La atención domiciliar, una nueva concepción
El sueldo, el dinero, es el valor que da la empresa a un determinado trabajo. Si está bien pagado es que es importante, si por el contrario es escaso, es que tiene poco valor para el pagador, que cualquiera puede hacerlo, o que existe más oferta que demanda...
Esta introducción tiene, aparentemente poco que ver con el tema de la atención domiciliar.
Sin embargo, las actuales agendas de los médicos del primer nivel (MAP) en los Centros de Salud (CS), en algo sí que se parecen; y es que éstas muestra el valor que da la empresa sanitaria a la atención al paciente; qué se debe atender, cómo, de qué manera debe realizarse y en cuanto tiempo. Según observamos en las actuales agendas la única actividad que hace el MAP se realiza en la consulta del CS. Y ésta puede ser telefónica o presencial, dejando un cajón de sastre lo que son las llamadas “burocráticas” que entienden (mal) que no consumen tiempo y que no precisa una atención personal o telefónica, algo que la realidad diaria desmiente. Y en nuestra agenda solo queda un lugar para una visita domiciliar, al final de la jornada, entendiendo con esto, que, o no son importantes, o no existen, o no debieran existir.
¿Esta distribución de la carga laboral del MAP se corresponde con las necesidades de la población en nuestros días?
Los tiempos en consulta médica del médico de atención primaria (MAP) a lo largo del tiempo han pasado de las 2 horas y media de los antiguos ambulatorios (los famosos 2 minutos y medio por consulta), a las cuatro horas de los incipientes Centros de Salud (CS), allá por el 1982, a una atención “full time” los actuales... Las 2 horas y media venían de la concepción de que el MAP era de “cabecera”, de que la visita del enfermo se hacía en los domicilios (de ahí el antiguo cuerpo de médicos de Asistencia Pública Domiciliar, al que pertenecí); algo que se rompió con la creación de los ambulatorios en los 60-70, en las que los MAP intentaban en el escaso tiempo de consulta dar respuesta a la mayoría de las necesidades de la población, evitando en lo posible las visitas domiciliares; a la creación, o transformación de los ambulatorios en CS, ampliando este tiempo a 4 horas, dejando el resto del tiempo para visitas domiciliares y otras actividades complementarias del médico y del equipo, hasta el momento actual, en la que la asistencia domiciliar ha quedando como un residuo, una molestia para el MAP que resignadamente se realiza cuando no quedaba más remedio, y de ello dan buena cuenta las actuales agendas, en las que el MAP no tiene prácticamente tiempo para ir a los domicilios.
De ahí que, en ciertos lugares de nuestra geografía o se haya mancomunado este quehacer de modo que es un solo médico que dedica un día a la semana a realizar los domicilios de todo el CS, sea alguien del Equipo de Atención Primaria (EAP), con lo que se pierde un día de consulta, o sea un médico contratado externo que hace este quehacer, como en CS de Cataluña.
Con ello se destruye de una manera definitiva lo que quedaba del antiguo médico de cabecera, al romper con lo poco que quedaba de la visión familiar, holística y longitudinal del paciente.
Dicho esto, vuelvo al principio, la pregunta es: ¿responde esta distribución del trabajo del MAP a las necesidades de la población en la actualidad? En mi opinión, no.
Al margen de que la visita domiciliar es parte consustancial del MAP, si es que entendemos que aún queda algo del antiguo médico de cabecera, el cambio que se está produciendo en la sociedad en la actualidad está demandando cada vez más la visita, la atención domiciliar en cierto grupos de ciudadanos.
Un cambio, no solo en el hecho de que la sociedad cada vez esté más envejecida, si no porque la sociedad ha cambiado, ha desaparecido la familia, tal como la entendemos, que era un importante “colchón” de cuidados en ciertas situaciones. Y es que cada vez hay más personas mayores y lo que es más grave que viven solas y sin red familiar, o social, que las ampare. Este cambio hace que demanden de la administración aquello que muchas veces daba la familia y ahora los servicios sociales y los sanitarios intentan paliar sin conseguirlo; siendo un problema que se va agravando por momentos.
En este contexto se enmarcan toda una serie de medidas institucionales y políticas que intentan anticiparse o al menos atender el problema sin conseguirlo. Sean iniciativas diversas, como leyes de dependencia, programas de atención a enfermos crónicos, creación de geriátricos...hasta, aunque duela decirlo, y suene un poco bruto, la actual ley de eutanasia, medidas con las que dar respuesta a una situación que pronto nos va a desbordar.
La visita domiciliar va en este sentido, una medida más con la que dar respuesta a unas necesidades nuevas, a un cambio social que antes en buena medida era cometido de la familia.
mateu seguí díaz
médico de familia
Seguí Díaz M. La atención domiciliar, una nueva concepción. Es Diari MENORCA. 21-06-2021: 32 https://www.menorca.info/