19 frente al 0,2%, o 13 por gripe.
Ciertamente, muy pocos casos para extraer diferencias, si bien queda claro que los jóvenes, los niños, también acaban ingresados por gripe, y algunos pueden fallecer, parecido a la COVID-19, algo que se ignora.
En adolescentes, entre 11 y 17 años, fallecieron 5 pacientes (1,1%) de 458 del COVID-19 y 1 (0,1%) de 804, de la gripe; teniendo como característica que eran con más frecuencia obesos o con sobrepeso.
Concluimos que siendo mas grave la COVID-19 (con medidas para evitar la trasmisión) que la gripe (con vacunación) no existen tantas diferencias en ingresos aunque si en fallecimientos (un exceso de mortalidad de 2,8 de una respecto a la otra), algo que nos invitan reflexionar.
Una de las diferencias fundamentales entre ambas que explicarían las diferencias en la respuesta de los países occidentales ante las mismas pudiera ser el colapso de los sistemas sanitarios en un momento determinado, posible con la gripe, pero dramático, como se ha visto, con la COVID-19.
Y una última reflexión, que vistos números no es descabellado pensar que no pasará mucho tiempo que alguna gripe de las que vendrán se comporte como la COVID-19 actual, pues tienen muchas similitudes.
Mateu Seguí Díaz
médico de familia
Seguí Díaz M. ¿Existen similitudes entre la epidemia por la COVID-19 y la gripe estacional?. Es Diari MENORCA. 28-12-2020: 25
https://www.menorca.info/
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