¿Cuál es el mejor método para evitar las quemaduras solares?
Hace ya algunos años hablamos sobre las cremas solares y el melanoma, si éstas eran capaces de proteger o de prevenir este tipo de cáncer de piel.
Dejamos claro que existe una relación clara entre el grado de exposición a los rayos solares y la génesis de carcinomas espinocelulares o basocelulares, de ahí que la aplicación de filtros contra rayos ultravioleta (UV) en forma de cremas, lociones... sería una medida preventiva.
Con los melanomas, el tema no quedaba tan claro, planteándose un efecto paradógico, de modo que epidemiológicamente se constata que a mayor utilización de estas cremas pudiera existir mayor incidencia de melanoma maligno. La realidad como señalamos es que la incidencia del melanoma crece (3% anual desde 1973 en EEUU) en la misma proporción que las ventas de estos productos. La explicación es que las cremas producen una falsa seguridad con el sol y exponen a la persona al riesgo de presentar más quemaduras solares, la verdadera causa del melanoma. Las cremas se utilizarían no para protegerse del sol en sí, si no para poder estar más tiempo al sol, lo que aumenta el riesgo de quemadura.
Otra de las explicaciones es que los filtros solares actuarían fundamentalmente sobre los rayos UV tipo B y poco contra los tipo A (menos del 25%), cuando son éstos últimos, que al actuar sobre el estrés oxidativo, los radicales libres y la degradación de la vitamina D en la piel, son los causantes del incremento de los melanomas malignos. Los rayos B, por su parte, al dañar el ADN celular son los implicados en la aparición de los cánceres de piel de tipo carcinomas espinocelulares o basocelulares. En este tipo de cánceres de piel tiene más importancia la cantidad de rayos solares acumulados durante toda la vida del individuo que las quemaduras solares puntuales, que estarían más relacionadas con los melanomas malignos. Por ello, paradógicamente existen menos melanomas malignos en personas que trabajan al aire libre que aquellos que lo hacen a cubierto, pues la exposición solar de baja intensidad reorganiza la melanina de la piel (ponerse moreno) evitando las quemaduras solares.
En dicho post se planteaba la idea dc que no debemos exponernos más tiempo al sol del que nos expondríamos sin las cremas solares UV, al tiempo que deberíamos ponernos a la sombra, y protegernos del sol con vestimenta, gorros, gafas solares...Debemos evitar la quemadura solar sobre todo en los niños y elegir cremas que protejan tanto contra los rayos UVB como los UVA.
Por otro lado, el efectos de estar a la sombra no son del todo seguros, pues expone a los rayos indirectos del sol (por ejemplo, estar debajo de una sombrilla). Si estamos en la playa, ¿Qué es mejor ponerse una crema de protección o estar debajo de una sombrilla?. El estudio que comentamos aborda esta cuestión.
Se hizo en base a un equipo evaluador ciego y aleatorizando a 81 pacientes. Se realizó en Lake Lewisville, Texas a 159 metros por encima del nivel del mar entre el 13 y 15 de agosto del 2014 y en individuos según su tipo de piel (clasificación de Fitzpatrick), un individuo tipo I, 42 dek tipo II y 38 del tipo III. Siendo asignados a dos grupos: uno que utilizaba solo una sombrilla de playa y el otro solo crema solar con una protección solar con factor 100 (sun protection factor -SPF-). Todos los participantes permanecieron en la playa (soleada) al menos 3 horas y media al medio día.
La evaluación clínica de las quemaduras solares tras la exposición se realizó entre las 22 y 24 horas tras la exposición en los 81 participantes (25 varones y 56 mujeres con edad media de 41 ±16) años. Según éste estudio el grupo de la sombrilla tuvo una mayor y significativa puntuación en las quemaduras solares en comparación con la situación inicial y una mayor puntuación global postexposición que el grupo de la crema solar (0,75 frente 0,05; p inferior a 0,001).
Así, hubo un total de 142 quemaduras de segundo grado incidentes en el grupo de la sombrilla frente a 17 en el grupo de la crema solar. Del mismo modo, 32 de los 41 participantes (78%) del grupo de la sombrilla mostraron eritema en uno o más lugares frente a solo 10 de los 40 participantes (25%) del grupo de la crema solar (p inferior a 0,001).
Ni la sombrilla ni la crema solar solas previnieron completamente las quemaduras solares.
Concluyen que ni la sombrilla sola no provee de suficiente protección contra la exposición a los rayos UV. Que la cremas con un alto SPF ofrecen mejor protección que la sombrilla, pero ninguna de las dos medidas es eficaz al 100%. De lo que se desprende que en prevención del melanoma maligno se tomar el sol con moderación y siempre hacerlo utilizando diversas medidas protectoras, evitando la aparición de quemaduras solares.
Ou-Yang H; Jiang LI; Meyer K; Wang SQ; Farberg AS; Rigel Ds. Sun Protection by Beach Umbrella vs Sunscreen With a High Sun Protection Factor: A Randomized Clinical Trial. JAMA Dermatol. 2017; 153(3):304-308 (ISSN: 2168-6084)
Graeme M. Lipper. Sunscreen or Sun Screen? Dispelling the Myths, Assessing Alternatives. Medscape April 21, 2017
Planta MB. Sunscreen and melanoma: is our prevention message correct? J Am Board Fam Med. 2011 Nov;24(6):735-9.
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