El propóleo y las infecciones del tracto respiratorio
Hace unos días un familiar me preguntó sobre el “propolis” y las infecciones respiratorias, ¿es útil?; al parecer, me dijo, se trata de una sustancia a partir de la miel con propiedades saludables. La verdad es que no supe qué contestarle, pero estudié el tema.
Los médicos sabemos de aquello que hemos aprendido en la carrera y de lo que nos han ido informando los distintos estudios desde su finalización, que se han publicado, y cuyos resultados se plasman en la recomendaciones de las principales guías de práctica clínica que utilizamos; de ahí que muchas veces todo lo que tiene que ver con la herboristería, la medicina natural, o alternativa,… nos suene a medicina mágica, o aquella sin evidencias; sin embargo, en muchas, o no pocas ocasiones, pueden existir, si se buscan, como en este caso.
Les hablaré del própolis, o traducido en español, del propóleo, que no es más que un extracto de sustancias que componen las colmenas de las abejas melíferas; una mezcla resinosa que producen estos insectos al mezclar la saliva y la cera y que utilizan en estas para sellar los pequeños huecos de las mismas. En los huecos de mayor tamaño utilizan solo cera, al parecer. También, se comenta, serviría para reforzar y dar estabilidad estructural a la colmena. O sea, no es miel.
El propóleo se compone principalmente de resinas, bálsamos vegetales (50%), ceras (30%), aceites esenciales (un 10%) y polen y se ha utilizado en la medicina tradicional de ciertos países con fines antiinflamatorios, antibacterianos, antifúngicos y antiulcerosos. Por esto el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos y la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria ya lo hayan analizado en alguna ocasión, si bien es cierto, sin resultados concluyentes; habida cuenta para la gran cantidad de patologías qué se utiliza dicho compuesto y la limitada evidencia.