Los pimientos y el sistema nervioso central
Hace unos años hablamos de los pimientos y la enfermedad de Parkinson (EP). Comentamos como las plantas solanáceas a las que pertenecen, como las patatas (Solanum tuberosum), el tomate (Solanum lycopersicum), la berenjena (Solanum melongena) y el tabaco (Nicotiana tabacum), tienen alcaloides como la capsaicina, la nicotina, los tropanos…
La nicotina es conocida por sus efectos perniciosos a nivel general al estar relacionada con el tabaco, pero vimos como además de encontrarse en la planta del tabaco se encuentra en pequeñas cantidades en las patatas, tomate y pimiento. La nicotina es un estimulante al tiempo que el responsable de la adicción al tabaco.
Se conoce que tiene algún efecto beneficioso pues se la ha relacionado inversamente con el riesgo de presentar EP. El estudio de Nielsen SS et al que comentamos evaluó en 490 individuos con EP frente a 644 controles el consumo de pimientos, tomates, jugo de tomate, y patatas durante la etapa adulta. El resultando fue que la EP estuvo inversamente asociada con el consumo de solanáceas, riesgo relativo (RR) 0,81 (IC 95% 0,65–1,01) una vez por día, pero no por el consumo de otros vegetales RR 1,00 (IC 95% 0,92–1,10).
Se concluía que comer pimientos de dos a cuatro veces por semana está asociada significativamente con un 30% de reducción del riesgo de EP, RR 0,70 (IC 95% 0,50-1,00). Siendo este efecto mayor en aquellos que nunca habían consumido tabaco o que habían fumado menos de 10 años.
Sin embargo, hoy hablamos del otro componente alcaloide de las solanáceas, de la capsaicina, la sustancia que da el sabor picante a las comidas, sirve para conservarlos, para enmascarar el sabor (alimentos mal conservados) y para aumentar la sensación de saciedad. Propiedades muy interesantes en países en vías de desarrollo. Sin embargo, es una sustancia que se utiliza a nivel tópico como analgésico, pero de la que se ha sugerido de su posible influencia en el cerebro, sobre la cognición, sobre la demencia.
Sobre la demencia hemos hablado en ocasiones señalando que aún no conociendo su causa existen factores de riesgo relacionados con la hipertensión arterial (HTA), la obesidad, el tabaquismo, la diabetes (DM), la depresión, la inactividad, y el poco nivel cultural o intelectual.
Sobre los factores alimentarios se había postulado que los pimientos picantes (mayor capsaicina), sobre todo en zonas donde se consume habitualmente (Asia) estaba inversamente relacionado con la mortalidad (MCC), la obesidad, la HTA y la demencia.
Estudios en animales el papel de la capsaicina sobre la cognición ha dado resultados poco concluyentes, sin embargo existen estudios contradictorios en humanos, yendo desde que ésta sustancia tendría efectos beneficiosos a otros que podría ser neurotóxica. Es por tanto un tema no aclarado.
Se conoce un estudio transversal realizado por Liu et al que mostró como la ingesta de capsaicina estaba asociada positivamente con la función cognitiva tanto en la edad media como en los ancianos chinos. Sin embargo, el hecho que la ingesta de chile (el pimiento evaluado) pueda influir en el peso y la presión arterial (PA), se cree que pudiera haber sesgado los resultados.
El estudio que comentamos evalúa la asociación lineal entre la ingesta de pimiento picante (Chile) y la función cognitiva en individuos adultos utilizando datos de la encuesta China Health and Nutrition Survey (CHNS) recogidos durante 15 años (1989-2011). Evalúan también la interacción entre su consumo, el índice de masa corporal (IMC) y la HTA en relación a la cognición, con la que evitar los sesgos del estudio de Liu et al.
Se estudiaron a 4852 individuos (2309 varones y 2543 mujeres, edad media de 63,4 ± 7,7 ) mediante test cognitivos entre el 1997 y el 2006, de todos ellos 3.302 completaron el cribado cognitivo en al menos dos encuestas. La encuesta dietética evaluó la ingesta alimentaria durante tres días durante visitas domiciliares en cada encuesta.
Según éste estudio el consumo de chile, al contrario de lo que pudiera pensarse, ajustado por factores sociodemográficos, y de estilos de vida, está inversamente relacionado con la función cognitiva en esta población; de tal modo que una dosis acumulada de 50 gr diarios tiene un coeficiente de regresión (IC 95%) en la función cognitiva de −1,13 (−1,71–0,54).
En comparación con los individuos que no consumían chile, aquellos que consumían más de 50 gr por día tuvieron un riesgo, en forma de odds ratio (OR) de 2,12 (IC 95% 1,63–2,77) para la mala memoria autoreferida y un OR de 1,56(IC 95% 1,23–1,97) para la pérdida de memoria autoreferida.
La asociación entre la ingesta de chile y la alteración cognitiva fue mayor entre aquellos con bajo IMC.
La conclusión es que la ingesta de picante en forma de chile está asociado de una manera clara con el declinar cognitivo en individuos chinos de uno u otro sexo. Algo que contradice estudios previos y explicaciones fisiopatológicas. Habrá que esperar a nuevos estudios para podernos hacer una idea clara de este alimento tan utilizado como condimento en nuestras cocinas. Con todo, la mejor recomendación es comerlo con moderación.
Shi Z, El-Obeid T, Riley M, Li M4, Page A, Liu J. High Chili Intake and Cognitive Function among 4582 Adults: An Open Cohort Study over 15 Years. Nutrients. 2019 May 27;11(5). pii: E1183. doi: 10.3390/nu11051183.
Liu CH, Bu XL, Wang J, Zhang T, Xiang Y, Shen LL, Wang QH, Deng B, Wang X, Zhu C, Yao XQ, Zhang M, Zhou HD, Wang YJ. The Associations between a Capsaicin-Rich Diet and Blood Amyloid-β Levels and Cognitive Function. J Alzheimers Dis. 2016 Apr 8;52(3):1081-8. doi: 10.3233/JAD-151079.
Nielsen SS, Franklin GM, Longstreth WT, Swanson PD, Checkoway H. Nicotine from edible Solanaceae and risk of Parkinson disease. Ann Neurol. 2013 May 9. doi: 10.1002/ana.23884. [Epub ahead of print]
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