lunes, 22 de julio de 2013

¿Cura la apariencia del médico?

¿Cura la apariencia del médico?

¿Confiaríamos en un doctor que nos atendiera en camiseta?, ¿o en pantalones cortos?. De la indumentaria de los médicos hablamos hace tres años en un post que tuvo alguna repercusión. Ahora al hilo de un artículo en la BBC me he vuelto a acordar de el, al tiempo que me venía a la memoria la cantidad de médicos que en esta época veraniega, al menos en atención primaria, asisten a los pacientes con pantalones cortos, chanclas…
Como comentamos, según Hipócrates, “el médico debe mantenerse limpio, vestirse correctamente y unguido por aromas agradables”, y algo así es lo que distingue al médico (traje y corbata) del resto de profesionales en ciertos países. En otros,  el aspecto externo no se cuida tanto y la indumentaria tiende a ser más funcional o en la mayoría de casos estándar (bata o pijama sanitario), pero siempre distinta del ciudadano de la calle.
Según el articulista los pacientes muchas veces se quejan de no saber quién es el doctor, pues no lleva ningún distintivo y entienden que el pertenecer a una profesión especial tiene que dar pie que la indumentaria este acorde con este rango. Tal vez esta idea esté más extendida entre la población de países donde la sanidad es fundamentalmente privada, que no en aquellos donde el médico es un profesional asalariado, cuando no un funcionario, como el nuestro.
Sin embargo, en ciertos países se prohíbe a los médicos llevar colgantes, corbatas, lazos, mangas largas, relojes de pulsera… cuando están trabajando como una medida de higiene para evitar contagios, sin embargo, como señala dicho artículo, no existen evidencias que estas medidas hayan contribuido en el descenso en la trasmisión de infecciones. Con todo, parece razonable pensar que serían medidas de higiene que, como el lavarse las manos,  contribuirían a evitar los contagios.
Por otro lado, ya vimos en el anterior post, como la calidad aparente del médico también se mide por su imagen y que esta influiría en el arte de curar. La apariencia no solo en el vestir si no en el aspecto, sea atlético, obeso, descuidado, limpio…Y es que es difícil convencer a un paciente que no fume si tu fumas, o que haga ejercicio si su apariencia es totalmente sedentaria…
En el estudio que comentamos, en el anterior post, se concluyó que para el  82% a los encuestados la apariencia externa del médico era importante pues le generaría confianza, seguridad, y contribuiría a la adherencia al tratamiento… Por ello, identificar a un profesional por su indumentaria no sería un asunto baladí. En este aspecto no entiendo excesivamente a nuestros compañeros pediatras que para (creo) evitar supuestos “traumas psicológicos” a los niños atienden a estos de calle evitando identificar al médico con aquel individuo que lleva bata blanca y fonendo.
Y es que al margen de la higiene, la coherencia externa del galeno debe estar en relación con el mensaje que se trasmite para que cumpla su objetivo. Y como señalamos, el hábito no hace al monje, pero ayuda.

Shakaib U, Rehman, MD, Nietert PJ, Dennis W, Cope DW, Kilpatrick AO, Johnson RH. What to wear today? Effect of doctor’s attire on the trust and confidence of patients.  Am J Med. 2005 Nov;118(11):1279-86



4 comentarios:

Unknown dijo...

A veces hay médicos que poseen unas determinadas características físicas no opcionales que marcan la primera impresión de sus pacientes. Por ejemplo el sexo, una determinada constitución o unos rasgos faciales concretos. Sería interesante saber que opinan los pacientes en estos casos.

Isa dijo...

Por alusiones, yo, como pediatra, efectivamente atiendo a "mis pequeños pacientes" vestida de calle, pero no en aras de evitar "traumas", sino como una medida de eficiencia. Tengo comprobado que tardo un 50% más de tiempo en atender a una familia cuando la exploración se convierte en un combate de sumo en el que participan tres adultos y un niño. Por otro lado, los padres atienden mejor mis explicaciones y cumplimentan mejor el tratamiento cuando no tienen que distribuir su atención entre un niño berreante y mi persona. Esta medida, aparentemente mal vista en otros países, tiene en mi medio una enorme aceptación. Eso sí, visto de manera impecable y cuido mi aspecto físico. Paso la consulta con falda, tacones, maquillaje y agua de colonia ( perfume, no), y como dice Este Esuno "doy el tipo" de pediatra, mujer, de mediana edad, con hijos y buen nivel educacional. Por esto no uso bata y no creo que la use a menos que detecte animadversión en mis niños(Cosa que, de momento no ocurre, por suerte)

Juan dijo...

Tras acabar la carrera salí de la Facultad de Medicina con ideas e ilusiones de cambiar el mundo. Por ello comencé a asistir a consulta en el MIR con mis camisetas "de corte heavy" con detalles gráficos que no voy a detallar, junto con vaqueros y zapatillas. Al poco tiempo me di cuenta de que la consulta no era eficaz, porque los pacientes acudían de nuevo a buscar otras opiniones y me hablaban contantemente con palabras como "tú, niño..."

Para más inri tengo una amplia cicatriz en la zona temporoparietal porque, literalmente, "me falta un trozo de cerebro" y eso me ayuda de poco a nada ante nuevos pacientes.

Actualmente trabajo como personal eventual y la sistemática - eficaz por otra parte - que utilizo es la siguiente: ropa de calle algo formal y bata encima hasta que los pacientes me conocen y me gano el "Don" delante de mi nombre. Una vez existe una relación de cordialidad y confianza, asisto a consulta en vaqueros, zapatillas y con "pijama de hospital" en la parte superior. Esto ayuda porque trabajo en medio rural y allí la vestimenta "trajeada" también alimenta la animadversión.

En mis años (pocos) años de experiencia lo que mejor resultado me ha dado, una vez pasada la primera impresión, ha sido la cercanía con el paciente, aclarar sus dudas y evitar todos los tecnicismos posibles, dando una información fluida y a la vez comprensible y adaptada a su nivel de conocimiento. La empatía y la comprensión sobre el sentimiento de enfermedad de cada uno es también importante y termina por romper esa barrera de imagen.

Saludos.

Mateu Seguí Díaz dijo...

Gracias por vuestros comentarios, ayudan a centrar el tema.
Naturalmente cuando se conoce a la persona uno se olvida de la indumentaria, de la apariencia para centrarse en el contenido, en este caso la profesionalidad, la humanidad, la empatía...Por ello, en nuestro nivel (atención primaria) y entendiendo que se atienden a las mismas personas durante largo tiempo esto no debería tener más importancia. Donde si lo tendría, en mi opinión es en niveles especialistas (contactos puntuales), urgencias o personal eventual, donde la primera impresión puede eclipsar el resto de la entrevista.
Con todo, como "calidad aparente" del galeno y de la institución es un aspecto más, pero no el fundamental. gracias

mateu seguí