Partiendo de la base que la disfunción sexual en el varón tiene los mismos factores de riesgo de la enfermedad coronaria no es difícil aventurar que todo aquello que modifique estos pueda influir positivamente en aquella. La disfunción eréctil se la ha considerado un marcador precoz de enfermedad coronaria que se instauraría antes de que aquella diera la cara, así se ha apuntado latencias entre 2-5 años entre la aparición de esta y las manifestaciones cardíacas. Lo que ha hecho a ciertos autores recomendar hacer un estudio cardiológico a todo paciente que en estas edades debute con este problema sexual. En un estudio reciente se nos muestra que la prevalencia de disfunción eréctil ronda el 52% en varones entre 40-70 años, siendo 17.1% leve, 25.2% moderada, y un 9.6% tendrían una disfunción sexual grave.
Un reciente metanálisis publicado el mes pasado en Archives of Internal Medicine sobre ensayos clínicos aleatorizados (ECAs) captados a partir de MEDLINE, Ovid Medline, Ovid EMBASE, Ovid Cochrane Database of Systematic Reviews, Ovid Cochrane Register of Controlled Trials, y Scopus ha evaluado los efectos de la modificación de los estilos de vida y de la utilización de medicación sobre los FRCV en la disfunción eréctil. Un metanálisis sobre ECAs publicados entre 2004- 2010 que tuvieran como criterios de inclusión la de tener al menos 6 semanas de duración con intervención farmacológica o sobre los estilos de vida que redujeran los FRCV. Los principales objetivos estudiados fueron las diferencias detectadas según la puntación dada por el International Index of Erectile Dysfunction (IIEF-5) en base a un intervalo de confianza del 95% y utilizando un modelo de efectos aleatorizados. En él se incluyeron 6 ECAs de 4 países y 740 individuos con una media de edad de 55.4 años .
Cuatro estudios analizaron las modificaciones en los estilos de vida y dos incluyeron estatinas en la intervención. De los 740 participantes, 374 correspondieron al grupo de intervención y 366 al de control. Según estos la modificación de los estilos de vida y el tratamiento farmacológico de los FRCV se asoció con una mejoría significativa de la función sexual según el IIEF-5 score, existiendo una diferencia global de un 2.66 (IC 95%, 1.86-3.47). Excluyendo aquellos que tomaban estatinas, aquellos ECAs que modificaban los estilos de vida (4 ECAs) generaron una mejoría estadísticamente significativa, con una diferencia ponderal del 2.40 (IC 95%, 1.19-3.61), y si nos ceñimos a los que utilizaban medicación la puntuación fue del 3.05. Sí que es cierto, sin embargo, que si comparamos estas diferencias con la utilización de inhibidores de la fosfodiesterasa, tipo sildenafilo etc estos generan mejoras significativas que rondan los 7-10 puntos de dicha escala.
Todo ello refuerza la idea de que el tratamiento de los FRCV mejora significativamente la disfunción eréctil del varón. Apuntan la importancia de perder un 10% del peso corporal , comer frutas y vegetales 5 días a la semana y abandonar el hábito tabáquico. Y sobre todo, es especialmente importante para la función eréctil hacer un ejercicio dinámico 20-30 minutos 5 días a la semana.
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