Tendencias en la incidencia del infarto agudo de miocardio
Dentro los indicadores de resultados finales las tasas de infarto de miocardio serían los que mejor demostrarían que el control y manejo del riesgo cardiovascular (RCV) ha mejorado.
Un poco por esto, este artículo estudia las tendencias en la incidencia del infarto agudo de miocardio – IAM-, los niveles de biomarcadores de isquemia/lesión miocárdica, y otros factores en una cohorte entre el 1999 y el 2008.
Se realizó en EEUU en el Kaiser Permanente Northern California, un sistema que atiende a 3 millones de personas, de las que se identificaron aquellas mayores de 30 años hospitalizadas entre los años 1999 y 2008 con el diagnóstico inicial de IAM; clasificándolos según la elevación del ST. En ellos se obtuvo información bioquímica, la CPK-MB y la fracción MB de la creatínquinasa, el índice CPK-MB, desde 72 horas antes del IAM hasta el alta o defunción. Los niveles de troponina no fueron analizados pues al parecer no se determinaron sistemáticamente. Al tiempo, se obtuvieron datos sociodemográficos y cardiovasculares desde 8 años antes (IAM, angina, TIA, ICC, arteripatía periférica, FRCV,..) y otras coomborbilidades asociadas. También se registró la medicación 30 días anteriores a la hospitalización, y si se procedió a la revascularización miocárdica.
Se identificaron 46.086 pacientes hospitalizados por IAM, de los que 15.272 (33,1%) presentaban ST elevado, y 30.815 (66,9%) ST normal. La tendencia en IAM en esos años fue decreciente de 274 casos /100000 personas y año en el 1999 a 208 en el 2008 (descenso del 24%). La utilización de IECAs, ARA2, betabloqueantes y estatinas antes del infarto fue incrementándose a lo largo del tiempo. Los niveles de CPK-MB y el índice CPK-MB disminuyó significativamente a lo largo del tiempo en los pacientes con IAM, así como en aquellos con ST elevado. Aumentó la revascularización de un 40,7 a un 47,2% en 2008 ( P<0.001), y mayor en aquellos con ST elevado, que pasó de un 49,9% a un 69,6% en 2008 ( P<0.001). Las tasas de defunción por IAM sin elevación del ST descendieron del 10 a 7,6% (P<0.001), pero no hubo cambios en los que tuvieron una elevación del ST (P = 0.81). La odds ratio de muerte a los 30 días del infarto fue de 0,76 ( IC 95%, 0.65 -0.89) en 2008 comparada con 1999. Se concluye que en el tiempo estudiado existe un descenso en la incidencia de IAM y del IAM con elevación del ST, disminuyendo las tasas de mortalidad por IAM en general. En mi opinión el mejor tratamiento de todos los factores de riesgo, como lo demuestra el incremento en la medicación anterior al infarto, sería el principal motivo de estos resultados. Algo que en la discusión se demuestra en base a otros estudios sobre la misma cohorte (Healthcare Effectiveness Data and Information Set.39) del Kaiser Permanent Northern California. Con respecto a la tendencia de la incidencia en IAM destaca la concordancia con otras cohortes como Framingham Herat Study, Minnesota Heart Survey, Atherosclerosis Risk in Communities study, en el hecho que la incidencia va disminuyendo a la vez que lo hace la mortalidad por dicha causa. El comportamiento de las enzimas cardíacas al margen de deberse a mejoras en los tratamientos previos, se deba a que los infartos detectados sean más leves o que el manejo del infarto de miocardio haya mejorado. Con todo, hay que tener en cuenta las distintas sensibilidades de los biomarcadores, aunque este hecho generaría un sesgo que sobreestimaría la incidencia de IAM, lo que sería un dato más a favor del estudio.
Yeh RW, Sydney S, Chandra M, Sorel M, Selby JV, Go AS. Population Trends in the Incidence and Outcomes of Acute Myocardial Infarction N Engl J Med 2010;362:2155-65.
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