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martes, 4 de febrero de 2014

Recomendaciones para el tratamiento del dolor

Recomendaciones para el tratamiento del dolor

Hace algún tiempo hablamos de los peligros de los morfínicos y como su uso indiscriminado puede generar riesgos importantes para la salud. En este nos hacemos eco de una noticia de medscape relativa a las recomendaciones del American Board of Internal Medicine (ABIM) tras la lista de la American Society of Anesthesiologists (ASA) sobre intervenciones cuestionables en el tratamiento del dolor.
Esta lista de recomendaciones, en la actualidad ha sido recogida por diversas asociaciones entre las que se encuentra la  American Academy of Family Physicians (AAFP).

Parte de las recomendaciones serían (traducción libre):
1.- No prescribir analgésicos opioides como primera intención en dolor crónico no canceroso. Considerar siempre una terapia combinada con tratamientos no farmacológicos como terapias físicas y del comportamiento. Estas prácticas deberían ser anteriores al tratamiento farmacológico. Si se precisan fármacos, no utilizar medicación opioide. Utilizar los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), o anticonvulsivantes (terapia coadyuvante).

2.- No prescribir analgésicos opioides durante largo tiempo en dolores crónicos no cancerosos sin haber discutido e informado de sus riesgos con el paciente. Dentro de estos riesgos se ha de informar de la potencialidad de adicción. Recomiendan firmar un acuerdo (consentimiento informado) en el que se identifiquen las responsabilidades del paciente (analítica urinaria, por ejemplo) y las consecuencias de la falta de cumplimiento de lo acordado. Ser cuidadoso con la asociación de opioides con benzodiazepinas.
Evaluar y tratar los efectos secundarios relativos a la constipación intestinal y a la deficiencia de tetosterona y de estrógenos.

3.- Evitar realizar pruebas de imagen, tales como RMN, TAC o radiografías en lumbalgias agudas sin indicaciones específicas (signos de alarma). A su vez evitar intervenciones en la lumbalgia aguda las primeras 6 semanas del inicio si no existen indicaciones específicas (signos de alarma), tales como historia de cáncer con metástasis potenciales, aneurisma de aorta conocida, déficits neurológicos.... La mayoría de dolores lumbares no requieren pruebas de imagen y su realización puede generar confusión al presentarnos hallazgos que pueden desviarnos la atención innecesariamente e incrementar el riesgo de cirugía no necesaria.

4.- No utilizar sedación endovenosa tal como propofol, midazolam, o infusiones de opioides de acción ultra corta para el diagnóstico, ni bloqueos nerviosos o inyecciones intraarticulares como una práctica habitual. De utilizarlos, usar anestésicos únicamente.
La sedación endovenosa se puede utilizar tras la evaluación y discusión de los riesgos que conlleva con el paciente (interferencia con los resultados, falsos positivos...)

5.- Evitar las intervenciones irreversibles en el dolor no oncológico, tales como bloqueos químicos neurolíticos periféricos o ablación periférica por radiofrecuencia. Tales intervenciones pueden generar importantes riesgos a largo plazo del tipo de debilidad, entumecimiento, o incremento del dolor.

En fin, algo evidente que los médicos de familiar tenemos en cuenta, pero que no siempre practican los especialistas.


Pauline Anderson. Top 5 Pain Interventions to Avoid


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