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jueves, 10 de junio de 2010

¿Por qué nuestros médicos no quieres ser médicos de familia?

¿Por qué nuestros médicos no quieres ser médicos de familia?

Esta pregunta en forma de afirmación es la cabecera de un reportaje del diario el PAIS que ha sido comentado por muchos médicos de familia. Una pregunta o afirmación de perogrullo a mi entender, que sorprende que sorprenda por lo obvio. Y digo esto por que la medicina familiar en España es solo un nombre, un título pero no una función, pues esta función desapareció en los años 80 con la instauración en nuestro país de la Reforma de Atención Primaria (RAP). Una RAP que intentó dignificar, formando y dando contenido, a los médicos del primer nivel, pero que erró el enfoque al miópicamente entender que la reforma debía hacerse sobre los antiguos ambulatorios de tardofranquismo. Se enfocó el tema a nivel estructural no a nivel individual del médico de familia, de tal modo que este perdió lo poco que aún quedaba del antiguo médico de cabecera (longitudinalidad en la atención, atención sin distinción de edades, sexos, condiciones...) convirtiéndolo cada vez más en un trámite de la atención hospitalaria, que siguió siendo el centro del sistema. La funcionarización del médico de cabecera (ahora llamado impropiamente “de familia”) ha sido la versión española de gatekeeper inglés, pero con cada vez con menor integralidad y mayor función de filtro del nivel superior. Los “policlínicos españoles” (Centros de Salud) se han encargado a nivel cuartelero de uniformizar a la tropa médica a todos los niveles, sueldo (salario, con mínima capitación), lista de pacientes (cupos idénticos), horarios, tiempo por contacto (5-10 minutos)...parcelando aún más la atención (aumento de la edad pediátrica, unidades para atención de terminales..), y convirtiendo al médico de cabecera en un trámite para acceder a otro nivel, más que un recurso con el que solucionar los problemas de salud del ciudadano. No cabe duda que este sistema, que borró de un plumazo la memoria histórica el sistema sanitario municipalista, el médico independiente al servicio de la sanidad local, el médico de cabecera en el más amplio sentido de la palabra, ...ha tocado fondo y tiene poco arreglo, pues no es un problema de recursos, como se habla, si no un problema de concepto. No es extraño por tanto que nuestros médicos recién acabados opten por especialidades en las que se sientan más útiles, resolutivos, apreciados y considerados por el sistema sanitario y los pacientes.

3 comentarios:

  1. y lo de 3 a 4 años ¿ no influye?

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  2. Bien lo has dicho, amigo Mateu: la medicina familiar en España es solo un nombre (a años luz del GB británico), un título pero no una función; la funcionarización del médico de cabecera o general, numerizado a “de familia”, uniformizado como tropa médica a todos los niveles, totalmente despersonalizado, considerado máquina burocrática, ninguneado como ningún otro homólogo (?), no precisamente funcionario como aquí (o estatutario que se equipara a funcionario para los descuentos, nunca para premiarlo como a cualquier mal cómico que se ensalza por una burda interpretación), sino independiente, valorado como ser pensante y estimando como benefactor social. Y dices con realismo, aunque nos duela, que esto ha tocado fondo y tiene poco arreglo. Alguien me dijo hace tiempo que no le diera vueltas, que de los Pirineos para abajo siempre fuimos y seremos diferentes; y no fui capaz de seguir su consejo… Pero no nos deprimamos: sigamos expresando nuestro espoleado pensamiento y dejando constancia de nuestras mejores intenciones, en pos de la sensatez y de una medicina satisfactoria, eficaz y humana. Un fuerte abrazo.

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  3. Gracias por vuestro comentario, Rafa y Jose Manuel.
    La formación del MFyC supuso un antes y un después en el médico general que por su solo nombre daba la sensacion que con lo aprendido en la carrera ya bastaba. Sin embargo, esto tiene poco que ver con la consideración y función que realiza, que depende, a mi entender, del tipo de Atención Primaria que tenemos/ padecemos.
    El problema de que nuestro actual sistema tenga poco arreglo es la dificultad de encontrar soluciones a esta rígida estructura, de ver alguna luz al final del tunel. Posiblemente la haya, aunque yo por ahora no la veo. un abrazo
    mateu seguí

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