La Gallina Ciega, de Max Aub
Me gustan los diarios y las autobiografías, y más si se refieren a hechos históricos de nuestro pasado más reciente, pues te dejan el sabor de lo personal, de lo subjetivo pero no por ello menos real. Me gustó, en este sentido, el Homenaje a Catalunya de George Orwel, o el Advenimiento de la República de Josep Pla (que ya comenté anteriormente) y tantos otros de nuestra historia mas actual. Por tanto este, que comento, se trata de un libro de impresiones y en cierta manera de tribulaciones, decepciones, recuerdos….en el ocaso de la vida de este literato. De las impresiones que le produjeron al autor, exiliado desde hacía 30 años en México, su estancia en España en el 1969. Sus recuerdos y la realidad que se encontró. La desmemoria o la amnesia colectiva de un país que crecía sin plantearse nada más que el día a día. La frustración del que espera el reconocimiento y solo encuentra el desconocimiento general de su obra. El autor se debate entre el dolor del amor propio herido, un cierto narcisismo no correspondido, al desfase temporal de los recuerdos con una realidad totalmente distinta, y desconocida. Un libro que muestra realmente como era la realidad de entonces, y que coincide de alguna manera con los recuerdos de quien escribe este comentario. Lo empecé con ánimo de dejarlo, al entender que era excesivamente personal y de escaso interés, pero a medida que me iba introduciendo más me captó, y al final lo leí de un tirón. Creo que es muy recomendable para tener una visión certera de cual era el ambiente general y sobre todo intelectual de los años 60-70 en nuestro país, y que dista bastante de lo que actualmente se escribe. Como tantos otros, un libro, que supongo que conocido por los entendidos, que llegó a mis manos por ser parte de una colección del diario Público.
“La guerra de 1936 fue otra cosa porque Giral fue un hombre honrado, un masón convertido yun republicano a machamartillo y a Azaña le tenía sin cuidado el poder, del que sólo le gustaba la apariencia. Las masas españolas no hicieron la guerra sino la revolución. Los republicanos , que no eran muchos, intentaron hacer la guerra; los comunistas , que eran pocos al principio de la contienda nunca pudieron imponerse; Indalecio Prieto se vio perdido desde el primer día ; Cabellero jugó a ser Lenin y, naturalmente, fracaso; solo Negrín intentó lo posible , pero no le secundaron. Los anarquistas no tenían la menor experiencia y la mayoría de ellos se dedicaron a vivir sobre y los restos de su madre..//” pag 110
“ ¿Hasta que punto vive uno encerrado en sí que es necesario salir y verse en un espejo viejo para darse cuenta que uno no se ve en las lunas diarias, de que es otro, de que se fabrica uno su máscara , día a día y que cuando cae el maquillaje de la costumbre y entrevé la realidad se sorprende tanto que no hay manera de creer lo que se ve?. Vives en lo que fue. Vives en lo olvidado. Vives en falso. Lo malo es que existes y no puedes vivir, viviendo, con esto. Y vives, vives.” Pag 87
“Quede aquí la expresión de mi reconocimiento sin olvidar al hijo de puta que me denunció, por comunista, en París, a fines del 39 o principios del 40. Dios se lo pague y aumente y Santa Lucía les conserve -a todos- la vista. “ pag 255
“Aquí no es que no haya libertad. Es peor: no se nota su falta. Falta hasta el concepto de lo que es. El español que se mueve hoy por la calle, que va y viene, de la Gran Vía al Grao, no tiene idea de lo que es ser libre. Si mañana le dieran suelta no sabría qué camino o qué partido tomar. Y recaería en la anarquía..” pag 79
“Ni una palabra contra el régimen, ni una a favor. No callan por callar sino porque no tienen nada que decir.” Pag 86
“Si no, dirían algo, preguntarían, protestarían, pero callan, me ven, me miran, padecen de su ignorancia de mí; como yo, en el fondo, siento que me duele la ignorancia que de ellos tengo. Tal vez alguno ha leído el libro de texto del viejo profesor pero ninguno se acuerda, naturalmente , de ahí ando citado como uno más.
¿Qué vengo a hacer, qué vengo a buscar aquí, en Valencia?” Pag 174
“- Con todo y todo, como te gusta decir. Ligeros cambios. Intentos. He dicho intentos: intentos de liberalización. Y para de contar. Ten en cuenta que el ochenta por ciento , y me quedo corto, de la población que cuenta para la estabilidad política con el actual régimen.” Pag 194
ED Herederos de Max Aub, 1971
Diario Público, 2010
Es la historia del sefarad moderno : el exilio republicano en México....."en méjico se piensa mucho en tí que dice el chotis"
ResponderEliminarEs la frustración, es la rabia ....
Décadas después de abandonar España , los hijos de xeiliados mejicanos seguian hablando el idioma de sus mayores ....con acentos ya desaparecxidos en sus regiones de origen (verídico)