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lunes, 19 de marzo de 2012

Sigue la amenaza del sarampión

Sigue la amenaza del sarampión
El sarampión sigue siendo una amenaza, hace un año ya hablamos de ello. Y es un asunto en cierta manera preocupante pues podríamos decir que es una de las enfermedades exantemáticas que tiene un pronóstico más grave, aunque no nos lo parezca. La realidad es que este virus RNA (un paramixovirus) es extremadamente contagioso y mantiene aún hoy una mortalidad que se situa entre 1-3 cada 1000 niños infectados a nivel mundial, y una gran morbilidad pues el 40% presenta complicaciones (otitis, neumonías, diarrea, conjuntivitis graves con peligro de ceguera, trastornos neurológicos…).
La introducción de la vacunación en los años 60 redujo la enfermedad hasta mínimo históricos, y según leemos de los 36 millones casos con 1 millón de muertos en el 1997, se redujo a 164 000 muertes anuales a nivel mundial en la actualidad. En el 2000 se declaró eliminada la enfermedad en EEUU y años antes en Europa (1995 en UK). Sin embargo, como adelantamos el año pasado en el 2011 se quintuplicó la incidencia anual (con respecto a los 5 años anteriores), extendiéndose por todo el continente, y afectando, según la OMS, a 30.000 personas ese año. Este hecho no solo se ciñó a los países desarrollados pues en número de casos en Africa se incrementó de 36 000 en el 2009 a 172 824 en el 2010 en incluso en países que contaban con programas de vacunación contra el sarampión. Este hecho se achacó primariamente en Europa a una incompleta inmunidad individual, lo que hizo que a principios del verano pasado (Consejo Europeo) se instara a realizar un esfuerzo adicional en el control de los casos y en la inmunización de nuestros niños, aunque esto no ha suprimido totalmente el riesgo, como leemos estos días. En general se considera que un individuos es inmune al sarampión si:
1.- Tuvo la enfermedad de forma natural
2.- Su nacimiento se produjo anteriormente al 1957
3.- Recibió dos dosis de vacuna antisarampión (triple vírica), con un intervalo de 28 días
4.- Se detectan anticuerpos IGG específicos contra el sarampión en su suero
La inmunidad se garantiza con dos dosis de vacuna (98% de los individuos tendrían inmunidad), pero que a nivel poblacional precisa una cobertura del 95% para evitar su trasmisión. Y es que actualmente si estos dos factores no se garantizan existe otros dos que dan al traste con la prevención de la enfermedad. El primero y más importante que ya hemos señalado, es el de la alta contagiosidad de esta enfermedad y segundo un hecho diferencial frente a épocas pretéritas: la globalización. La mayor movilidad de las poblaciones sin control entre países hace que los fallos en la cobertura vacunal (pequeños clusters de niños sin vacunar) se pongan en contacto con enfermos y se produzcan brotes de sarampión (el 89% de los casos en EEUU fueron importados por inmigrantes). Estos brotes, según leemos, por ejemplo en EEUU se han dado en la mayoría de los caso en personas no vacunadas y en menor proporción en niños con dosis insuficiente de vacunación (una dosis).
Los pequeños grupos de niños sin vacunar son cada vez más frecuentes a partir de una corriente de opinión que rechaza la vacunación en general – no existe una obligatoriedad- , y la del sarampión en particular, al tratarse de una vacunación con virus vivo atenuado, habida cuenta falsas creencias (la desmentida posibilidad de autismo) y riesgos vacunales muy remotos (encefalopatía, reacciones alérgicas, trombocitopenia en 1/ 1 000 000 niños vacunados).
Actualmente la vacunación se administra a partir de los 12 meses de edad (12-15) junto con las vacunas de la parotiditis y rubeola, y se recomienda una segunda vacunación entre los 4-6 años de edad, siempre con un lapsos entre las dos de 28 días.

http://www.isciii.es/htdocs/centros/epidemiologia/boletin_red/IS-110613-WEB.pdf
http://www.eurosurveillance.org/ViewArticle.aspx?ArticleId=20119

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