viernes, 13 de noviembre de 2009

La metformina y la repaglinida consolidan sus posiciones en su asociación con la insulina

La metformina y la repaglinida consolidan sus posiciones en su asociación con la insulina

Es conocido que la metformina está considerada como la primera opción en el tratamiento de la diebetes2, tal como indican los diferentes consensos y guías. A la vez es conocido su beneficio en combinación con otros fármacos hipoglicemiantes, dado su buen comportamiento en el control de la glucemia, de otros factores de riesgo cardiovascular, y de su escasa interacción con estos. Así como, de su utilización conjuntamente con insulina.
No obstante, si bien su utilidad ha sido avalada repetidamente en enfermos obesos desde el estudio UKPDS, lo ha hecho escasamente en individuos delgados. El estudio que saco a colación tiene el mérito de demostrar que la metformina es igual de válida en individuos sin sobrepeso con escasa resistencia a la insulina.
Se comparó en un ensayo clínico a doble ciego los efectos de la metformina (2000 mg) versus la repaglinida (6 mg) en DM2 de al menos 10 años de evolución con normopeso (IMC<27),> 6.5, a los que se les había prescrito insulina. El comportamiento de ambos a los 12 meses no difirió en control metabólico (8.15 to 6.71 en metformina+INS, frente 8.07 to 6.90 en la repaglinida + INS), ni en las dosis de insulina, ni en el riesgo de hipoglucemias (algo mayor en la repaglinida). Con todo, el grupo de la metformina se distinguió por su menor aumento de peso.
El trabajo es importante por el tipo de diabéticos (no obesos) enrolados, el tiempo estudiado (1 año), y por consolidar que una práctica utilizada, aunque no avalada (repaglinida + insulina), es segura, al tiempo que la metformina es útil en no obesos en tratamiento con insulina.
En la editorial que acompaña el estudio nos vuelven a señalar que la metformina además de su efecto sobre la insulino resistencia hepática y sobre el peso, que condicionarían resultados glicémicos y cardiovasculares en los DM2 obesos; tendría otros efectos, que en individuos con normopeso, mejorarían la glucemia, y que podrían estar relacionados con el sistema incretina (GLP-1). Un sistema que como es sabido actuaría sobre las células beta –insulina- y alfa pancreáticas –glucagon.

**Søren S Lund, Lise Tarnow, Merete Frandsen,Bente B Nielsen, Birgitte V Hansen, Oluf Pedersen, Hans-Henrik Parving, Allan A Vaag. Combining insulin with metformin or an insulin secretagogue in non-obese patients with type 2 diabetes: 12 month, randomised, double blind trial BMJ 2009;339:b4324
http://www.bmj.com/cgi/reprint/339/nov09_1/b4324

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