miércoles, 10 de julio de 2013

¿Cuando recomendar poner tubos de timpanostomia a los niños con problemas auditivos?

¿Cuando recomendar poner tubos de timpanostomia a los niños con problemas auditivos?

La American Academy of Otolaryngology–Head and Neck Surgery Foundation (AAO-HNSF) ha realizado una guía de práctica clínica (GPC) abordando  un tema que en nuestro ámbito genera gran variabilidad en al práctica clínica y por tanto molestias (o sufrimiento) a nuestros niños.
El tema abordado ha sido el de qué evidencia existe en la implantación de los tubos de timpanostomias en los niños entre los 6 meses y los 12 años de vida que tienen otitis media (OTM) de repetición. Y es un tema importante, no solo por las molestias si no por los riesgos inherentes  a la operación habida cuenta de que se trata de la primera operación quirúrgica con anestesia general a la que se somete a nuestros infantes. Por tanto, tiene el valor de mostrar las recomendaciones según la evidencia científica de a quien se debe  intervenir y a quien se debe hacer esperar o prescribirse un tratamiento médico distinto.
La técnica consiste en introducir un tubo a través del tímpano que permita descomprimir el oído medio al tiempo que circula el aire. Se aplican generalmente en niños con otitis medias con derrame en el oído medio, infecciones recurrentes y en los casos que estas son refractarias a los antibióticos. En nuestro medio tras la demostración mediante una impedancia acústica (prueba que mide la dificultad al paso del sonido por los huesecillos del oído medio) y el timpanograma es permanentemente patológicos con el que identificar la pérdida auditiva asociada a la OTM.
Estos tubos suele caerse espontáneamente entre el año y los dos años tras su implantación.
Señalan que es frecuente que los niños puedan tener  OTM con derrame que se resuelvan espontáneamente y lo habitual es que lo hagan antes de los 3 meses de su inicio. Recomiendan, por tanto, no insertar tubos de timpanostomía si estas OTM tienen una duración menor de 3 meses.
Se recomienda hacer una evaluación auditiva antes de someter el niño a la cirugía si la OTM dura más de tres meses. Por ello, debemos ofrecer esta alternativa quirúrgica si los niños tienen una alteración de la audición bilateral con una OTM de más de 3 meses de duración que hace sospechar un derrame en el oído medio permanente. En estos casos la inserción de los tubos de timpanostomía son útiles para mejora la audición. 
También se pueden recomendar en OTM uni o bilaterales de más de 3 meses asociados a otros síntomas, como alteraciones vestibulares, problemas de aprendizaje o de comportamiento del niño, problemas auditivos subjetivos y alteraciones de la calidad de vida. En este aspecto, son de especial riesgo los niños con pérdida auditiva permanente, alteraciones de lenguaje, del desarrollo y enfermedades del tipo del espectro autista, síndrome de Down, defectos cráneo faciales o hendidura palatina.
No debe recomendarse en OTM recurrentes sin derrame demostrado en el oído medio; si bien es cierto que en ciertos casos la aplicación de los tubos en OTM con derrame permite prevenir futuras OTM al facilitar el tratamiento mediante la aplicación de gotas óticas en vez de antibióticos orales, con todos los efectos secundarios que conllevan.
Leemos, que no se deben poner excesivas precauciones en los niños que portan estos tubos a la hora de bañarse, no siendo necesario los tapones en los oídos.

Otolaryngol Head Neck Surg. 2013;149:8-16. Full text




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