El día de la Atención Primaria, el “selfie” y la longitudinalidad de la atención
Vaya por delante que soy del 13% de los españoles que no utiliza el smartphone. Un raro, diría alguno, pertenezco al grupo de “insumisos a los teléfonos inteligentes”, o sea que solo tienen el teléfono móvil para telefonear. El ansia por estar conectado se está convirtiendo en un comportamiento patológico de tintes epidémicos y ya tiene nombre: la nomofobia. También existe la “whatsappitis” que va a dar al traste con muchos dedos a lo largo de los años y la “selfitis” o la pulsión de hacerse fotos solos o con otros para compartirlas en las redes sociales. Sé que este 13% se nos puede tratar de ser una especie de autistas, o misántropos tecnológicos. Pero, prefiero pensar que optamos por mantener nuestra independencia, el contacto humano directo, más tiempo para hacer otras cosas y tratamos de mantenernos inmunes al bombardeo tecnológico. Aunque no siempre lo conseguimos.
Dicho esto, me ha sorprendido la iniciativa del Foro Médico de Atención Primaria (AP) (AEPAP, CEEM, CESM, OMC, SEMERGEN,SEMFYC, SEMG y SEPEAP) en un afán de modernidad, mañana día 12 de abril (día mundial de la Atención Primaria), como manera de aumentar su visibilidad, instar a los pacientes a hacerse una fotografía (un selfie) con su médico de cabecera y subirla a las redes sociales.
Dejando al margen de que se deberían haber tenido en cuenta que probablemente más del 13% de los médicos de AP no tuvieran ningún interés en hacerse una foto con un paciente y que su foto sea compartida en las redes sociales, se podrían pensar de que la interpretación de algunos enfermos puedan hacer sea justamente la contraria. “Me hago una foto con mi médico al que no veo nunca”, y el médico “me hago una foto con mi paciente” para que se vea que lo atiendo. En fin, por aquello de los “selfies con los famosos” van en la línea del “dime de qué presumes y te diré de lo que careces”.
Mis pacientes, como los de muchos médicos de AP, saben que tienen un médico de cabecera desde hace mucho tiempo, en mi caso desde hace más de treinta años. Todos saben donde estamos; y como decía un tío mio, “para bien o para mal” todos nos conocen, y nadie precisa una foto para saber que estamos ahí, a su servicio. Sin embargo, esto no es general. Y ese es el gran problema de la AP en España. Se ha hecho lo posible por hacer un sistema que cubra las necesidades de la población sin fomentar la longitudinalidad de la atención. Que su médico sea siempre el mismo, como ocurre en la mayoría de países donde la AP está implantada. Cualquiera sirve en la atención sanitaria de nuestro país si el contacto con el sistema queda registrado y permite un seguimiento por los profesionales (continuidad), sea el que sea.
Quizás los que nos promocionan esta campaña necesitan que sus pacientes se haga una fotos con ellos, pues la ausencia es más frecuente que la presencia, sin embargo somos muchos que sabemos que no precisamos una foto, que estamos y estaremos ahí para lo que surja.
La visibilidad de muestra AP está ahí, reivindicando que se haga lo posible para que el médico de familia sea siempre el mismo.
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