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sábado, 24 de abril de 2021

El síndrome de Guillain-Barré (SGB) y la COVID-19

El síndrome de Guillain-Barré (SGB) y la COVID-19

Uno de los temas a priori que más me preocupaban en relación a la vacuna contra la COVID-19, máxime al tratarse de vacunas de nuevo diseño, era el riesgo de producir alteraciones inmunológicas que condujeran a casos de síndrome de Guillain-Barré (SGB). Y es que hace unos días se ingresó un paciente en nuestro hospital bajo la sospecha de esta patología, aunque posteriormente se recalcó que no podía achacarse a la vacuna (no sé como quedó el tema).

Lo tratamos hace años a raíz de las controversias con la vacuna antigripal, que se administra de manera universal a partir de los 6 meses de edad de EEUU, en cambio aquí en grupos de riesgo y según edad. En aquel hablábamos como en metaanálisis publicado en Vaccine (Martín Arias LH et al) y analizando 39 estudios entre 1981 y 2014 mostraban un riesgo relativo entre 1,4 y 1,8 dependiendo del tipo de vacunas. Un riesgo que se respaldaba con otros metaanálisis anteriores  como el de Salmon DA et al, (2013) sobre la vacunación H1N1 del 2009, en el que la tasa de riesgo de incidencia llegó a ser de  2,35 (1,6 exceso de casos por millón de personas vacunadas). Riesgos pequeños pero que existían.  

Y es que el SGB es una alteración inflamatoria de los nervios periféricos que lleva a una grave y a veces duradera parálisis. Un tercio de estos pacientes llegan a presentar insuficiencia respiratoria requiriendo soporte respiratorio e ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Su pronóstico puede ser funesto entre el 3-5% de los pacientes y dos tercios de ellos desarrollan una incapacidad permanente.

El riesgo de presentar SGB es de alrededor de 1/1000 durante la vida de la persona, si bien la incidencia anual sería de alrededor de 1,7 por 100.000 personas.
La mitad de los pacientes tienen el antecedente de una infección determinada y 2/3 síntomas infecciosos. El resto no tienen una causa identificable.
La causa más corriente es la gastroenteritis por Campylobacter jejuni, aunque existen otras infecciones como el citomegalovirus, el virus influenza, mycoplasma pneumoniae, y los virus tropicales (flavivirus) del zika y dengue, y (alphavirus) como el del chikunguña.

Al igual que estos virus es interesante conocer si la infección de la COVID-19 es capaz de aumentar los casos de esta complicación, algo que hasta el momento no ha ocurrido como si lo hizo con la epidemia del virus Zika. Y según el artículo que ha dado pie a este comentario los rastreos epidemiológicos en el Reino Unido (UK) tampoco han demostrado aumentos en la incidencia del SGB.
 Existen comunicaciones de 34 SGB en una población de 8,4 millones de personas en el norte de Italia (leemos). Es decir un incremento de 2,6 veces la incidencia de SGB de una tasa de incidencia de 47,9 casos por 100.000 infecciones por la COVID-19, si bien es cierto que al ser pequeños números tanto los intervalos de confianza como las incidencias en ambos grupos se superponen. O sea que no se pueden sacar conclusiones.

*En cuanto a la vacunación con de la COVID-19 existe desde la vacunación de la gripe del  2008/09 H1N1 un programa de vigilancia de la SGB en EEUU y las nuevas vacunas mostrando que los casos de SGB con las vacunas antigripales más modernas son muy raros, no más, estiman en el peor de los casos que un caso por millón de vacunaciones (10 veces menos que en el 1976).
Y es no solo la vacuna antigripal ha sido asociada con el riesgo de SGB, la de la hepatitis B, tétanos, meningococo, rabia…Y una vacuna de adenovirus oral también se la llegó a asociar con esta complicación, comentan. Aún así, no se ha podido determinar un vínculo causal entre aquellas y esta complicación.

Con las vacunas de la COVID-19 no es baladí tomar conciencia de esta improbable complicación pues dado la cantidad de población que se estima que se  vacunará hay que estar alerta. Hasta el momento no se ha comunicado relación entre las vacunas basadas en proteínas pico   (spike protein) del virus Sars-CoV-2 ni de otro tipo e incremento de los casos de SGB.

Michael P. Lunn; David R. Cornblath; Bart C. Jacobs; Luis Querol; Peter A. van Doorn; Richard A. Hughes; Hugh J. Willison.  COVID-19 Vaccine and Guillain-Barré Syndrome: Let's Not Leap to Associations. Brain. 2021;144(2):357-360. 

Salmon DA, Proschan M, Forshee R, Gargiullo P, Bleser W, Burwen DR, et al; H1N1 GBS Meta-Analysis Working Group. Association between Guillain-Barré syndrome and influenza A (H1N1) 2009 monovalent inactivated vaccines in the USA: a meta-analysis. Lancet. 2013 Apr 27;381(9876):1461-8. doi: 10.1016/S0140-6736(12)62189-8. Epub 2013 Mar 13.

Martín Arias LH, Sanz R, Sáinz M, Treceño C, Carvajal A. Guillain-Barré syndrome and influenza vaccines: A meta-analysis. Vaccine. 2015 Jul 17;33(31):3773-8. doi: 10.1016/j.vaccine.2015.05.013. Epub 2015 May 18.



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