Las propiedades de la aspirina han sido controvertidas. Su controversia ha venido fundamentalmente de sus acciones a nivel cardiovascular y su riesgo de hemorragia gastrointestinal.
Las evidencias de la aspirina en prevención CV vienen de los datos del metaanálisis del Antithrombotic Trialists' Collaboration (95.000 individuos con riesgo CV medio, y 3554 eventos cardiovasculares -ECV- graves) en prevención primaria, que comparaban la utilización de aspirina frente a controles. Según este en prevención primaria la utilización de aspirina redujo un 12% los ECV graves (0,51% aspirina frente a 0,57% en los controles por año, p=0,0001) debido fundamentalmente a la reducción de infartos agudos de miocardio (IAM) (0,18% frente a 0,23% por año, p inferior 0,0001). No sin embargo, en accidentes vásculo-cerebrales (AVC), fueran aterotrombóticos o hemorrágicos. La mortalidad cardiovascular no difirió significativamente entre los grupos (0,19% frente a 0,19% por año, p 0,7). Por el contrario, hubo un incremento de los sangrados gastrointestinales y extracraneales (0,10% frente a 0,07% por año, p inferior a 0,0001). Con lo que en prevención primaria cardiovascular las bondades de la aspirina deben sopesarse con el riesgo de hemorragia.
Sus propiedades anticancerígenas, aunque conocidas, no has sido del todo difundidas.
El estudio que comentamos, publicado en Annals of Oncology recientemente, intenta despejar este panorama, y evalua según los datos más recientes los beneficio y daños del uso profiláctico de la aspirina en la población general (prevención primaria) según la incidencia del cáncer, ECV y la mortalidad.
Los estudios se identificaron a partir de Medline. Según esto los efectos del consumo de aspirina sobre el cáncer no son aparentes hasta tres años después de empezar su consumo y algunos efectos beneficiosos se mantienen años tras el cese de su ingesta, En cuanto a la dosis no se encontraron diferencias, fueran bajas o altas, si bien faltaron estudios que compararan estos aspectos. Si que es cierto que dosis altas incrementan el riesgo de toxicidad, fundamentalmente en forma de sangrado.
El efectos secundario más grave de la aspirina es el riesgo de AVC hemorrágico, que aún siendo raro se le relaciona un aumento de riesgo de muerte del 21%. Más común es el riesgo de hemorragia extracraneal, muy rara antes de los 70 años de edad, pero que ha sido asociada entre un 60-70% del incremento de riesgo de muerte por sagrado digestivo. Un riesgo, este, que aumenta con la edad del paciente.
La reducción del riesgo relativo (RR) medio en individuos entre 50-65 años que han ingerido aspirina durante 10 años fue del 7% en mujeres y del 9% en varones en el número de cánceres, IAM, o AVC en un período de 15 años, y una reducción global del RR del 4% en cualquier causa de muerte durante 20 años, señalan.
Encontraron en diversos estudios de larga duración y aleatorizados que la ingesta de aspirina reducía entre un 30-35% el riesgo de desarrollar un cáncer colo-rectal y entre un 35-40% del riesgo de morir por este cáncer. Del mismo modo, entre un 25-30% de descenso del riesgo de desarrollar cáncer de esófago (estudios de cohortes) y entre un 45-50% de morir por este tipo de cáncer, y entre un 25-30% de descenso del riesgo de desarrollar cáncer de estómago (estudios caso-control) y entre 35-40% de morir por esta patología. Reduce la incidencia de cáncer de mama (casos-control, cohortes) un 18-8%, aunque este hecho no se demostró en el Women's Health Study. De la misma forma reduce ligeramente la incidencia del cáncer de próstata pero sin afectar a la mortalidad.
Concluyen que la utilización preventiva de la aspirina durante un tiempo mínimo de 5 años con dosis entre 75-325 mg por día parece tener un balance riesgo/beneficio favorable, sobre todo en la mortalidad por ciertos cánceres gastrointestinales (colorectal). Si se prolongara en el tiempo, es probable que estos beneficios se incrementaran. El número necesario de pacientes a tratar (NNT) durante 10 años para prevenir algún evento grave se encontraría entre 33 y 127, señalan.
A su vez comentan que se necesitan más estudios para conocer cuál es la dosis mínima eficaz y la duración de la ingesta de este fármaco, a la vez que identificar los factores de riesgo de sangrado.
El artículo está en abierto
Cuzick J1, Thorat MA2, Bosetti C3, Brown PH4, Burn J5, Cook NR6, Ford LG7, Jacobs EJ8, Jankowski JA9, La Vecchia C10, Law M11, Meyskens F12, Rothwell PM13, Senn HJ14, Umar A15. Estimates of benefits and harms of prophylactic use of aspirin in the general population.
Ann Oncol. 2014 Aug 5. pii: mdu225. [Epub ahead of print]
Raju NC1, Eikelboom JW. The aspirin controversy in primary prevention. Curr Opin Cardiol. 2012 Sep;27(5):499-507. doi: 10.1097/HCO.0b013e328356ae95.
Antithrombotic Trialists' (ATT) Collaboration1, Baigent C, Blackwell L, Collins R, Emberson J, Godwin J, Peto R, Buring J, Hennekens C, Kearney P, Meade T, Patrono C, Roncaglioni MC, Zanchetti A. Aspirin in the primary and secondary prevention of vascular disease: collaborative meta-analysis of individual participant data from randomised trials. Lancet. 2009 May 30;373(9678):1849-60. doi: 10.1016/S0140-6736(09)60503-1.
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