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lunes, 13 de junio de 2022

La viruela del mono, ¿una amenaza o una anécdota epidemiológica?

La viruela del mono, ¿una amenaza o una anécdota epidemiológica?

Este mes se ha publicado (02-06-2022) un documento del European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) que resume todo lo acaecido con la nueva epidemia de la “viruela del mono” en los países europeos (UE) y de qué manera abordar este nuevo problema epidemiológico habida cuenta que, según señalan, se había contabilizado en ese momento 85 casos en la UE dentro los que se encontraba España. Casos producidos en los propios países no trasmitidos desde afuera de la CE.

Hoy leemos (09-06-2022) el mismo organismo contabilizaba 1.176 en 24 países, 704 en 18 países de la UE y 242 casos positivos en España.

Este nuevo affaire sanitario, que nos inquieta por lo próximo con la pandemia de la COVID-19 (enfermedad por coronavirus de 2019), me trae recuerdos de mi infancia de cuando nos vacunaron contra la viruela. Una vacuna que recordamos por las consecuencias inmediatas, una herida que supuraba  y que le costaba curar -me acuerdo de dicho verano porque no nos dejaban nadar- y porque nos dejó una cicatriz que aún hoy nos lo recuerda. Por lo que leo la utilización de dicho tipo de vacunas de antaño no serían admisibles en la actualidad.

La actual viruela de los simios, aunque de trasmisión aérea, sorprendentemente se ha detectado a consecuencia de relaciones sexuales básicamente entre hombres. Trasmisión hecha por el contacto de las mucosas, pequeñas erosiones de la piel o por la trasmisión cara-cara de fluidos en dichas relaciones.

La realidad es que la sintomatología es leve y la capacidad de trasmisión también es baja salvo en dichos contactos íntimos, que han sido hasta ahora los únicos casos detectados; es decir nada que ver con la trasmisión de la COVID-19.
Su incubación tiene un amplio margen que va de 5 a 21 días hasta que padecen los primeros síntomas que pueden durar entre 15 -30 días, o sea bastante. Los síntomas como hemos dicho son leves del  tipo de fiebre, dolores musculares, astenia y cefalea, pero pudieran ser graves en niños pequeños, embarazadas e individuos inmunodeprimidos. A los tres días de empezar la sintomatología aparece una erupción en forma de granitos (maculopapular) que se extiende por todo el cuerpo, llegando incluso a afectar las palmas de las manos y de los pies, algo que es característico de esta enfermedad. Todo estos granos que pican mucho evolucionan al mismo tiempo, pasando de manchas (máculas), a pápulas (pequeñas protuberancias), ampollas y pústulas (granos que se revientan) y tras ello hacer una costra que al final cae. Estas lesiones también pueden estar en las mucosas de la boca y de los ojos. 

Una diferencia  con la sintomatología de la viruela y de la varicela es que pueden aparecer adenopatías (ganglios).
El problema del intenso prurito es que de rascarse se pueden sobreinfectar estas lesiones y generar otra infección, en este caso bacteriana de la piel y que exija tratamiento.

Y si bien es cierto que se comentaban tasas de mortalidad pueden llegar a ser  incluso más altas que  las de la  COVID- 19 (entre un 0-11%, leemos), la realidad es en la actualidad la probabilidad de una evolución grave, con neumonía, encefalitis.. y fallecimiento siendo rara, es desconocida, pero se admite que sería más frecuente en los niños.

La trasmisión de la enfermedad se puede dar desde antes de aparecer la erupción hasta que las costras caen (igual que la varicela) que correspondería por tanto el período de aislamiento del paciente con esta infección.
En cuanto a la vacunación no existen vacunas que se puedan aplicar contra la viruela del mono, si bien es cierto que existe una vacuna contra la viruela humana de tercera generación (Imvanex) que ha sido autorizada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA)  que ha demostrado que conferiría protección contra la viruela del mono.

Dada la extensión de la epidemia ayer (09-06-2022) se determino entre el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas (CA) vacunar a todos los contactos que se hayan producido con pacientes afectos de esta infección, priorizando a las personas inmunodeprimidas y personal sanitario.
Sin embargo, la generación de vacunas antiguas, supongo como las que nos pusieron en su día, dado la gran cantidad de efectos secundarios, no están autorizadas.

La buena noticia es que existe un fármaco autorizado por la Agencia Europea (EMA) el tecovirimat, un antivírico útil en infecciones por este tipo virus (orthopoxvirus), y otros por la Agencia Americana (FDA) como el Brincidofovir, aunque no aún en Europa. 

Dado que se puede contagiar desde antes de aparecer el rash en la piel y  hasta que se desprenden  las costras y caen (igual que la varicela) el paciente debe permanecer aislado aunque  con vigilancia de los síntomas y sobre todo evitar el contacto con mascotas a las que les pudiera transmitir el virus (cuando leo esto aún no se conoce ningún caso de trasmisión dentro la UE).
Los contactos cercanos deben ser seguidos hasta los 21 días de la exposición al virus y los sanitarios deben protegerse del mismo modo que en la COVID-19, con trajes de protección (EPI) con guantes, máscaras FFP2 y batas impermeables. 

Todo nada fuera de lo ya conocido con las medidas de la COVID-19.

Mateu Seguí Díaz
médico de familia  


Seguí Díaz M. La viruela del mono, ¿una amenaza o una anécdota epidemiológica?. Es Diari MENORCA. 13-06-2022:32 
 https://www.menorca.info/


 

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